"El legado de los inmortales"

30.Harvard

?: Tan fría como siempre, estoy al pensar que esa actitud tuya no va a cambiar.

Aria: Quizás es porque no tengo ganas de hablar contigo, hermana.

No podía ver el rostro de quien parecía ser la hermana de Aria.

?: Qué atrevida eres hermanita, empuja a Aria y entra en la casa.

Mira los alrededores del apartamento y se me queda mirando fijamente.

Noté la tensión entre ambas así que no hable.

?: Con un hombre en casa, mm.

Porque todo tenía que ser tan raro, ¡ambas son idénticas!

Aria: Sal...

?: ¿Dijiste algo?

Aria: ¿Estás sorda? Qué te vayas.

Tras una pequeña discusión la gemela de Aria se va.

Aria cierra dando un puertazo.

Ustedes no se llevan muy bien, ¿cierto?

Aria: Realmente eres muy entrometido.

Solo fue una corazonada no te enojes.

¿Al menos puedo saber su nombre?

Aria: Rubí...

Aria mira a un lado de la habitación.

¿Rubí? Bonito nombre.

¿Me vaz a contar que ocurre entre ustedes?

Aria: Digamos que somos opuestas en todo, mientras yo trato de guardar nuestro secreto ella trata de revelarlo, si yo digo negro, ella dice blanco con tal de decir lo opuesto...

Ya veo, son diferentes, claro menos en el rostro.

Aria: No creo que halla pasado una vez que hubiéramos concordado en cualquier cosa. Siempre tenía que ser distinta a mi.

Aria: Si yo fuera tú, andaría con cuidado, ahora que te vió, si te encuentra lo más probable es que te mortifique a más no poder.

No hay problema, soy calmado ante estas sitúa.

Bueno creo que ya es un poco tarde, debo irme, además seguramente tienes algo de la universidad que hacer, ya que es domingo.

Aria un poco seria me abre la puerta.

Ah, antes que lo olvide, ¿en qué universidad estudias?

Aria rueda los ojos

Aria: En Harbard

Gracias, nos vemos luego, adiós.

Me despedí sonriente y tomé camino a casa.

Técnicamente hoy rompí con mi novia, me recuperé de las heridas y... No me siento mal, me siento feliz.

Casa de Jack

¡Buenas tardes Finn!

Entré sonriente al salón.

Finn: ¿Puedo saber a que se debe esa alegría?

Pareceré un tonto, pero ahora mismo no me importa el hecho de haber roto con Antonella en lo absoluto y dentro de mi siento alegría, es imposible de describir.

Finn: Ya veo.

Ah, antes que se me olvidé podrías matricularme en la universidad.

Finn me mira sorprendido

Finn: Se, señor, ¿usted en la universidad?

Como oíste, en Harbard para ser específicos.

Finn: Haré todo lo posible, usted que año sería, ¿tercero? , ¿cuarto?

Si quieres escógelo al azar, no me importa mucho.

Finn: Tendré que hablar con mis contactos para matricularlo.

¿Podría ser para esta semana? , estoy ansioso.

Finn: Lo intentaré.

Bien, mientras tocará esperar.

Finn: Señor, la marca en su cuello ha perdido tamaño.

En serio, agarro un espejo y miro fijamente mi cuello.

Tienes razón, quizás esto sea bueno.

Me recosté en el sofá y no paraba de sonreír.

Hoy estuve en su casa.

Finn: ¿En casa de la joven que usted me había hablado?

En efecto, esa misma.

Tengo cosas que hacer, hablamos luego.

Finn: Muy bien.

Concluida esa charla, me propuse adelantar cada negocio, papeles, etcétera.

Pasaron unos días aburridos y extensos, al menos pude hacer algo productivo.

Era, ¿qué día? ¿Jueves?

Me encontraba en mi habitación mirando sl techo cuando alguien toca la puerta.

Finn: Señor, tenga.

Finn me entrega una percha consigo un uniforme.

Espera... ¿Esto significa?

Finn asiente

Finn: Justo como se lo imagina, usted es ahora un estudiante de Harbard.

Comencé a saltar de alegría.

¡Ay Dios! ¿Y el sol?

Finn: Eso no es problema, hablé con el decano y le comenté que usted tenía una condición en la piel que lo hacía sensible al sol, por lo tanto debe utilizar siempre capucha.

Finn: Sí yo fuera usted, no quisiera llegar tarde el primer día de clases.

¿Comienzo hoy?

Finn asiente en respuesta.

Vale, por último, ¿en qué año estoy?

Finn: Tercero.

Vale gracias.

Eso fue lo último antes de comenzarme a vestir.

¿Quién estuviera tan emocionado por ir a la universidad?

Supongo que solamente yo.

Terminado de vestirme, Finn me hizo el favor de adelantarme hasta la entrada.

Parece que así comienza Jack, "el universitario"

Comienzo a reír en voz baja.

Entré con toda la confianza del mundo.

Los pasillos, repletos de alumnos, los lugares pequeños llenos de personas me resultaban desagradables, pero nunca pensé que me hubieran gustado.

Nos hicieron estar en el patio el primer rato de la mañana.

Cada alumno con los de su año.

Pero yo, yo sería la excepción.

Buscaba entre los de primer año a Aria, pero esto no me lo esperaba...

Entre tantos alumnos estaba ella, pero besando a otro chico.