En un reino sumido en la opresión y el despotismo, Kim Taehyung había vivido toda su vida bajo el peso de un deber que nunca había elegido. La monarquía había sido su vida desde que era apenas un niño, y aunque se esforzaba por hacer honor a las exp...
... Debía durar un instante, un segundo, pero fue un infinito
... Duró tanto que fue capaz de eclipsar a la propia eternidad.
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La residencia al norte, cercana a la frontera, era como una réplica exacta de la principal del clan. El antiguo líder Kim pasaba demasiado tiempo en ese lugar, tanto así que decidió crear una casa tan parecida como la suya, pequeños detalles diferían, pero era completamente perfecta para el uso de los concejales o familias principales del clan que decidieran utilizarla. Taehyung vivió ahí mucho tiempo, le traía recuerdos agridulces el hecho de que consideró ese lugar como su verdadero hogar.
Lo habían mantenido oculto durante tanto tiempo por el hecho de su propia naturaleza que en el momento de su presentación como un alfa fue un completo desastre. Se presentó a muy temprana edad junto con una luna roja en el cielo. Todos estaban asustados de no saber controlarlo, así que llevarlo a la frontera norte fue la mejor opción para educar al futuro líder, estando alejado de su madre y su hermano mayor, al menos hasta que fuera capaz de controlar sus propios instintos.
El clan Kim había estado representado con el ámbar rojo desde sus inicios, pero la presentación temprana del segundo hijo del clan les hizo cambiarla, gracias a que Taehyung demostró ser el privilegiado por la luna sangrienta, un eclipse el cual solo despertaba a los lobos más fuertes. El diamante rojo fue bautizado como su nueva representación para hacerle honor al cachorro, quien desde muy pequeño demostró ser más que apto para el puesto.
Aunque todo tenía un precio y no fue hasta que la adolescencia llegó a él que todo se complicó. La fantasía de vivir en el norte junto a su padre se rompió en una sola tarde. No podía encontrar razón alguna para el cambio repentino. Estuvo bien durante todo ese tiempo hasta que le explicaron que su estadía en el lugar solo era temporal, luego de una discusión fuerte con su padre sobre darle más responsabilidades como futuro líder, todo terminara en desastre.
Ahora esa casa estaba llena de fantasmas disfrazados de recuerdos, llenándolo de una nostalgia en la cual no se pudo terminar de hundir porque el cuerpo que aún sostenía en brazos comenzaba a arder en fiebre. Jungkook se removió, inquieto ante el malestar que lo invadía, su flequillo largo estaba pegándose a su frente y la marca sangraba.
¿No la había curado bien? Taehyung se asustó ante la herida, abriéndose en algunas partes, sangrando apenas. Su olfato agudo le hizo fácil el sentir el hierro de la sangre, cubrió lo mejor que pudo la marca, sacándole una mueca de dolor al omega, quien apretó más su agarre en la piel ajena, rasguñando al alfa, quien apenas siseó.
— El doctor ya llegó a la residencia – escuchó la voz de Namjoon, a quien apenas y le respondió con un murmullo, mirando hacia la ventana, notando el camino de árboles creando dos hileras interminables, no eran simples adornos bonitos, estaban ahí con el fin de ocultar las trampas mortales las cuales se encargarían de que nadie que cruzara viviera —. Le he dicho a la servidumbre que lo hagan esperar por nosotros en el salón.
