-Me sorprende tu llamada Bella ¿A que has venido,?- La voz de Vivianne era neutral, su mirada fría, odiaba que la gente fuera a molestarla a su trabajo-
-En primer lugar ¿Qué demonios te pasa, Vivianne? ¿Cómo te atreves a salir con ese tipo? Es vergonzoso que una chica como tú, gorda y sin chiste, se vea con un hombre adinerado y guapo. Y para colmo, ¿qué demonios llevas puesto? Esa ropa te queda horrible, pareces un payaso- Dijo Bella mirando con asco a su hermana mayor- La ropa de lujo no se hizo para ballenas como tu-
- Agh dios- Vivianne suspiró- ¿Qué rayos haces aquí, Bella? ¿No tienes nada mejor que hacer que venir a criticar mi vida? Creo que sabes que al contrario que tu, yo si tengo un trabajo de verdad-
-Oh, claro que sí- Dijo Bella- Vine a recordarte tus responsabilidades familiares. Mamá está enferma, Vivianne. Tiene cáncer de pulmón y necesita un trasplante de un pariente sano. Tú eres la única opción, ya que yo y papá fumamos como chimeneas-
-¿Estás bromeando, verdad?- Pregunto Vivianne- Crees que yi voy a darle mi pulmón a la mujer que hizo de mi infancia y adolescencia un infierno ¿Vuelves a estar drogada?-
-¿Crees que esto es un juego? Es tu deber como hija desagradecida, fracasada y egoísta ayudar a la familia. Y mientras estás en ello, también deberías empezar a darnos el 75% de tu sueldo- Dijo Bella confiada-
-No puedo creer lo que estás diciendo- Dijo Vivianne atónita-¿Cómo te atreves a exigirme algo así?-
-¿Te molesta? Pues te acostumbrarás. Es hora de que empieces a tomar responsabilidad, Vivianne- Dijo Bella con una actitud madura-
-Antes prefiero estar muerta a darle mis cosas a gentes como ustedes- Vivianne tomó su café y lo tiró por la cabeza de Bella, la modelo entró en cólera-
-¡Maldita criada solo sirves para limpiar!- Gritó Bella alzando su mano dispuesta a golpearla, por suerte la seguridad estaba cerca-
Vivianne salió del trabajo, con el corazón aún encendido por el enojo que había despertado la conversación con Bella. Estaba cansada de la actitud de su familia, de cómo siempre la menospreciaban y la subestimaban, una dinámica que parecía haberse arraigado desde su infancia.
El peso de esa frustración la acompañaba mientras caminaba por las calles, un recordatorio constante de la lucha que había sido su vida familiar. Se sentía agotada de tener que lidiar con las expectativas poco realistas y las demandas injustas de quienes se suponía que debían apoyarla.
Fue entonces cuando, al salir a la calle, sus ojos se posaron en el auto de Caesar, esperándola pacientemente en la acera. La visión de su pareja le trajo un destello de alivio y consuelo en medio de la tormenta emocional que la envolvía.
Con un suspiro de gratitud, Vivianne se dirigió hacia el auto, dejando atrás el tumulto de emociones que la había agobiado momentos antes. La presencia reconfortante de Caesar le ofrecía un refugio seguro en medio de la tormenta, recordándole que no estaba sola en su lucha y que juntos podrían enfrentar cualquier desafío que la vida les presentara.
-Hola cariño- Caesar puso sus manos en sus mejillas y plantó un beso tierno en su frente-
-Ah hola- Saludó Vivianne un poco desanimada-
- ¿Que pasa?-
-Nada ¿Podemos irnos?-
-Esta bien-
Al entrar en el auto y encontrarse con la mirada de Caesar, Vivianne sintió un peso levantarse de sus hombros, sabiendo que había encontrado un compañero en él que la aceptaba y la valoraba por quien era, sin importar las expectativas externas o las demandas injustas de su familia.
-¿Que pasa cariño?- Preguntó Caesar- No te ves tan alegre como esta mañana-
-¿Recuerdas a aqurlla mujer que estaba conmigo el día que apareciste en ese restaurante?- Caesar asintió- Es mi hermana Bella Krasivyy, es modelo y es el ojito derecho de mis padres-
-¿Pasa algo con tu familia?- Vivianne asintió-
-Mi madre tiene cáncer de pulmón y ahora exigen que les de mi sueldo y mi pulmón por qué no soy fumadora- Explicó Vivianne-
-Entendido- Caesar se acercó a Vivianne y beso su frente- ¿Quieres que mejor nos vayamos a casa en vez de salir?-
-No- Vivianne colocó su cabeza sobre el hombro de Caesar- Quiero distraerme-
-Esta bien-
Con una sonrisa reconfortante, Caesar llevó a Vivianne a una dulce y elegante cita en un lujoso restaurante. El ambiente era cálido y acogedor, con suaves luces tenues que iluminaban la sala, creando una atmósfera de intimidad y romance.
A medida que entraban al restaurante, Vivianne se sentía envuelta en una sensación de calma y serenidad, dejando atrás las preocupaciones y el estrés que la habían agobiado momentos antes. El cuidado y la atención de Caesar le recordaban que no estaba sola en su lucha, que tenía a alguien a su lado dispuesto a hacer lo que fuera necesario para hacerla sentir amada y valorada.
Se sentaron en una mesa decorada con elegancia, mientras el camarero les presentaba un menú exquisito lleno de delicias culinarias. El ambiente íntimo y la música suave de fondo añadían un toque de romance a la velada, creando el escenario perfecto para que Vivianne se relajara y disfrutara del momento.
A lo largo de la cena, Caesar y Vivianne compartieron risas y conversaciones animadas, sumergiéndose en la complicidad y la conexión que siempre habían compartido. Las preocupaciones del mundo exterior parecían desvanecerse en el fondo, dejando solo espacio para la alegría y la felicidad compartida entre ellos.
Con cada gesto gentil y cada palabra cariñosa, Caesar le recordaba a Vivianne lo especial que era para él, reafirmando su compromiso de apoyarla y cuidarla en cada paso del camino. En ese momento, en medio de la elegancia y el encanto del restaurante, Vivianne se sintió más amada y valorada que nunca, agradecida por tener a alguien como Caesar a su lado para hacerla sentir mejor.
Le daba igual que fuera de la mafia, era la primera persona en este mundo que la hacia sentir tan valorada y querida.
Hola UwU
¿Les gustó?
Espero que sí
Gracias por leer
Bye bye
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Entre Criminales y Terapeutas: Un Matrimonio de Conveniencia {Caesar y tu}
FanficCaesar Alexdrovich Sergeyev era el hombre más poderoso y temido de toda Rusia, un hombre del que se decían muchas cosas, una de ellas era que carecía de emociones. Claro que había cierta psicóloga que de repente lo convirtió en un hombre débil e ins...