𝙲𝙷𝙰𝙿𝚃𝙴𝚁 𝚂𝙸𝚇

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"¿Una mala decisión?"

PABLO ESTABA EN SU HABITACIÓN dando toques con su balón mientras su familia se reunía para hablar sobre como harían una pequeña fiesta de Halloween

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PABLO ESTABA EN SU HABITACIÓN dando toques con su balón mientras su familia se reunía para hablar sobre como harían una pequeña fiesta de Halloween.

— ¡Pablo!— Escuchó la voz de su madre, bufó y bajó rápidamente al salón.

— ¿Qué pasa?— Preguntó mientras le daba un abrazo a su tía.

— Me ha dicho Fabiana que te dijera que bajaras. No sé para qué, la verdad.

La ya nombrada, entró rápidamente al salón con una sonrisa y el móvil en la mano.

Se puso frente a Pablo, dejándolo totalmente confundido.

— ¿Te acuerdas de aquella promesa que te hice el día de tu cumple?— Ella solo sonreía con lágrimas en los ojos mientras agarraba las manos del pequeño.

— ¿La de Pinky Promise?— Ella asintió y le tendió el móvil. El niño estaba demasiado perdido en lo que estaba pasando.

— Habla...— Dijo en un hilo de voz, la rubia.

— ¿Hola?— Al otro lado se escuchó un sollozo.— ¿Quién es?

— Pably...— Entonces el mundo de Pablo dejó de girar en ese instante. Él quedó totalmente paralizado dejando confundidos a todos los que estaban allí, menos Fabiana.— Echaba de menos escuchar tu voz...— Dijo en un notable acento colombiano.

— Daily...— Los ojos de Pablo se aguaron haciendo que al pestañear, varias lágrimas cayeran rápidamente.

Todos se congelaron en ese momento.

Fabiana lloraba tapándose parte de su cara mientras estaba arrodillada en el suelo casi a la altura de Pablo.

— Te echo muchísimo de menos...— Confesó llorando, Daila.— Perdóname por no estar en tu cumpleaños. Te prometo que tenía todas las ganas del mundo de ir, pero pues, estamos a 10 horas de distancia...— Soltó una risita entre lágrimas.

Pablo no podía casi ni hablar, estaba totalmente paralizado.

— Me podrías haber llamado, Daila.— Contestó en un tono rudo que hizo que la piel de la pequeña rubia que estaba al otro lado del teléfono, se pusiera de gallina.

— Yo...

— ¿Tú qué? Tuviste la oportunidad de llamarme.— Estaba notablemente molesto.— Te aseguro que yo hubiera movido cielo, mar y tierra para poder hablar contigo el día de tu cumpleaños.

𝗖𝗢𝗟𝗨𝗠𝗕𝗜𝗔─────𝗣𝗔𝗕𝗟𝗢 𝗚𝗔𝗩𝗜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora