Tough Love

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La habitación se sumió en silencio, lágrimas amenazaron con rodar por sus ojos, pero sus manos impidieron su descenso. ¿Por qué no podía hacer las cosas bien por una vez? ¿Cómo es que era tan irresponsable? Se supone que es una de las mejores y no puede hacer algo tan sencillo como llegar puntual al entrenamiento.

Las palabras de Dianne vinieron a su mente, pero rápidamente las alejó. No podía dudar de Lute, su novia solo quería lo mejor para ella, seguro que sus métodos eran más... ¿Arcaicos?, pero el objetivo seguía siendo el mismo, Lute siempre le aseguraba que la amaba y que todo lo que hacía era por su bien, y ella le creía fielmente. Sus dudas no tenían sentido, no podía dejar que las erróneas ideas de Dianne nublaran su juicio.

Un poco más recompuesta, comenzó a alistarse. Ya había perdido demasiado tiempo metida en sus pensamientos, no quería hacer enojar aún más a sus superiores. Hizo una efímera limpieza a las marcas que las uñas de Lute le habían dejado en sus brazos y se colocó su uniforme. Ya en la puerta, tomó aire profundamente, sostuvo unos segundos, y lo dejó salir, dejando que con él se fueran todas las inseguridades que la atormentaban.

Llegó al campo de entrenamiento notando que sus hermanas ya estaban reunidas, cada quien estaba en su grupo charlando o jugando entre ellas, esperaban la llegada de Adam para dar inicio a su rutina.

Era un ambiente pasible y alegre, pero se tornó hostil en el momento que notaron su presencia. Vagatha ya estaba acostumbrada a ese comportamiento, así que solo caminó hasta reunirse con Dianne, que la esperaba al otro lado del campo. Podía sentir las miradas perforando su cabeza, los murmullos acompañaban su paso, frías espaldas adornaban su camino. Cada día es el mismo panorama...

Los primeros días que obtuvo ese trato le había dolido, solía tener una muy buena relación con todas sus hermanas. Vagatha era la más jóven de las exorcistas, la última en ser creada, la protegida de las mayores y consentida de las menores. Era muy alegre, curiosa y cariñosa; le gustaba estar rodeada de quienes consideraba su familia, era feliz con la forma en que vivían, pero todo cambió cuando comenzó a destacar sobre ellas.

Su habilidad de combate era innegable, su manejo de armas impecable, su agilidad y estrategia intachables. Lentamente fue subiendo de nivel entre todas sus mayores, hasta ser notada por el mismo líder de todo el ejército angelical, la persona responsable de su existencia, el mayor objeto de respeto entre ellas; Adam, el primer hombre.

Vagatha comenzó a recibir elogios en cada entrenamiento, Adam siempre la escogía para los ejemplos de excelencia o demostraciones ante las serafines, obteniendo cada vez más méritos hasta ser conocida como la mejor del ejército, solo por debajo de él y su lugarteniente, Lute. Ella se sentía muy feliz de poder complacer a sus superiores, estaba orgullosa de hacer un buen trabajo, pero a sus hermanas no les había gustado sentirse opacadas por una recién llegada. Poco a poco comenzaron a recluirla, el desprecio nacido de la envidia alimentaba diariamente sus corazones. Cuando veían al pequeño ángel, todo lo que podían sentir era ira y desagrado, dejando que las emociones tomaron las riendas de sus acciones. Vagatha no entendía el repentino cambio, en su inocencia no se había dado cuenta del giro en las intenciones de quienes la rodeaban; los abrazos y caricias a su cabello se acabaron, las charlas cesaban cada vez que se acercaba, los tonos de voz se notaban endurecidos en las reducidas palabras que le dirigían; ahora apelaban desear privacidad cuando ella aparecía en sus puertas con su pijama y almohada, apenas podía asentir antes de que la puerta fuera cerrada ante sus ojos.

Dianne era la única que la había acogido en esos momentos, permitiéndole quedarse con ella sabiendo de su miedo a la oscuridad. Ella misma fue quien poco a poco le enseñó a superarlo, la única que seguía tratándola dulcemente dentro y fuera del campo de entrenamiento, la única que le celebraba cada nuevo mérito obtenido; sin embargo, no le decía por qué las demás habían cambiado tanto aún si lo preguntaba, decía no saber la razón o no notar cambios, las excusaba diciendo que tal vez solo estaban estresadas por la llegada del exterminio, realmente no quería lastimar su corazón con la verdad. Ocultarle la cruda realidad sería un error que descubriría más adelante...

Sweet Icor [Chaggie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora