-𝐂𝐀𝐏Í𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏-

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Te levantaste temprano, como cualquier persona en un fin de semana, prácticamente quién quería ir a una academia un viernes? Por problemas de fechas, no pudiste ir el Lunes, pero que mas daba.

Te pusiste tu uniforme de color negro azulado, mientras dejabas tu cabello caer hasta más arriba de la espalda, pues no era tan largo.

Llenaste tu cuerpo de fragancia con significado de "No estás a mi nivel", y unos aretes que significaban "Fuera de mi vista, pobre".

Sin embargo, al tener una vida repleta de arreglos y conocimientos apresurados a la hechiceria, tener amigos y pareja no estaba en tus planes, al menos no por ahora.

—6 de la mañana, he.— murmuras, mientras terminas de arreglarte, hasta que ves la puerta, abriéndose.

—Yui-hime, la esperan abajo en la limosina.— habló uno de las cuidadoras, mirandote con una sonrisa forzada de temor.

—Bien, ya voy.— dices, amablemente con una sonrisa de mejilla a mejilla, caminando dando saltitos con emoción, despidiéndote de la sirvienta.

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—Abuela, en dónde está papá está vez? Dijo que me llevaría el al colegio, no tu

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Abuela, en dónde está papá está vez? Dijo que me llevaría el al colegio, no tu.— dijo directamente, mientras se miraba en su móvil, retocando algo de su maquillaje modestamente con un tono seguro.

—¿Acaso no te gusta que te lleve yo? Entendería que no soy igual de liberal que el o humorista, pero está ocupado con temas de los cuales ambas sabemos a qué me refiero.— habló la mayor, sentada de copiloto, al lado del chófer, respondiendote con un tono serio.

—Ala, que ruda!— pucheas forzadamente, mientras miras a través de tu ventana, observando el camino que transcurres.

A veces te autoreprendías, pues al ver a gente pobre y gente con bebés por las calles pidiendo dinero, te daba un poco de humanidad, sin embargo, los problemas de los demás no eran los tuyos, ni los tuyos los de los demás.

Mientras mirabas las redes sociales, tomándote fotos sonriendo, acomodabas tus diademas, y tú falda, y pantis, y todo.

—Deja de hacer eso, ¿Quieres?— dijo la abuela, mirándote amenazadora.—Eres una Tokugawa, no una stripper, vas a una escuela, no a un prostíbulo.

—Dejame en paz, ¿Quieres?

—No, y quítate esas diademas, luego te las roban.

—No me las voy a quitar. Y si me las roban, papá me comprará otras más bonitas.

—¡Suficiente desobediencia Yui! Si te digo que hagas algo, lo haces! Ahora quítate esas diademas, y acomódate bonito la falda!

𝐓𝐇𝐄 𝐂𝐇𝐎𝐒𝐄𝐍 𝐎𝐍𝐄 || 𝐒𝐀𝐓𝐎𝐑𝐔 𝐆𝐎𝐉𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora