-𝐂𝐀𝐏Í𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟒-

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Pasan exactamente dos semanas luego de la confesión de Megumi, y el único de nuestro noviazgo, lo cual hace llamar la atención entre nuestros compañeros a pesar de que Megumi suele ser introvertido en algunos aspectos.

No he tenido tanto tiempo para compartir junto a mis amigos, había disfrutado las primeras semanas de entretenimiento, como Gojo las llamó, creo que se burlaba de mi, no lo sé.

Pero todo comenzó a ser más agotador desde que la semana comenzó, tenía que acudir obligatoriamente a los entrenamientos, en los cuales obviamente Gojo también participaba.

Pero no le daba importancia, después de todo era su trabajo. Me molestaba el que empezara a ser más agresivo a la hora de luchar.
Y los contantes entrenamiento era únicamente a mi, ni Megumi o Itadori pasaban por esto.

Mi padre empezó a ser más exigente, quería que mis rituales se desarrollaran más rápido, el mes estaba por acabar y era un hecho de que había desperdiciado todo este tiempo en fraternizar con gente nueva.

Aún así sabía que al graduarme y cumplir la mayoría de edad me casaría con Satoru, sin embargo, ninguno de los dos nunca tocó el tema, a pesar de que estabamos conscientes de aquello, siempre tuvimos una relación de alumna y profesor.

[..........]

-Eres demasiado vaga, te mueves muy lento.- dijo Satoru mientras me sentaba con las piernas abiertas en el suelo, intentando abrirlas más.-Estirate más. ¡Se que puedes!- dijo con una sonrisa burlona.

-Hago lo que puedo..- dije llegando a mi límite, con una cara de dolor

-Yo te ayudaré a superar tu límite, linda.- se acercó, poniéndose detrás mío, para sentarse detrás mio, abriendo las piernas al igual que yo.

Satoru coloco una mano en mi espalda, moviendo mis cabellos blancos a mis hombros, para posar la otra mano en uno de mis muslos, intentando acercarlo más a el suyo.

Era incómodo, pero era parte del entrenamiento.

-Mira, lo estás logrando, solo necesitabas ayuda de tu sensei.- dijo con arrogancia, para sentarse más cerca de tí, aplastando más mi espalda.

Cuando finalmente lo logré, intenté juntar mis piernas, lo cual fue muy difícil, por lo que nuevamente ahí estaba Satoru para ayudarme.

Si, bueno.

Luego de un pequeño descanso, el verdadero entrenamiento empezó.

Esta vez Satoru sensei me guío hacia el campus de la escuela, que estaba prácticamente solitario, ya que los demás estaban en clases, lo cual me pareció raro, sin embargo no pregunté, y continúe caminando detrás de él.

Satoru sensei no me miró, sin embargo no me di cuenta cuando fue que paramos de caminar, y al darme cuenta ya estábamos en el centro del gran pastizal.

-¿Y que haremos acá?- pregunté, mirandole la espalda.

Satoru se volteo, y me miró con una mezcla de arrogancia y seriedad, sin quitar la chispa de alegría en sus labios.

-Una pequeña batalla física. Necesito ver tus capacidades de batalla, a menos que no sepas nada. De hecho, nunca me dijeron si siquiera sabías golpear.- soltó una risa en tu cara, para luego quitarse las gafas negras que siempre lleva al entrenar.

-Es...complicado.- respondí.

-¿Pero tenías profesores particulares, no? No será tan complicado encestar un golpe, anda.- dijo, y se coloco frente mío, a unos cortos metros de distancia, esperando un ataque de mi.

𝐓𝐇𝐄 𝐂𝐇𝐎𝐒𝐄𝐍 𝐎𝐍𝐄 || 𝐒𝐀𝐓𝐎𝐑𝐔 𝐆𝐎𝐉𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora