-𝐂𝐀𝐏Í𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟐-

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Los primeros días de escuela empezaron, y no tardaste en resaltar entre tus compañeros, no solo por tus notas con excelencia, sino, también por aquel carácter tan rebelde y entusiasta que siempre llevabas contigo, haciendo que cualquier lugar en el que estuvieras, tomara un ambiente más cómodo.

La persona que mejor te caía era Yuuji, Yuuji Itadori.

En tan poco tiempo ya estabais yendo de un lado a otro como dos mejores amigos de toda la vida, compartiendo secretos y chismes por doquier, como viejas chismosas en la cuadra del barrio.

Nobara y tú estabais ensimismadas por el mismo gusto por la ropa, y vuestro ojo alegre, no solo en hombres, sino también en ropa y modelos, pues, al igual que ella, tú también querías ser modelo, sin embargo, obviamente por tu clan, tuviste que convertirte en hechicera.

Rápidamente ascendiste a hechicera de 2er grado, destacando entre los demás, pues tú ritual maldito ya estaba desarrollado, sólo faltaba pulirlo un poco y finalmente pasarías tus límites.

Sin embargo, uno de los primeros en notar esto fue Megumi y Satoru, pero a diferencia de Satoru, Megumi siempre estaba viendo tus movimientos, y le daba mucha vergüenza preguntarte el como eras tan prodigio.

Si, eras una prodigio.

Controlabas la Extensión de Dominio, al igual que Yuuta Okkotsu, del cual te hablaron, pero no le diste importancia.

Sin embargo, tú única debilidad eran las batallas cuerpo a cuerpo, por lo que entrenas todos los días con Maki Ze'nin. Ambas se empezaron a respetar demasiado, y a pesar de tu característico carácter tan insoportable, ella te comprendía muy bien, por lo que aceptaba sin dudar tus peticiones para mejorar tus condiciones físicas.


 Ambas se empezaron a respetar demasiado, y a pesar de tu característico carácter tan insoportable, ella te comprendía muy bien, por lo que aceptaba sin dudar tus peticiones para mejorar tus condiciones físicas

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-¿Tendremos alguna misión hoy?- preguntó Itadori, Gojo soltó una risilla y se negó, por lo que hizo una mueca rara.

-¡No, mi querido Yuuji!, ya que he visto que todos ustedes han mejorado bastante durante los últimos días...-Dijo dirigiéndo su rostro hacia ti disimuladamente.-Me gustaría ver una lucha entre todos.

-¿Y eso por qué?- Preguntó Nobara.-Es incluso más divertido hacer misiones que hacer un todos contra todos.

-Bueno, el director me lo pidió, pero si no les gusta esa idea, podemos hacer algo más.- dijo algo decepcionado, sin borrar la sonrisa, pero cambiando el tono.

-Un campamento, claro, eso es.- susurré para mí misma.

-Tokugawa-san está divagando otra vez.- habló Megumi, y todos me miraron, esperando a que dijera algo.

-¡Un campamento! Claro, ¿Porque no? No es en esos tipos de lugares en donde se encuentran más maldiciones? Podríamos aprovechar para disfrutar y al mismo tiempo practicar nuestras habilidades, y si vienes algo difícil, no será problema, el profesor Gojo estará allí para salvarnos!- dije, chasqueando los dedos, levantándome precipitadamente de mi silla, mostrando un pulgar arriba.

-Yui siempre tiene algo bajo la manga, que buena idea!- Halagó Yuuji, chocando manos contigo.

-¡Oh, yo siempre tengo buenas ideas!- sonreía ladina.-¿Profesor Satoru?-Llamaste a su nombre, notando que el profesor estaba pensando.

Satoru.

Le llamaste por su nombre.

-¿Eh? ¡Claro, claro! Excelente idea, Yui-chan!- Dijo el albino, regresando a su presente, mientras te miraba sonriente.

-Oi, ahora es el profesor Gojo quien está divagando.- dijo Megumi, mirando su cuaderno, tedioso.

-Deja esa actitud tan perezosa Megumi, venga, una sonrisa. Iremos de campamento los...5. Si, los 5!- dijiste, algo nerviosa, ocultándolo.

-Vale, qué felicidad.-Respondió más tranquilo.

El timbre sonó. Rápidamente se dieron cuenta de lo que eso significaba, así que todos los alumnos en aquella clase se levantaron, mientras Gojo se quedaba sentado en su escritorio, avisando que les daría el alcance a sus alumnos, mientras tecleaba en su teléfono.

[.....]

En el comedor, nos encontrabamos hablando y comiendo, riéndonos el uno del otro, por cualquier cosa, disfrutando del momento.

Poco tiempo después, parece que algo ocurre.

-Y entonces tuve que quedarme en casa, castigada, al menos ahora ya nadie puede castigarme por nada.-Hice una mueca de rebeldía, y Nobara se rió.

-Tu abuela suena como un ogro, ¿Cómo sobrevives a esa señora?- preguntó la mujer.

-"Sobrevivía" y bueno, todo gracias a mi padre, aunque el se retiro de la hechiceria y se volvió empresario, prácticamente siempre tuvo tiempo para mí, es más, creo que este domingo podrán conocerlo.- dije, juntando mis manos.

-Creo haberlo visto antes, es un señor que usa lentes, verdad?

-Si, donde lo viste?

-Hablando con el profesor Gojo, pensé que lo sabrías, se ve buen tipo.-Explicó Yuuji.

-¿Hablando con el profesor Satoru? Cuando?- pregunté confusa.

-Mmh, habló con tu abuela también, no lo sé. Estaban los tres hablando, en la oficina general, pero fuí a sapear.- dijo cómicamente el pelirrosa.-Gojo Sensei parecía aburrise cuando tú abuela hablaba, pero al final se fue, dejándola hablando sola.

-¿Escuchaste de lo que hablaban?

-No, estaban lejos de mi, pero creo que tú padre me vió y tuve que irme corriendo!

Nos empezamos a reír.

Claro, hablaría con Satoru, y en todo caso, con mi padre.


𝐓𝐇𝐄 𝐂𝐇𝐎𝐒𝐄𝐍 𝐎𝐍𝐄 || 𝐒𝐀𝐓𝐎𝐑𝐔 𝐆𝐎𝐉𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora