Relativity; Force of attraction (Senku x tu)

¿Deja vu?

"Senku..."

...

"¿Ya me olvidaste...?"

...

"¿Olvidaste el sentimiento...?

...

"¿Olvidaste la 'Culpa'?"

...

"Senku..."

...

"Mírame."

Abrió los ojos. Sintió humedad a su alrededor, no solo humedad en su cuerpo y sus ropas mojadas, sino también en su frente a causa del estrés.

Con los iris desorbitados, levantó su mano y palpó su frente, mirando las yemas de sus dedos llenas de sudor, el cual seguía corriendo por su cara.

Se sentó sobre el "suelo" en el cual había despertado; sus piernas estiradas y las palmas de sus manos, las cuales usaba como apoyo extra, reposaban en la superficie de lo que parecía ser agua, como un mar tranquilo y pacífico. Sobre su cabeza, se extendía un gran cielo negro y abrumante, como un manto de oscuridad que lo consumía y generaba una gran angustia en su pecho de solo observarlo.

Entrecerró sus ojos y sus pupilas enfocaron una figura. Una sombra.

Miro su reflejo en el espejo marino y no vio fondo, solo había oscuridad.

Se apoyó en sus manos y se levantó, quedando de pie sobre el agua.

Con cautela, se acercó a la silueta. Una silueta de sombras, como si de humo se tratase, pero con forma humana presente.

Al estar a unos cuantos metros, un color verde iluminó dos puntos en la "cabeza" de la silueta, una clase de "ojos".

"-¿Que eres?- indagó."

La sobra negó con la cabeza, dejando rastros de humo negro al generar el movimiento.

"-¿No? ¿Como que no? ¿No qué? -se quedó pensando un momento.- Ah, entiendo. No es la pregunta que querías."

Asintió. Las luces verdes dejaban también rastro de luz como auroras boreales.

"-Bien, entonces re formulo. ¿Que quieres?"

Volvió a negar.

"-¿Tampoco?- Pensó.- ¿que es este lugar?"

Negó con fuerza.

"-...- empezaba a irritarse.- ¿Que hago aquí?"

Negó poniéndose una "mano" en la frente.

"-¡Solo dime que quieres que pregunte!-bufo con molestia en su voz.- ¿¡Quien eres!?"

Una luz apareció iluminando la sombra desde la espalda. La oscuridad se separó del cuerpo, dejando solo la materia.

Aquella luz era tan fuerte que no pudo divisar la persona frente a el con claridad, por lo que tuvo que cubrir sus ojos con su mano ya que sentía que se le quemaban las retinas al tratar de ver.

En cierto punto, su mano no fue suficiente y tuvo que voltearse, dándose cuenta instantáneamente que el cielo sobre el, oscuro y tenebroso, se había llenado de estrellas, el horizonte había aclarado siendo abandonado por la neblina y el agua bajo sus pies albergaba peces Koi.

La luz que antes encandelaba sus ojos se amansó y lo dejó ver al frente.

Cuando volteo, se encontró con esos ojos verdes que conocía tan bien. Una mirada vacía, sin dulzura, sin luz ni alma. Una sonrisa fingida, sin alegría ni esperanza. Tampoco una sonrisa de prepotencia o sarcasmo. Una sonrisa, más bien, que decía: lo sabia.