-𝐂𝐀𝐏Í𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟕-

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Luego de recuperarme del desmayo que provocó mi pesadilla hace una o dos semanas, finalmente pude retomar mis misiones, ahora que había ascendido a primer grado era más frustrante, más agotador, sin embargo, Satoru intentaba no mandarme a aquellas misiones tan seguido, tenía sus razones, aveces solo cambiaba de alumno para tomar mi lugar y que fueran ellos, arriesgando sus vidas, mientras yo recibía un trato especial por parte del lider de  los Gojo.

No podría decir que no me gustaba, pero estaba mal, incluso si nos íbamos a casar en un futuro, el seguía siendo mayor que yo en muchos aspectos, y, aunque sea solo por manipulación o necesidad, yo aún continuaba saliendo con Megumi.

No puedo evitar pensar si es que debería empezar a compartir más mi situación con alguno de mis amigos, claro, de confianza. Aveces solía hablar con Maki, pero nunca tuve la total confianza de contarle mi compromiso con Satoru y mucho menos los tratos y cariños que recibía de él, ella sabía que estaba saliendo con Megumi, y mi miedo de recibir una mala respuesta en vez de un consejo incrementaba a causa de sobrepensar la situación en vez de hacerle caso a Satoru y disfrutar mientras pudiese, ¡Pero el lo complicaba todo!

Por otro lado, mi relación con Megumi era buena, solía invitarme a salir, en mis horarios de tiempo, por qué obviamente los tenía, también solía regalarme obsequios, como pequeñas cadenas de juego que compartía con el, y aunque no era muy abierto en general, también le gustaba compartir un poco de su época de colegial antes de entrar a la escuela de hechiceria.
Me sentía horrible, tenía que sonreír y aceptar sus besos sabiendo que estaba traicionando su confianza y el no lo sabía. No había nadie allí afuera para explicarle lo que estaba experimentando cada vez que estaba con ambos.
Apenas llevábamos unos dos meses saliendo y
nunca me había sentido tan horrible en los brazos de alguien por primera vez en mi vida.

No podía negarme a mi misma que estaba empezando a quererle más.

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Las reuniones entre ambos colegios cada una vez al año tenían lugar en Tokyo, el colegio ganador del año pasado, a pesar de ser una aprendiz, intentaba fraternizar con los de Kyoto. ¡Tenían una actitud horrible!

—¿Porqué no participas con ellos?— Satoru se te acercó, mirándote de lado mientras observaba a Maki correr luego de landar el mini balón al aire, completamente lejos.

Tragué hondo, mirándole.

—No se como se juega ese deporte...¿Cómo es que se llama?— confesé con vergüenza

—¿No sabes jugar beisbol? Oh.—El albino río levemente mientras dirigía su mirada al juego.—¿Tienes en mente querer aprenderlo?— preguntó.

—No, definitivamente no. Mira ese balón, va muy rápido, podría golpearme la cara!— pucheaste inconscientemente.

Satoru río con exageración, pataleando para luego reincorporarse y continuar el juego, bajando de los asientos del estadio en los que estaba sentada, observando todo.

Se despidió con un pequeño toque en mi espalda que me hizo sentir un pequeño choque de electricidad que movió todo mi organismo...Cómo un calambre o peor.

Pasaron minutos cuando el primer set dio como ganador a los estudiantes de Kyoto, suspiré aburrida recordando que solo podía observar y no usar el móvil, varias veces me lo decomisaron por usarlo en plena clase, ¡Es una injusticia que estén prohibidos!

Entonces una opción paso por mi mente.
Hice un mudra físico con mis manos, canalizando la energía maldita en mis palmas.

—Ritual maldito de Orden; creación.— invoqué, mientras observaba objetos a mi alrededor.—¡Bingo!— me quite mis pendientes de diadema, cambiando su forma, peso y maza a la de un lápiz, y con la otra diadema, una hoja de dibujo.—¡Increíble!— me halagué a mi misma a pesar de haber gastado una gran cantidad de energía maldita en mi ritual.

𝐓𝐇𝐄 𝐂𝐇𝐎𝐒𝐄𝐍 𝐎𝐍𝐄 || 𝐒𝐀𝐓𝐎𝐑𝐔 𝐆𝐎𝐉𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora