HOLI!!! ES CORTICO PERO ES TODO LO QUÉ PUDE SACAR, NO TENGO MUCHO TIEMPO AMORES, PERO LES PROMETO TERMINARLA, TENGANME PACIENCIA! SIGO EDITANDOLA! GRACIAS POR ENTENDER.
A la mañana siguiente Betty puso en marcha su plan, se levantó muy temprano para cambiarse y tener listo el desayuno de Armando, pronto escucho movimiento en su cuarto. Armando se levanto extrañado, el olor a hogar hace mucho tiempo había abandonado su apartamento, le extraño al salir y ver a Betty en una diminuta pero recatada bata de dormir, la vista le erizo la piel, ella le dedico una sonrisa, lo cual le pareció más extraño, Beatriz lo hacía sentir como si no supiera nada de las mujeres, siempre lo desconcertaba, se supone que la detestaba, siempre se proponía hacerlo, pero al llegar el final de día fallaba, este ya había comenzado y nuevamente ya había fallado.
Ar. Buenos días Beatriz, a qué debemos esto?
Be. Quiero hacer las paces, nada más. – Armando se preguntaba si su plan estaría funcionando.
Ar. Veo, bueno la verdad es lo único que he esperado.
Be. Siéntate.
Betty estaba angustiada, sabía que era un juego muy peligroso en el que había entrado, ella era consciente de que sentía cosas por Armando, no dejaba de pensar que era un idiota, pero su corazón no entendía la lógica de su cabeza, era un maldito traidor sin dignidad. Armando la miraba deseoso mientras comía los deliciosos huevos preparados por su esposa, quería entrar en ella, gozar su cuerpo, esa mujer lo traía loco. Betty noto su mirada, al principio se sintió muy avergonzada, la pena le paso muy rápido tratando de incitarlo a propósito y por la respiración de Armando claramente lo estaba logrando.
El desayuno continúo en silencio, Armando pensaba que de pronunciar palabra su voz delataría su deseo, así que tratando de hacer más a mena su situación levantaba la mirada dedicándole gestos que disfrutaba la comida.
Be. Me alegra que te guste Armando. – Él le sonrió ampliamente –
Ar. Es raro, pero muy agradable.
Be. ¿Por qué? – Armando trago y se detuvo un momento a pensar –
Ar. Bueno en general nadie se toma este trabajo a menos que le pague – hablo tratando de no sonar herido.
Be. ¿Pagarle?
Ar. Si, la señora que me ayuda con la casa, me cocina siempre que viene.
Be. ¿Y tu mamá? Debes disfrutar de algún plato que cocina especialmente para ti.. ¿no?
Ar. ¿Mi mamá? Bueno ni si quiera que creo que sepa cocinar.Be. ¿Nunca ha cocinado para ti? – dijo sorprendida.
Ar. No, nunca tuvo que hacerlo, siempre tenía alguien que lo hiciera, por ella. ¿Eso está mal?
Be. Bueno, no sé si está mal, solo que creo que cuando estas lejos debes tener algo que te sepa a hogar, lo hice muchas veces cuando los extrañaba mientras estaba en Barranquilla.
Un incómodo silencio cubrió la mesa, Armando se obligaba a recordar algo así, cualquier cosa que lo hiciera sentir hogar, nada llegaba a su cabeza.
Ar. Bueno, creo que a diferente de sus padres Betty, los míos no lo intentaron, pero bueno la equitación es algo que amaba mucho mi padre y que inicie para conectar con él.
Be. Bueno eso serviría, ¿Cómo es tu papá?
Ar. Ahora mismo... - sonrió amargamente – distante, no me hablan.
Be. Me imagino que no les hizo mucha gracia.
Ar. Bueno eso no es raro, nada les hace gracia cuando se refiere a mí, nunca he logrado hacerlo sentir orgulloso, supongo que me ama, pero nunca he tenido la certeza, pero es mi padre, así que creo que debe hacerlo. – Armando de repente se sintió muy expuesto, no entendía como se sintió tan cómodo para hablar algo así y más con Beatriz –
Be. Bueno, mi papá una vez me dijo algo que he atesorado siempre, me fue mal en una materia, estar tan lejos no me permitía concentrarme y me estaba costando adaptarme, así que lo llame, y le conté que no quería seguir, que quería volver, que no quería defraudarlos – Armando la miraba atento – él me dijo que no me trajo a este mundo para tratar de hacerlo sentir orgulloso a él, que me trajo para que fuera feliz, que yo no le debía nada. – dijo Betty sonriendo perdiéndose en el recuerdo de aquella llamada.
Armando apretaba los cubiertos en ambas manos, intentando no llorar, intentado no parpadear, no quería derramar sus lágrimas, su frustración, su dolor, no delante de ella.
Be. ¿Estas bien? – dijo tocando su mano, la calidez lo invadió por completo, alzo la mirada y se perdió en el marrón de sus ojos, no había notado el brillo especial que tenían ellos, sus pestañas largas, sonrío amargamente, sintiéndose abrazado por su simple tacto
Ar. Lo estoy... gracias por preguntar.
Be. ¿Seguro? – él asintió –
En silencio continuaron recogiendo la mesa, no era incómodo, por el contrario se sintió íntimo, la veía moverse por su apartamento con total naturalidad, sonreía viéndola concentrada en sus tareas, moviéndose al compás con él, complementándose perfectamente. Se despidió amablemente de ella, le agradeció el desayuno y ella le sonrió, se baño con una sonrisa tonta en el rostro.
Aguardo un momento antes de salir, quería encontrarse con ella una vez más, la sintió servirse café en su taza para llevar, en silencio perseguía sus movimientos, entro a la cocina y ella volteo a verlo y le sonrió, Beatriz se veía aún más hermosa al sonreír, pero no se lo diría, pensaba que decirle, algo corto para despedirse, ella abrió la boca para decirle algo y sin más Armando la beso, fue sencillo, tierno, como hace tiempo no besaba, se embriagaba de su olor, del sabor del café en su boca, de la calidez que siempre irradiaba, solo cuando se separó se dio cuenta que ni si quiera respiraba, cobarde e incómodo sonrió y salió tan rápido como sus pies le permitían del apartamento quitándole la oportunidad de hablar.
Betty estaba sorprendida, se tocaba los labios con dos dedos, no entendía el por qué lo hizo, pero se aferró a la sensación de vació que dejo en su cuerpo.
Armando iba cantando de camino a la oficina, después de todo ella le correspondió, ¿por qué no disfrutar de sus pequeñas victorias?, Mario lo esperaba en la entrada de la oficina, le sonrió, tenía tiempo sin ver a su amigo alegre, pero aún no era el momento para el interrogatorio.
Nuevamente le envió detalles a Betty asesorado por Mario, Freddy esta vez le entrego el paquete directamente a Beatriz, le sorprendió lo hermosa y amable que era, si bien cumplio con el canon de Don Armando, no tenía el aire de superioridad que sus conquistas normalmente llevaban.
Betty miraba su caja de galletas con chispas de chocolate junto con una tarjeta que apreto a su corazón, más allá de su contenido él que le escribiera con su puño y letra era demasiado lindo. Recordó la mirada de dolor de Armando al contarle su anécdota quiso abrazarlo pero lo sintió excesivo, quizás no era tan malo, quizás no debía seguir con el plan de Patricia, su teléfono sonó sacándola de sus cavilaciones.
Antes de contestar se recordó que todo era una mentira, que él no era honesto, que no conocía de eso, así que sacudió la sensación de calidez y guardo el detalle en una bolsa negra de basura.Be. Alo? Hola Armando... si está muy lindo el detalle, gracias...- se odiaba por agradecerle –
Ar. Me alegro mucho Beatriz, con todo el cariño Betty... la llamaba para invitarla después de que salga a un lugar muy especial, ¿que le parece?
Be. ¿a dónde? Betty estaba emocionada.
Ar. Es una sorpresa, quiero agradecerle el desayuno, además que quiero mostrarle que puedo ser otro hombre – Armando hablaba en serio – Betty no le creyó.
Be. Dale! Quedamos así entonces, nos vemos luego. Chao! – Colgó el teléfono emocionada, pero la sonrisa le duró poco pues a su mente llegó la terrible conversación que había escuchado entre Armando y Mario, se odio, no podía permitirse sentir cosas por él – Debía fortalecerse convencer a su cuerpo y a su corazón que no lo desearán, él estaba dispuesto solo a hacerle daño.
Continuará...

ESTÁS LEYENDO
AMOR DE CARNAVAL
FanfictionArmando x Betty Me inspire en una película y bueno de mi tierra linda. Es contenido adulto, los personajes son de Fernando Gaitan.