Oh, vamos. Era demasiado sorprendente, ver a Lisa Manoban, una completa fuckgirl, completamente boba y enamorada de Jennie Kim; una chica adorable y tierna que acababa de entrar a su primer semestre en la facultad de diseño.
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Lisa releía en su celular sus chats con Jennie mientras Jisoo le hablaba, pero no le ponía ni un gramo de atención.
—Entonces, como te decía Hoseok va a hacer una fiesta en su casa y... Manoban, ¡¿Me estás escuchando?!—preguntó la mayor, provocando que Lisa pegara un brinco y que su celular casi se resbalase de sus manos.
—¿Carmen?, ¿Quien diablos es Carmen?—volvió a preguntar, confundida.
Lisa parpadeó repetidas veces.
—¿No me estabas preguntando que qué nombre me pondría si fuese un superhéroe?—cuestionó Lisa.
La mueca de Jisoo se volvió aún más distorsionada.
—¿Qué? ¡Claro que no!, y si fuese así; ¿Quién demonios se pondría Carmen como nombre de superhéroe?—reprochó Jisoo mientras sacaba una paleta de cereza en forma de corazón, le quitaba la envoltura y se la metía a la boca.
—Pues, a mí me gusta. Carmen suena como hombre carro en inglés—Lisa se explicó.
—Eres una mierda eligiendo nombres, espero que nunca tengas un hijo, porque con un nombre que tu le pongas vas a desgraciarle la vida—gruñó Jisoo, con el ceño fruncido.
Lisa torció los ojos y guardó disimuladamente su celular en su bolsillo.
—Sí, sí Kim yo le pondré nombre a tus hijos. ¿Qué era lo que estabas diciendo?—Lisa cambió con rapidez de tema.
Jisoo la miró con una mezcla de incredulidad y diversión antes de volver al tema de la fiesta de Hoseok.
—Como te decía, Hoseok está organizando una fiesta este fin de semana en su casa y dijo que podíamos llevar a algunas amigas. ¿Te gustaría ir? —preguntó Jisoo, con un brillo de anticipación en los ojos.
Negó con la cabeza.
—No, no quiero ir. Ya tengo planes para esta noche—confesó Lisa mientras sacaba de su mochila las galletas que Jennie le había hecho.
—¿Qué? ¿Tu, la fuckgirl, fiestera de la universidad rechazando una fiesta?—cuestionó Jisoo completamente sorprendida, sus ojos codiciosos vieron la bolsa transparente con galletas en forma de osito que Lisa sacó de su mochila—Uh, ¿galletas? ¡Dame!
Lisa retrocedió la bolsa de con galletas lejos de las manos de ladrona de su mejor amiga.
—Primero, sí, estoy rechazando una fiesta y segundo; ¡No! son mis galletas y no te pienso dar—gruñó posesivamente.
Vió los ojos de la mayor torcerse y luego la misma preguntó:
—¿Te las dió, quien? Porque tu no sabes cocinar. ¿Te las dió la persona que te gusta?—la sonrisa de Jisoo se ensanchó cuando Lisa se puso roja como un tomate—. ¡Si, ella te las dió! ¡Auch!—se quejó cuando Lisa le dió un manotazo.
