"Reencuentro ¿raro?"
— Mamá, ¿puedes llamar al papá de Daily para que venga a casa y podamos jugar? Porfiii.— Suplicó el pequeño.— Claro, ahora lo llamo.— Sonrió Belén y acarició el pelo de su hijo.
Esa misma semana, Daila se quedaba con su padre, ya que la pequeña y su hermana tenían que cambiar de casa cada semana para estar con sus padres y disfrutar cada uno de esos días. Justo en esa semana, la pequeña, su hermana y su padre, se irían de vacaciones a Canarias para disfrutar un poco de otro tipo de ambiente playero.
Pablo salió felizmente al jardín de su casa para avisar a Aurora de que su mejor amiga y la de ella, vendrían a jugar.
Una hora después, el pequeño Pablo, escuchó unos lamentos desgarradores por lo que fue a ver que era lo que ocurría.
— ¡Se las ha llevado! ¡Me las ha quitado!— Exclamó Fabiana, la madre de las pequeñas Aguirre.— ¡Dijo que las traería hoy, y me ha llamado diciéndome que se iba con ellas a Colombia! ¡Que no las buscara ni nada, o haría todo lo posible por quitármelas!— Se arrodilló en el suelo entre lamentos.— ¡Mis pequeñas!
Pablo se empezó a asustar nada más verla así.
¿Daila lo había abandonado?
¿Se había ido sin decirle nada?
¿No quería seguir siendo su mejor amiga?
Entre tristeza y miedo, solo pudo preguntar:
— ¿Entonces ya no voy a poder jugar con Daily?— Sus ojitos avellana empezaron a aguarse.
A su hermana le partió el alma ver a su hermano pequeño así, aunque ella también había perdido a dos grandes amigas, ahora mismo solo le preocupaba que su hermano estuviera bien.
— Hermanito, ellas van a volver y vamos a poder jugar con ellas otra vez, ¿vale?
Cualquiera juraría que los ojitos del pequeño brillaron en ese momento.
— ¿Enserio?— Su hermana asintió con los ojos húmedos.— ¡Bien! ¿Puedo guardar mis juguetes para luego jugar con Daily cuando vuelva?
Auch.
— Claro que si hermanito.
— ¿Me lo prometes?
— Te lo prometo. Ahora vete, corre.— El niño se fue dando saltitos.
Su hermana, vio a su padre verla con ternura.
Extendió los brazos hacia su hija y la estrechó entre ellos.
Ella lloraba soltando todo lo que tenía acumulado en su interior para que su hermano no la viera y creyera la gran mentira que le había dicho.
— Eres una hermana increíble, princesa.— Le dio un beso en el pelo y siguió consolándola.
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𝗖𝗢𝗟𝗨𝗠𝗕𝗜𝗔─────𝗣𝗔𝗕𝗟𝗢 𝗚𝗔𝗩𝗜
Hayran KurguTodo el mundo sabía de ella, quién era, a donde iba. Incluso, sabían quién fue su amor platónico durante tantos años. Sabían que ese amor platónico no era correspondido, pues él era un español reconocido mundialmente. Mientras que ella solo era una...