En un reino sumido en la opresión y el despotismo, Kim Taehyung había vivido toda su vida bajo el peso de un deber que nunca había elegido. La monarquía había sido su vida desde que era apenas un niño, y aunque se esforzaba por hacer honor a las exp...
... Entonces conoces a una persona, esa única que te marca
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mientras más avanzaban en aquel lugar, todo se volvía aún más confuso, pues ahí mismo entre el inicio de varios pasillos se encontraban las insignias familiares de los clanes principales; algunos solamente grabados en piedra, otros estaban con detalles de oro blanco y sus respectivas piedras representativas.
El emblema del clan Lee, con su ostentosa piedra lila, Namjoon podía recordar que aquel clan no había podido tener un heredero, los rumores sobre la infertilidad de la Líder la ponían en desventaja hasta que su luna concibió a la heredera, la nueva princesa Lee Haerin, una alfa recién presentada.
A un costado de aquel pasillo se alzaba el emblema de los Min con su tan poco conocida piedra gris, tan rara como la misma manera en la que el clan resurgió de las cenizas, ahora quedaba más que claro que los Jeon habían metido sus narices en todo aquello.
Por último y principal se encontraba la piedra azul de los Jeon, junto con el nuevo emblema del clan, el cual apenas tenía unos veintiún años, todo seguía intacto con excepción del cambio en la gema principal, la cual había cambiado de ser una Alejandrita a ser una Tanzanita. Si bien eran clanes completamente diferentes en algo, sí que tenían similitudes con los Kim.
El cambio de emblemas y gemas principales. Su mirada siguió observando alrededor, esperando no encontrar el de cierto clan, pues parecía que aquellos quienes se habían unido a los Jeon tenían su tributo cubierto por gemas y oro blanco con plata.
— Veo que ya notó nuestro tributo a todos los clanes principales – habló el alfa Jeon, quien seguía muy de cerca los pasos de su hermana como custodiando sus movimientos – este era un antiguo lugar de reunión, cuando todos estaban en paz y se construyó para ponerle fin a todas las manadas salvajes del otro lado del muro.
— El muro no tiene mucho de haber sido construido – agregó Namjoon, al conocer la historia del pasado oscuro de los clanes.
— Nadie decidió hacer nada hasta que nuestro clan fue vilmente masacrado, nuestra antigua Luna... — los pasos de los tacones de la Luna Jeon se detuvieron haciendo que ambos alfas encontraran una mirada serie en el bonito rostro de la omega.
— Esa historia no se cuenta, hermano, el sufrimiento de nuestro clan no es para causar lástima al resto – la omega se acercó nuevamente hasta su hermano, quien simplemente desvió la mirada, mas no impidió el que buscara refugio en él antes de hablar con el alfa Kim —. Este lugar fue un obsequio del clan Kim mucho antes que el antiguo líder falleciera, estos emblemas y pasillos son solo el reconocimiento a esos viejos tiempos y dándole la bienvenida al nuevo comienzo.
— Lamento haberle provocado un mal rato, Luna.
— Está bien, el pasado deja cicatrices que al día de hoy aún son difíciles de ocultar – reverenció levemente solo para dar su respeto ante la omega, quien solamente asintió en respuesta para luego volver a emprender su camino.