CONTENIDO ADULTO, ESCENAS EXPLICITAS, NO SERÁ UNA HISTORIA DULCE, AQUÍ SOMOS COCHINAS MIS GUILLERMINAS, SI LE GUSTA QUEDESE, SI NO PUEDE PARTIR SIN OFENSAS, NI ODIO... SIN MÁS. DISFRUTEN.
Las voces de los presentes se maximizaron en una gran maraña de ruidos inentendibles, intentaba mantenerse cuerdo, pero la lluvia de imágenes de esa noche llegaba como una torrente de agua desbordándose justo en su cien, justo ahí en donde más dolía, Armando intentaba recordar con todas sus fuerzas ahora más que nunca o al menos encontrar las palabras exactas para salir de eso enredo, pero le resulta imposible, solo recordaba su melena, su hermosa melena negra, su traicionera y manipuladora melena negra, no entendía como carajos esa mujer pudo empujarlo a hacer algo como eso, a él, que era tan alérgico al matrimonio.
Ar. Esto es ilógico, de haberme casado lo recordaría no cree???!!!
Juez. Ud. es el señor ARMANDO MENDOZA SAENZ?
Ar. Pues si soy yo pero...
Juez. No hay error señor Mendoza, usted se casó en la ciudad de Barranquilla el Viernes de Carnaval con la señora Beatriz Aurora Pinzón Solano.
Ar. ¡Por Dios!!!! – susurraba para sí mismo incrédulo –
Marce. Esta humillación no te la voy a perdonar nunca Armando, ¡NUNCA!!!! – espeto frenética intentando controlar los espasmos que le provocan el llanto.
Marga. ¡Hijo por Dios!!! ¿Como puedes ser tan irresponsable Armando? ¿Cómo pudiste hacernos esto!?
Ar. Pero mamá entiende que no tengo idea de cómo sucedió, entiéndame eso, yo jamás haría esto con la intención de lastimar a Marce o a decepcinarlos a ustedes, estaba ebrio muy ebrio es lo único que recuerdo.
Juez. Bueno al parecer el juez que los caso lo sabía, porque lo amarro a una clausula, mejor busque a su esposa o le tocará pagar una multa de un par de millones.
Ar. ¿Como así Juez!? ¡Explíqueme!! – dijo consternado con una mueca de desespero que le daba un aire infantil.
Juez. Señor Mendoza, Uds. firmaron una clausula prenupcial que los obliga a convivir y estar casados por un año, de incumplirla tendrá que pagar una deuda de varios millones o ir a la cárcel si no accede a pagarla.
Ar. ¡Carajo, ahora si estoy jodido!! Y donde rayos voy a encontrar a esa mujer, apenas la recuerdo. – Marcela lo miro con asco y salió despavorida yendo tras ella Margarita y Daniel, quien permaneció impasible, realmente nada que Armando hiciera le sorprendía, solo le revolvía las tripas la capacidad de salirse con la suya, incluso cuando era Armando era el único culpable.
Juez. Bueno por lo que veo tiene residencia en Bogotá- dijo escribiendo en un post it y que le entrego en sus manos –
Ar. Haberlo dicho antes juez, esto tengo que solucionarlo ya!! – dijo buscando sus llaves frenéticamente en su saco y saliendo desesperado buscando a alguien más pero aparentemente la vergüenza era grande, todos se habían ido.
Miraba la dirección tratando de ubicarse, de encontrar un lugar conocido, pero nada, jamás había en esa parte de la ciudad, no había tenido la necesidad. Maneja al ritmo de su corazón desbocado, con el desespero permiandole las pestañas, no sabía porque lloraba, si por Marcela, o porque jamás tendría méritos suficientes para obtener el amor de su padre, esa figura gélida que a veces daba atisbos de amor, pero no tan constantemente que como quisiera para borrar ese sentimiento de soledad que lo embargaba, sacudió su cabeza tratando así de alejar sus ideas y se obligó a pensar en algo más – Sus curvas, su melena, su hermosa melena negra que tanto había atrapado su atención – se decía mentalmente – no debe ser tan mala, después de todo cualquier otra mujer que no sea Marcela debe ser tolerable – pensar en eso le provoco una sonrisa, lo cínico que podía ser lo alegraba, de alguna forma ese cinismo lo mantenía cuerdo. Después de un par de vueltas en falso encontró la dirección, se sentía en una realidad alterna, Palermo era muy distante de los edificios y los lujos que lo rodeaban, bajo del carro mientras reparaba todo – Mi carro es alérgico a estos sitios – dijo en voz alta pero mirando a todos lados para cerciorarse de no ser escuchado, sonrió sintiéndose victorioso y galante camino hasta la puerta dándole unos sonoros toquidos, el eco de estos lo trajo a la realidad y en su estomago se instaló nuevamente el terror que había logrado disipar hace unos momentos, no imagina cómo reaccionaría ella o si al menos conocía su situación actual, pero dando un suspiro fuerte espero impaciente por verla.

ESTÁS LEYENDO
AMOR DE CARNAVAL
Hayran KurguArmando x Betty Me inspire en una película y bueno de mi tierra linda. Es contenido adulto, los personajes son de Fernando Gaitan.