Todo el mundo sabía de ella, quién era, a donde iba. Incluso, sabían quién fue su amor platónico durante tantos años.
Sabían que ese amor platónico no era correspondido, pues él era un español reconocido mundialmente.
Mientras que ella solo era una...
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Narrador omnisciente
UNA NIÑA NUEVA se presentaba en su escuela de infantil.
Ella, era una niña llena de alegría. Una niña con muchos sueños por delante.
Entró a su clase mientras agarraba fuertemente el pantalón de su profesora.
Todos los niños que se encontraban dibujando, apoyados en la mesa, jugando entre ellos, pegándose, e incluso sacándose la lengua. Miraron atentamente a su profesora.
— Niños. Ella es vuestra nueva compañera: Daila.— Miró a la niña con una sonrisa.— Daila. Saluda a tus compañeros.
La niña negó rotundamente. Era demasiado tímida a sus 3 años de edad.
— Vamos cariño. Ve con tus compañeros a jugar...— Se seguía negando.— ¿Que te pasa, Daila? Hace un momento estabas emocionada...
— No quelo jugal...
— ¿Por qué, cariño?— La niña se quedó callada.— Mira princesa. Todos están jugando. No pasa nada...— Le acarició la manita.
— Tengo miero...
— No hay de que tener miedo, corazón. Venga. Ve a jugar con tus compañeros...
Daila se acercó lentamente hacia una mesa para sentarse. No le gustaba la gente. Era muy poco social.
Un niño de ojos grandes y color avellana, pelo castaño y una camiseta del Barça. Se hacia presente en aquella mesita.
— Hola...— Saludó con un característico acento Sevillano. Pues estaban en Sevilla. Específicamente, en Los Palacios y Villafranca. Ya que era el pueblo natal de los padres de su madre, y por temas personales, su madre decidió irse a vivir con sus padres mientras se hacía el papeleo del divorcio y se averiguaba a quien iría la custodia de la pequeña Aguirre.
Era un día lluvioso, con relámpagos que hacían sobresaltar a la pequeña rubia de ojos azules. Ella siempre le había temido a muchas cosas. Pero más a los gritos y a los golpes. Ya que se la vivía rodeada de ese tipo de violencia por parte de sus padres.
Ella miró un poco apenada al niño. Él solo mantenía una bonita sonrisa en su rostro. Era demasiado guapo para sus tres años de edad.
— Ho...hola.— Saludó tímidamente. Fue casi inaudible para cualquiera. Pero el niño la escuchó como si lo hubiera dicho en voz alta.
— ¿Como te llamas?— Preguntó el pequeño.
Daila se quedó completamente callada. Jugaba con sus manitas tratando de quitar un poco la timidez que traía encima. Pero para ella era algo imposible. No lo podía controlar. Más cuando un niño de su edad estaba acercándose a ella buscándole un tema de conversación. Con las únicas personas que tenía comunicación formal era con sus hermanos. Y eso que a veces ni siquiera era formal, siempre terminaban discutiendo y jaloneándose los juguetes.
Dicho niño, miró las manitas de la pequeña y frunció un poco el ceño al verla tan nerviosa, hasta movía su pierna con rapidez. ¿Que le pasaba?
— Da... Daila. Me llamo Daila.— El niño se sorprendió y levantó la cabeza dejando de mirar las manitas de la ojiazul para mirarla a aquel rostro tan hermoso ante sus ojos. Le sonrió tiernamente a la niña y se levantó de su silla para luego extenderle su mano a la pequeña.
Daila se encogió en su asiento al ver la mano, pues pensaba que tal vez le pegaría o algo por el estilo.
— ¿Que te pasa? ¿Estás ben?— Le preguntó.
Ella solo lo miró con un par de lágrimas en los ojos. Él se sintió más confundido aún. Era un niño, no entendía muchas cosas. Y menos una como la situación de la niña.
— ¿No me vas a pegar...?— Preguntó la niña, atemorizada.
— ¿Por qué te voy a pegar?— Preguntó confuso.— La niña sorbió su nariz limpiando sus lágrimas. La primera reacción del pequeño castaño, fue lanzarse a abrazarla pegando palmaditas en su espalda para tratar de calmarla.
Eso a Daila le sorprendió.
Nunca había tenido contacto físico con ningún otro niño de su edad.
Por alguna razón, se sintió relajada y segura entre aquellos brazos. Hubiera querido quedarse ahí por toda su vida...
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Aquí tenéis el primer capítulo de esta hermosa historia. Espero que os guste tanto como a mi gusta tanto escribirla. 🫶🏻
Os adoro.
(Comentad, que ya sabéis que me encanta que lo hagáis) ❤️🩹
