| •DARK PARADISE• |

• CHAPTER TEN•

HOMICIDIO: DARK PARADISE ESTACIONAMIENTO

Narra Nick

La noche había sido maravillosa, no sabía por dónde explicar cada una de las cosas que siento ahora mismo, acostado completamente desnudo mirando hacia el techo de la habitación recordando cada momento que vivimos anoche, cada beso, cada caricia, los sentimientos que dejamos salir, cada palabra suya en mi cabeza, unas más que otras, como esa pequeña frase que me dijo.

– "A mí me tienes loco, pero más loco me tiene tu cabello, podría acariciarlo todo el día mi amor" –

Con lo pude comprobar al menos una gran parte, Charlie era ese chico del cual me había enamorado hace años atrás, su manera de tocarme con delicadeza y amor, sus besos eran delicados pero apasionados, dependiendo del humor que podía tener, sus manos siempre que estábamos juntos, tocándonos en la cama viajaban al mismo lugar, mi cabello, me hacia sonreír el hecho de que por primera vez en mucho tiempo, pero mucho tiempo, podía respirar un aire de felicidad, una paz que buscaba sin descanso, mis sentimientos hacia el crecen mucho, bajo la mirada hacia mi pecho sintiendo como su cabeza está apoyada en el mientras duerme, dejo salir una pequeña sonrisa, nunca había sido tan feliz como ahora.

Beso delicadamente su cabello, su frente teniendo el sumo cuidado para no despertarlo, se mueve y se coloca de espaldas, me estaba enamorando mucho mas, podría quedarme aquí con él, encerrados en esta burbuja por toda la vida si se pudiera, quería conocerlo, saber su historia, la real, verlo con sus hermanitos me hinchaba el corazón de una manera que no podía explicar, su tacto con cada uno de los niños, era tierno, amable, atento y escuchaba cada cosita que salía de sus cabecitas, Charlie era maravilloso en todo sus aspectos, me intrigaba saber cómo este hombre tan hermoso, tierno, dedicado a sus hermanitos, poder darles todo lo que necesita y estar presente en sus vidas pudo terminar en este mundo tan asqueroso, una cosa tenía claro.

Charlie no volvería a vender su cuerpo nunca más, lo sacaría de este mundo, no importara lo que me cueste.

Lo veo acurrucarse más en su lado de la y arroparse con la sabana, la mañana comenzó fría este día domingo, me acomodo a su lado besando su hombro delicadamente, su piel se eriza al sentir lo cálido de mis besos, esa piel suave que me encanta acariciar, sentirla con mi piel cuando se unen, subiendo cada beso hasta su cuello, besándolo lento y con mis manos acariciando sus delgadas piernas bajo las sabanas, esa ternura con la me recibe después de una noche de pasión tan caliente como la que tuvimos, una sonrisa se posa en ese rostro tan hermoso, su mano se va a mi cabello, como vuelvo a comprobar, mi cabello era su debilidad, lo acariciaba dejándose llevar por los besos en su cuello.

— Buenos días amor mío — sonrío

— Buenos días mi amor — sonríe también — ¿Cómo dormiste? — dice

— Muy bien amor — vuelvo a besar su cuello — ¿Y tú, quieres seguir en cama durmiendo? — digo

— Dormí muy bien, quisiera quedarme aquí contigo pero tenemos a ciertos pequeños a punto de despertar — dice

— Aun no se han despertado — subo encima de él — podemos aprovechar unos minutos más para darnos los buenos días ¿Qué dices? — digo

— Que estamos perdiendo tiempo hablando amor — dice sonriendo

Beso esos labios suaves que hacen compas con los míos, besaba a Charlie con pasión, deseo pero también lo besaba con amor, los labios se movían en una sincronía maravillosamente perfecta, las bocas se conectan para sentirse, de un lado a otro, nuestras manos tocaban cada parte de nuestros cuerpos desnudos, el calor entre nosotros crece, la boca de Charlie se pone en mi cuello besándolo lentamente, jadeaba por esos besos, por sus caricias en mi espalda, mi boca se sitúa besando sus hombros escucho como jadeaba aun mas, bajando mi boca lentamente por su pecho besándolo.