"El legado de los inmortales"

1.Carencia De Cordura

Era tarde, estaba sentado en el gran salón de mi mansión.
Escuchaba a lo lejos las gotas de agua que caían torrencialmente, unido a una abrumadora neblina

Ya era noche, y tenía ganas de un trago . Por lo tanto decidí ir a un bar cercano.

Encendí un cigarrillo, el cual no duró, por culpa de la lluvia.

Mierda, dije frunciendo el seño

Estaba de camino, con las manos dentro de los bolsillos de mi refinado saco.

De manera repentina, sentí un olor a sangre fresca.

Un poco, quizá demasiado tentador

Me acerqué de manera sigilosa.

Vaya, están a punto de matar a esa humana.

Sinceramente no me importa, si la están tratando de matar es porque se lo merece.

En fin, Saqué un cigarrillo y traté de encenderlo.

Al fin paró de llover, dije sonriendo un poco y cuando sentí el grito de la mujer.

? : ¡Ayúdame, por favor!

¿Me pudiste ver? Tienes una buena visión, ¡felicidades!

?: ¡Ayúdame por favor! Dice forcejeando y sollozando a la vez.

¿Por qué debería?

?: Haré lo que quieras, por favor.

Sentí una sensación extraña dentro de mi, algo que nunca había sentido...

Está bien, lo haré, pero solo por esta vez.

Arrojé el cigarrillo y me dispuse a matar a ese humano.

Ey tú, el encapuchado, ven charlemos.

¿: ¿Estás loco, no ves que estoy armado?

Oh sí , tengo buena vista.

¿Vas a venir o no?

¿: ¡Claro que no!

¿Tengo que irte a buscar?

¿: Te voy a matar mocoso, ¡vete!

Ah, verdad que ustedes desperdician la vida.

De manera rápida lo inmovilicé en el suelo

¿Ves? Deberías haber huido cuando aún podías. Lástima que se acabó tu oportunidad.

De manera veloz comencé a virar su muñeca, haciendo que se retorciera de dolor

¿: ¡¡Ahhh!!

¿: ¡Para!, por favor, duele ¡¡muchísimo!!

Oía como gritaba de manera desesperada, música para mis oídos..

Cómo oses nuevamente cruzarte por mi camino...

Me le acerco y le susurro en el oído

Acabarás muerto, ¿entendiste?

¿: Sí.

Dice con voz temblorosa y asustada.

Ahora lárgate de mi vista.

El enmascarado se va de manera apresurada.

Sucia escoria...

?: Tú... ¿Quién eres?

Dice tartamudeando.

Te mentiría si dijera, que me agrada conocerte.

Me llamo Jack Daniel.

Y tú señorita ¿quién eres?

Me llamo Anto...

Que nombre tan extraño, Anto...

Jack: Tus padres no eran creativos, en lo absoluto.

Le dije mirándola a los ojos.

?: Antonella...

Jack: Ah, ahora cambian las cosas.

Jack: ¿Te vas a quedar en el suelo?

Antonella: Ah, claro que no.

Jack: Entonces párate... Digo fríamente .

Antonella: ¿No me vas a ayudar?

Jack: Tienes extremidades, hazlo tú sola. Además he perdido demasiado tiempo en salvarte, de esa escoria.

Adiós...

Antonella: ¡Espera!

Giré la mirada, hacia ella.

Jack: No me hagas perder tiempo.

Antonella: Muchas gracias por salvarme.

Jack: No me agradezcas, solo retorcí la muñeca de una basura. Ahora sí , me voy...

Jack: Disfruta la noche... Ah y cúrate esa herida...

Doy la vuelta, para retomar el camino hacia el bar.

Entrada del bar

Dame un whisky, el mejor que tengas.

Camarero: Enseguida señor.

Enciendo un cigarrillo.

Esa escoria humana me hizo perder mucho tiempo.

Susurro.

Camarero: Aquí tiene señor.

Ten, aquí está el dinero. Ah y la propina.

Tomé rápidamente el whisky y fui a casa.

Al fin, hogar dulce hogar.

Mayordomo: Buenas noches señor, permítame guardar su saco.

Gracias Finn. Eres muy servicial.

Finn: No es nada, es mi trabajo señor.

Sabes Finn, eres de mi total confianza.

Jack enciende un cigarrillo.

Qué malos modales, ¿quieres uno Finn?

Finn: Gracias señor, pero en este momento no me parece adecuado.

Como quieras.

Finn: ¿Qué ocurre señor?

Finn: Lo noto, quizá pensativo.

No te equivocas...Eres muy preciso cuando se trata de adivinar mis emociones.

Finn: Quizá, llevo muchos años trabajando para usted.

Hoy ocurrió algo que jamás me había pasado.

Finn: ¿Puedo saber qué es?

Estaba de camino a un bar cuando me encontré a una humana en peligro.

Al principio actué con indiferencia como haría siempre pero... Ella notó mi presencia y me suplicó que la salvara.

Normalmente no lo haría. Pero está vez decidí ayudarla.
Torcí la muñeca de esa escoria y la salvé.

Me pidió que la ayudara a pararse pero actúe de manera fría y le dije que ella tenía sus propias extremidades.

No la dejé hablar y me fui...

Finn: Waw, es una gran historia.

No es una historia Finn. Nunca había sentido esa sensación en mi frío corazón.

No sé como expresarlo.

Finn: ¿Compasión quizá?