Caesar Alexdrovich Sergeyev era el hombre más poderoso y temido de toda Rusia, un hombre del que se decían muchas cosas, una de ellas era que carecía de emociones.
Claro que había cierta psicóloga que de repente lo convirtió en un hombre débil e ins...
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Vivianne se encontraba a merced de Caesar en una situación que había comenzado con una escena de celos por parte de él. Todo había comenzado cuando, días atrás, Vivianne salió de su trabajo acompañada de un residente del hospital, desatando la furia de Caesar. Ahora, él se estaba cobrando esa afrenta de una manera inesperada y excitante.
En la intimidad de su hogar, Caesar había decidido hacerle pagar a Vivianne por su supuesta traición. La atmósfera estaba cargada de tensión y deseo, mientras Caesar la sujetaba con fuerza, dejando claro quién estaba al mando.
Con cada nalgada que caía sobre su piel, Vivianne experimentaba una mezcla de dolor y excitación, entregándose por completo a las manos de su amante. Cada golpe era una afirmación de poder y control, recordándole a Vivianne quién estaba a cargo en su relación.
-A-ah joder pa-para- Suplicó Vivinne aferrándose a las sábanas de la cama-
A pesar del dolor físico, Vivianne encontraba placer en la sumisión, en dejarse llevar por los deseos de Caesar y en satisfacer sus caprichos. En ese momento, el mundo exterior desaparecía, dejando solo espacio para el éxtasis compartido entre ellos.
-Esto te enseñará a no hablar con otros hombres- Dijo Caesar para volver a darle una nalgada-
-¡Tiene 20 por dios! ¡Su novia es enfermera te lo eh dicho a-a- Vivianne gimió al sentir los dedos de Caesar desplazarse por su ano-
Caesar la apego a su desnudo cuerpo y lamió el lóbulo de su oreja.
-La verdad es que ya estaba cansado de que no quisieras tener sexo conmigo- Susurro-
Los ojos de Vivianne se abrieron estaba enojada pero tampoco debía hacer algo por que podría hacerse daño, Caesar empezó a masajear lentamente el interior vaginal de Vivianne con dedos, lento y tortuoso.
-A-ah- Vivianne estaba un poco atontada por los roces de Caesar- N-no mas-
-¿No quieres mas? ¿Entonces por qué te aferras tanto a mi?- Susurró Caesar en su oreja para volver a lamer el lóbulo de su oreja y moderla-
Vivianne estaba en completo éxtasis, su pequeño cuerpo era demasiado receptivo y promiscuo cuando se trataba de Caesar.
-Oh no...- Cuando Vivianne vio a Caesar bajándose su pantalón tragó en seco-
-Yo te enseñaré a respetarme- Dijo Caesar en voz baja-
Digamos que el organo reproductor de Caesar era bastante....Grande y grueso, completamente erecto.
-¿Caesar no hagas lo que estas pensando? Vas a dejarme invalida- Advirtió Vivianne roja y temerosa-
-Mejor asi no podrás escapar de mi-
Caesar agarró a Vivianne con toda su fuerza alzándola y poniéndola encima de su miembro, Vivianne chilló de dolor, nunca había estado con un hombre que tuviera semejante órgano reproductor masculino.
-A-ah ¡Joder!- Maldijo Vivianne-
-Todavia no llevas ni la mitad-
Vivianne trago en seco, esta seria una noche muyyyy larga.
Vivianne despertó a la mañana siguiente sintiéndose adolorida y confundida. Al abrir los ojos, notó el aroma a jazmín que impregnaba la habitación y su cuerpo, lo que la llevó a deducir que, después de desmayarse, Caesar la había bañado y cambiado su ropa por su pijama.
A pesar del aroma reconfortante, lo único claro en la mente de Vivianne era el intenso dolor que recorría su cuerpo. Cada músculo parecía protestar con cada movimiento, recordándole las experiencias de la noche anterior. A medida que las imágenes comenzaban a regresar a su mente, Vivianne luchaba por entender lo que había sucedido y cómo había llegado a esa situación.
-Buenos días- Saludó Caesar como una rosa entrando a la habitación con dos tazas de café caliente-
-Buenos días - Dijo Vivianne mirándolo mal- Estoy enojada contigo-
-¿Ah sí? ¿Ahora por qué estas enojada princesa?- Bromeó Caesar dándole un beso en la mejilla-
-¡Por qué te pusiste celoso de un residente mio del hospital y encima casi me dejas invalida!- Exclamó Vivianne-
-Bueno algo tenía que hacer si quería ver ese cuerpo en acción- Dijo Caesar como si nada-
-¿Acción? Pero si apenas podía moverme- Dijo Vivianne- Mi trasero duele por cierto-
-Bueno era lo que tenia que hacer para que no escaparás- Dijo Caesar-
-Vete a la mierda hoy era mi día libre y pensaba en salir y tener un día solo para mi pero como mi novio esta las 24/7 cachondo tendre que quedarme en casa para recuperarme- Explicó Vivianne-
-No te preocupes yo cuidaré de ti- Dijo Caesar al que todas las reacciones de su novia le hacían demasiada gracia, no podia tomar en serio a una chica tan adorable como ella-
-Te quiero- Dijo Caesar-
-Vete a infierno- Dijo Vivianne-
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