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Todos los planetas estaban de nuevo en una reunión que había hecho la estrella.

—Bien, los cite aquí para avisarles que si tanto quieren moverse de sus órbitas lo harán.

Algunos quedaron confundidos y otros celebraban.

—Serán acomodados por tamaño, bastante estrés tengo y más con lo de que Tierra casi se lanza hacia mi.

Todos callados, todos shockeados.

Voltearon a ver a Tierra este estaba calmado, por obvias razones: la primera era por la pastilla, la segunda es por que tenía aún el peluche.

Ese peluche.

—¡Ja! De seguro ese estúpido solo quería atención y por eso trato de fingir eso.

Algunos rieron por lo bajo, otros estaban molestos y al resto, no les importaba en lo absoluto.

—Tienes razón Venus, el niño mimado quería atención, pero adivina que ¡No la va a conseguir!

El planeta rojo y el anaranjado empezaron a reír mientras se acercaban al cuerpo celeste con vida.

—¿Que tienes que decir niñato?

De nuevo, risas y más risas inundaban aquel "espacio" ambos planetas rodeaban al que tenía vida.

—Y-Yo..

Estaba al borde del llanto, de un momento a otro tomaron aquel peluche y lo rompieron a la mitad.

—¡No! ¿Que les pasa? ¿¡Por que son tan crueles!?

Lágrimas inundaban su rostro, estaba llorando ¿por un peluche? Si, raro lo se pero era El peluche.

—¡Malos! Son malos...

Seguía llorando, como si un asteroide hubiera golpeado su superficie.

—Mirenlo, el idiota esta llorando ¡Ja! Que patético te vez ¿llorando por un estúpido peluche?

Después de romperlo lo pateo hacia el de verde y azul. Varios rieron otros callaron.

—¿P-Por que?

El de rojo arqueo una ceja ¿por que?

—¿A que te refieres? ¿Del por qué hacemos esto?

Asintió y escuchó una burlesca risa.

—Bien, si tanto quieres saber...

Mercurio y Venus lo tomaron acorralandolo para que no escapara, el cuarto planeta del sistema solar lo tomó del mentón mirándolo directamente a los ojos, ambos rostros cerca, uno llena de lágrimas algo secas y el otro con burla.

—¿Por que más seria Tierrita? Te dañamos por que te queremos, te tratamos mal por que te queremos, te molestamos por que te queremos.

Aun sosteniendo el mentón del ya antes mencionado, le dio un corto beso lleno de agresividad y maldad.

El contrario trato de zafarse pero debido a la rudeza de aquel beso no pudo.

Termino aquel tacto de ambas bocas, uno se relamio los labios mientras que otro estaba lleno de asco.

—¡Agh! Los odio...

De nuevo río.

—¿Eso es todo lo que tienes que decir?

Se preguntarán ¿y los demás planetas? Estaban de nuevo en sus órbitas, la estrella estaba cansada así que igual que los demás se retiró.

Volviendo con los cuatro, el agarre de Venus y Mercurio dañaba sus brazos y más a sus terrícolas, ¿tanto esfuerzo para nada?

—¡Dejenme!

De nuevo trato de zafarse, esta ves lo logró y rápidamente corrió al cinturón de Kuiper.

—¡Maldito! Se escapó.

Grito frustrado.

—Dejenlo, no resistirá más en el cinturón de Kuiper.

Los tres rieron.

—Muy bien jefecito, entonces ¿cuando vuelva lo atacaremos?

Pregunto dudoso el primer planeta del sistema solar.

—Así es Mercurio, y en cuanto vuelva será nuestro pequeño juguetito.

Volvieron a reír, estaban preparados, ya tenían un plan.

Hacer sufrir a la Tierra, se como sea, verlo suplicar por la vida de sus terribolas.

Verlo suplicar por su propia vida.

(...)

Tierra corría, intentando llegar al cinturón de Kuiper, y lo logró, con el peluche en mano lo abrazo mientras lloraba.

—¿Que te hicieron esos idiotas?

Enojado, se acercó a el y lo abrazo.

—R-Rompieron el p-peluche.

Comenzó a llorar de forma desesperada, abrazando a su contrario con fuerza, como si este se fuera a ir y nunca volver.

—Shh, tranquilo, todo estará bien ¿si?

Con un movimiento de manos el peluche esta como nuevo.

—¿Lo vez? El esta bien, yo estoy bien, tu estas bien.

Se abrazaron por un par de "minutos" más, el pequeño se había quedado dormido mientras su cabello era acariciado por el planeta extraño.

—Pronto Tierra, pronto solo seremos tu y yo, y nadie nos detendrá.

(...)

Después de una buena siesta, nuestro planeta despertó, se levantó de su sitio.

No, no estaba en su sitio.

—Mira nada más, a quien tenemos aquí, si es nada más ni nada menos que ¡La Tierra!

El ya antes mencionado se levantó de donde estaba asustado, observó sus manos.

No estaba.

Sus piernas temblando, su respiración aaumentando, su pecho subiendo y bajando, su mirada perdida.

—Oh, no tengas miedo, no te haré daño.

Aquel planeta extraño intentaba acercarse al planeta rocoso cosa que no conseguía ya que este se alejaba.

—¿N-No me harás d-daño?

Dudoso, se quedó quieto, esperando a aquel.

—Exacto, no te haré daño.

El lugar parecía oscuro, tetrico, tenebroso, sin fin alguno, sin línea de meta que termine aquella carrera.

—¿Como podría confiar en ti?

Asustado, temblando, habla desafiante, no quería parecer un niño asustado.

Ante esas palabras, el contrario alzó ambos brazos, en señal de que no tenía trucos bajo la manga.

—No tengo nada, ¿como podría hacerte daño?

Dudoso, se acercó al contrario, aun no confiaba en el del todo, pero como cualquier película o historia de terror el protagonista se acerca al que arece confiable ¿cierto?

—Que ingenuo eres, como yo.

¡𝘛𝘰𝘥𝘰𝘴 𝘰𝘥𝘪𝘢𝘯 𝘢 𝘛𝘪𝘦𝘳𝘳𝘢! [SB]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora