-𝐂𝐀𝐏Í𝐓𝐔𝐋𝐎 5-

388 31 13
                                    

Satoru nunca sabrá que lo hizo cambiar de opinión y aceptar el matrimonio contigo, no era por el dinero, o fama, u otra cosa.

Las primeras misiones comenzaron, y habías empezado siendo una hechicera de segundo grado, aunque Satoru tenía las ganas de ascenderte, a pesar de que Yaga no se lo permitiría, tus avances estaban dando resultados, lo cual te mantendría bien por el momento, con un perfil bajo, alejada de tus deberes reales como heredera del clan Tokugawa.

Aunque claro, no tendría importancia luego de casarte con Satoru.

Claro, el matrimonio se acercaba, aún faltaban dos años, aunque los papeles ya estaban firmados por los altos mandos, por Gojo y por tu padre.

Tenías que divertirte y aprender todo lo que pudieras, tú destino estaba contado, y tú vida ya estaba comprada, gracias al hechicero más fuerte de todos los tiempos.

¿Y si no fueras parte de ningún clan, y si tal vez no tuvieras energía maldita? Te ahorrarías el destino de convertirte en una maquina de descendientes, y una ama de casa, pero no importaba más.

Tú padre te negó discrepar el matrimonio cuando fuiste a conversar con el luego de tu encuentro con Nobara, a pesar de que toda tu vida te dió todo lo que quisiste, te consintió y te amo sin límites, parecía que hoy te daba la espalda.

¿Pero era necesario casarte con ese señor? El clan Tokugawa era el más fuerte, luego de los Gojo, tenías todo el dinero y educación del mundo, no necesitabas a ese hombre, sin embargo, el cuento barato de asegurar la vida de hechiceros innatos en un futuro mundo del jujutsu, al parecer era mas importante que garantizar tu propia salud mental.

| • |

Hoy era Sábado, y no tenías clases, por lo que tenías que ir al templo divino, en los adentros de las cataratas que le pertenecían al territorio Tokugawa.

A veces era así, por no decir que diario, un fin de semana ibas al templo, y otro fin de semana tenías la libertad de divertirte con tus amigos.

Tenías la obligación de asistir junto a Satoru Gojo, el cual veía tus avances, aunque a veces simplemente faltaba por temas de trabajo, viajando por el mundo, desafortunadamente hoy no era uno de esos días.

-¿Estás bien, Yui-chan?- Satoru te saco de tus pensamientos, estaba cerca de tí, sentado frente a tí, mientras tú abuela con total calma tomaba té.

Asentiste por obligación, la matriarca Tokugawa te pateó los pies debajo de la mesa, para que dieras signos de vida a la hora del té.

-Si, si lo estoy.- dices mientras tomas un sorbo de té, mirando el reloj, esperando que esto acabe pronto, pero no, recien había empezado.-Abuela, cuando llegará papá?- preguntaste, y todas las miradas del clan se detuvieron en tí, incluyendo la de tu futuro conyuge.

Era normal hacer este tipo de reuniones entre clanes, pero estás no eran de pactos o formalizar tratos para evitar guerras entre estos, desde tiempos memorables los Tokugawa y los Gojo se casaban entre ellos, para tener hijos y separarlos, para que el legado de cada clan continuará, está no sería la excepción, como cada vez al mes, los Gojo, conformados únicamente por Satoru y sus padres, hacían visitas para verificar que todo siguiera como lo acordado.

Sin embargo, usualmente los padres de Satoru se mantenían alejados de los demás clanes, con la pequeña excepción de que el día de hoy, la madre de Gojo Satoru, estaba presente.

Aquella señora te recordaba demasiado a tu madre, aunque ella era castaña y de ojos verdes, aquella mujer era como su hijo, ojos celestes, cabello blanco, y una piel excepcionalmente cuidada, fácilmente no podría aparentar ser mayor.

𝐓𝐇𝐄 𝐂𝐇𝐎𝐒𝐄𝐍 𝐎𝐍𝐄 || 𝐒𝐀𝐓𝐎𝐑𝐔 𝐆𝐎𝐉𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora