Capítulo 30

337 54 11
                                    

La venta de drogas se pauso por un par de días después de la inauguración del ‘’C veria’’, que no tenía nada que ver, pero lo tome como referencia para ese hecho. Fueron días tranquilos de mucho patrullaje con Gordon, y sobre todo, con Noah; nos habíamos vuelto bastante cercanos desde que Conway me ascendió, y aunque lo evitaba descaradamente cuando me llamaba para rellenar informes, disfrutaba mucho pasar tiempo con él, ya fuera dentro o fuera de servicio. 

Noah e Isidoro estaban peleados desde que el primero lo acusó con Conway de decirle ‘’Buenos días, Holliday putita’’ por radio, por lo cual Isidoro se llevó una sanción que le picó muchísimo. Se fastidiaban entre ambos y como yo patrullaba alternadamente con los dos, me sabia ambas versiones, mi parte favorita de esta pelea fue meter mierda y que se molestaran más. 

La verdad a mi también me sorprendió un poco cuando Noah acusó a Isidoro, pues el subcomisario bromeaba mucho conmigo y me seguía el rollo aun cuando yo hacía cosas no muy éticas, a veces incluso me animaba a dejarme llevar un poquito, di por hecho que se debía a los rangos. Isidoro era un oficial insultando a un superior, y nosotros dos éramos Subcomisarios dejándonos llevar.

Una tarde de descanso estaba de paseo con James, yendo un poquito por plaza central y pasandonos por locales para comprar alguna que otra cosita, cuando recibí una llamada de Conway, me sorprendió un poco porque hacía semanas que pasaba de mi, por lo cual me supuse que no me gustaría lo que estaba por decirme. Respondí y me alejé unos pasos para atender.

— El spaghetti ha llegado a la ciudad. — dijo Conway al instante.
— Buenas tardes, Jefe, ¿Cómo está?
— Nos vemos en el parking frente a comisaría en cinco, ya sabes el protocolo. — colgó. 

Regrese frente a James, quien me esperaba expectante. ‘’¿Todo bien?’’ preguntó. 

Quería que James fuera mi prioridad, pero habían cosas por encima que me tenían atado de manos, cosas de las cuales no podía hablarle. Supongo que eso lo hacía sospechar, se daba cuenta de mis mentiras y mis malas excusas para dejarlo plantado de la nada.

Fuimos los mismos cuatro de siempre, esta vez sin Castro, y escuchamos al nivel 8 darnos órdenes, insultarse con Conway, amenazarnos y blah… blah.. blah… Lo mismo de cada vez. Estaba ya bastante molesto por el inoportuno llamado, así que lo único que logré recibir adecuadamente fue el ‘’Quiero que atrapen a Nick Hunter y a Tony Gambino’’. No sé por qué se tomó la molestia de decírnoslo en persona cuando pudo haber enviado un informe al igual que la última vez, supongo que quería dejarlo en claro e intimidarnos, pero ya habia escuchado tantas veces el como nos tienen cogidos de los huevos que se había vuelto tedioso.

Vimos al nivel 8 subir a su auto, y cuando desapareció de la vista, nosotros tomamos nuestros vehículos también. Me fui yo en un rumbo diferente para comprarme un paquete de tabaco en una tienda del norte y entré indebidamente al parking rompiendo una valla de la parte de atrás, fue cuando lo vi, cuando estuve a punto de caminar hacia el costado de la tienda para dirigirme a la puerta; Era el nivel ocho, estaba cambiando de auto y cambiándose de ropa. Cuando se quitó la máscara le vi el rostro por un segundo y regresé a ocultarme detrás de la pared, quería volver a mirar, asegurarme de que no era quien yo creía, y luego le entró una llamada. 

— Dime, cariño — dijo él.
— ¿Dónde estás que no respondes el móvil? Te tengo un notición. — Era la voz de Castro.
— Estaba en un código 3 de los cojones, un tío insoportable. Ahora me iba a tomar un descansito en el C veria, pero si quieres paso primero a verte.
— Vale, te espero en el hospital. Ten cuidado, pero no tardes mucho.
— Ahora te veo, Cariño. — Dijo por último el nivel 8, o ya sería mejor llamarle por su nombre: Noah.

Sacalo de los escombros - Gortabo. Gustabo×GordonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora