El Eco del Miedo

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Tengen creció en una casa donde los gritos eran una melodía familiar y los golpes una constante en la rutina diaria. Desde muy pequeño,aprendió que en su hogar las palabras no tenían poder;solo los actos de fuerza y control conseguían que las cosas funcionaran.Su padre,un hombre grande y autoritario,no dudaba en levantar la voz,ni las manos,cuando algo no salía como él quería.Su madre,con los ojos bajos y la cabeza gacha,nunca decía una palabra,solo se sometía,como si hubiera sido educada para callar y aguantar.

Desde que Tengen era un niño,observaba todo en silencio Al principio el miedo lo invadía, como un peso que no podía soltar.Pero pronto algo más fuerte que el miedo empezó a formarse dentro de él:entendió que la manera de conseguir respeto,de no ser ignorado ni pisoteado,era ser fuerte,ser imponente,ser capaz de someter a los demás.En su casa,el amor no existía en las palabras;solo existía en los actos de poder.

Con seis años,ya imitaba los gestos de su padre.No era solo su forma de caminar,o su tono de voz rasposo.En su mente,no había espacio para la duda ni la compasión Cuando algo no salía como él quería,no temía levantar la mano,y lo hacía con la misma naturalidad con la que su padre lo hacía con su madre.En la escuela,sus compañeros aprendieron rápidamente que Tengen no era alguien con quien se pudiera jugar.Si alguien se atrevía a desafiarlo,él respondía con empujones,con gritos,sin dudar,sin remordimientos.

A medida que crecía,el niño no solo replicaba la violencia,sino que la abrazaba como parte de su identidad.Ya no era solo un reflejo de lo que veía en su hogar,sino una parte intrínseca de él mismo.Los otros niños se apartaban al verlo llegar,y eso solo alimentaba su poder.No necesitaba ser amable,no necesitaba hacer amigos.Lo que necesitaba era control, y eso lo lograba con su imponente presencia y su actitud de superioridad.

A los diez años,Tengen comenzó a notar que su fuerza no solo le daba respeto,sino que también lo hacía invulnerable.Nadie se atrevía a desafiarlo,nadie se le acercaba para decirle algo en contra.Ya no se sentía incómodo al ver que la gente le temía;de hecho,le gustaba. En su casa,su padre lo miraba con una aprobación tácita,un reconocimiento silencioso de que el hijo había aprendido bien las lecciones de la vida.

"Así es como se hace, hijo",le decía con una mirada llena de orgullo.Tengen nunca se preguntó por qué su madre no reaccionaba, por qué siempre aceptaba los gritos y los golpes.No le importaba.El mundo estaba hecho para los fuertes,y él era uno de esos fuertes.

La violencia era su lenguaje,y a medida que pasaban los años,Tengen se volvía más hábil en ella.No solo en casa,sino en las calles,en el colegio en cualquier lugar donde pudiera imponer su poder.Si alguien lo desafiaba,no dudaba en golpear primero,en despojar a la otra persona de su dignidad con palabras afiladas.Y, sin embargo, nunca sintió ni remordimiento ni culpabilidad.Para él, la violencia era solo una extensión de lo que había aprendido en su casa:una forma legítima de manejar el mundo.

Los años pasaron y Tengen se convirtió en un joven sin conciencia de las consecuencias de sus actos.A los quince,ya nadie se atrevía a mirarlo a los ojos.Su fama como alguien peligroso se extendió rápidamente,y él lo disfrutaba.No se sentía mal por ello,al contrario,se sentía invencible.Las reglas que regían su vida no eran las de la bondad ni de la compasión, sino las de la dominación y el control.Y él, más que nadie, las comprendía.

Nunca pensó que existiera otra forma de ser.La sumisión,la debilidad,todo eso le parecía innecesario,un obstáculo.La vida era un juego de poder,y él era un jugador nato.En su mente,lo único que importaba era ganar,siempre ganar,sin importar cómo ni a quién.

El miedo que él provocaba en los demás lo llenaba de satisfacción.La gente le temía,y eso le daba un poder absoluto sobre ellos.No necesitaba amor,ni amistades,ni comprensión.Lo único que necesitaba era respeto,y eso solo lo podía conseguir de una manera:dominando, controlando,siendo el más fuerte,el más imponente.

Tengen sale con su pareja porque,al igual que con todos los demás aspectos de su vida, busca tener control sobre la relación.No le interesa el amor genuino,sino el poder que puede ejercer sobre otra persona.Ve a Kyojuro como una extensión de sí mismo,alguien a quien dominar y manipular para satisfacer sus propios deseos y mantener su imagen de autoridad.En su mente,tener una pareja es una forma de reafirmar su control y demostrar que, incluso en el ámbito personal,él es quien manda.

VIOLENTOMETRO;uzurenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora