| •DARK PARADISE• |

•CHAPTER SEVENTEEN•

Las Provocaciones Ardientes

Nick se quedaba observando la hermosa familia que tenia, que estaba formando junto a Charlie, sus ojos se van hacia su hombre con sus rizos pegados a su cara durmiendo casi sin salida de los brazos y piernas de Jaden, tranquilamente se enamoró de esa vista, de su hombre, sus tres hijos el corazón se le quería salir del pecho de lo fuerte que estaba latiendo, sentía que no podía existir una felicidad tan plena como esta, con sumo cuidado se levanta sin hacer mucho movimiento para no despertar a los amores de su vida.

Los ojos de Nick se posaban en ese hombre que tenia ante sus ojos, ese hombre que le robaba el aliento, observaba como respiraba, como dormía y ese amor creció en su interior, se preguntaba cómo puede ser tan hermoso cada día, se acercaba silenciosamente a Charlie acariciando sus rizos, podía mirarlo sin parar por todo el día y se sentiría el hombre más afortunado del universo, dejaba un pequeño beso en su mejilla, no quería despertarlo se habían acostado muy tarde después de aquella noche tan emotiva y llena de risas.

Sus pequeños niños no quisieron dormir en sus habitaciones, se habían escapado a la habitación de sus padres para empezar una pijamada, ni Nick ni Charlie podían negarles algo a los tres pequeños que con sus miradas tiernas y traviesas conseguían lo que querían, en su corazón existía mucha paz y amor, pero dentro de todo lo que había pasado, Nick no pudo zafarse de un castigo, Charlie había sido muy estricto con ello.

"Como sobreviviré a una semana sin sexo si este hombre se ve así de sensual incluso hasta dormido" pensaba Nick mientras no quitaba la mirada de Charlie.

Se disponía a hacer su rutina de todas las mañanas, sin apuros ni distracciones, aunque no se molestaría en provocar a Charlie para persuadirlo y que lo dejara tocarlo, besarlo y hacerlo suyo en la ducha como aquella mañana, de manera tranquila Nick hacia su ritual, todo lo de siempre para sus mañanas, al cumplir con sus cosas, Nick salía del baño envuelto en una toalla en su cintura y con otra en su mano secaba el resto de su cuerpo y su cabello, tenía los ojos cerrados pero una vez que los abre, esos ojos marrones se abren completamente quedando hipnotizados por la vista que tenia al frente.

Charlie acostado boca abajo con las sabanas por sus piernas, sin su camiseta de dormir y su bóxer negro que tanto le gustaba a Nick que usara, la garganta se le trancaba solo con verlo ese calor que comienza a incendiarlo desde la punta de los dedos de los pies hasta el último cabello en su cabeza, la mirada de Nick subía poco a poco, desde sus piernas hasta sus nalgas redondas y pequeñas, sentía como su boca se llenaba de saliva que quería depositar en medio de esas ricas nalgas, se pasaba la toalla por su cara dejando salir un jadeo con mucha frustración.

Daba gracias al cielo que sus niños se habían despertado y no estaban en la habitación en ese momento.

-"No vayas a caer en provocaciones suyas Nick..." -

Mueve su cabeza quitando todos los pensamientos cachondos de su imaginación, se dispone a alistarse para trabajar, tratando de mantener su concentración en lo que debía hacer "vestirse", una vez que Nick estaba vestido de la cintura para abajo comenzó a buscar sus zapatos de siempre, al darse la vuelta se encontraba con otra escena que lo encendía a muchos niveles que Nick no podía controlar.

Charlie boca arriba mostrando la no tan dura erección de sus mañanas, la respiración de Nick se había cortado al instante, su cuerpo le pedía a gritos el cuerpo de su hombre, sus mejillas las podía sentir ardiendo del calor tan inmenso que solamente ese hombre podía provocar, apretaba sus labios con tanta fuerza para no gritar de desesperación, sabía perfectamente que Charlie no estaba dormido.

Su hombre fingía despertarse frotándose los ojos, el solo estaba poniendo su mirada en ese bulto entre las piernas de Charlie, provocándolo como sabia que podía hacerlo, sin darse cuenta que Charlie lo estaba mirando con mucha picardía y diversión.