Lisa se iba a asegurar de que su primera vez con Jennie fuese maravillosa, eso seguro. Su padre no tuvo problema en prestarle el auto para que pudiese recoger a su gatita, tenía programado ir a un bonito y especial lugar con su novia.
Abrochaba con cuidado el cinturón de su curiosa y tierna novia, quien usaba un enorme suéter para cubrirse como podía del frío que hacía esa tarde.
Con cuidado, Lisa ayudó a Jennie a abrocharse el cinturón de seguridad mientras ambas se acomodaban en el auto. Jennie llevaba puesto un enorme suéter para protegerse del frío, y Lisa no pudo evitar sonreír ante su adorable aspecto.
—¿Estás lista, mi pequeña Nini? —preguntó Lisa con cariño, asegurándose de que Jennie estuviera cómoda antes de arrancar el auto.
Jennie asintió con entusiasmo, sus ojos brillando con emoción ante la perspectiva de pasar la tarde junto a Lisa en un lugar especial.
—¿A dónde vamos, Lili?—preguntaba La ansiosa y sonrojada Jennie.
Lisa rió entre dientes.
—Primero, vamos a un Seven Eleven para comprar golosinas—explicó Lisa mientras acariciaba la nuca de Jennie y besaba su frente.
—Pero, traigo dulces en mi mochila—reprochó Jennie.
Lisa sonrió ante la reacción de Jennie y le dio un suave beso en la nariz.
—Lo sé, mi dulce Nini. Pero quería que eligieras tus golosinas favoritas en el Seven Eleven. Además, quiero sorprenderte con algo especial más tarde —respondió Lisa con una chispa traviesa en sus ojos.
Jennie se ruborizó ligeramente ante la promesa de Lisa y asintió con una sonrisa tímida.
—Está bien, Lili. ¡Entonces vamos al Seven Eleven! —exclamó Jennie, emocionada por la perspectiva de elegir sus dulces favoritos.
Lisa arrancó el auto y condujo hacia el Seven Eleven más cercano, disfrutando de la compañía de Jennie mientras charlaban animadamente en el camino. Llegaron pronto al destino y entraron juntas al establecimiento, donde Jennie se emocionó al ver la amplia variedad de golosinas disponibles.
Cómo Lisa se esperó, tomó unas gomitas de fresa y luego una leche del mismo sabor.
Lisa sonrió al ver las elecciones de Jennie y la siguió mientras ella tomaba las gomitas de fresa y la leche del mismo sabor. Admiraba la forma en que Jennie disfrutaba de las cosas simples de la vida y encontraba felicidad en los pequeños placeres.
—¿Esas son tus favoritas, Nini? —preguntó Lisa con una sonrisa mientras caminaban por los pasillos del Seven Eleven.
Jennie asintió emocionada, sosteniendo sus golosinas con entusiasmo.
—¡Sí, Lili! ¡Son mis favoritas! —respondió Jennie con una sonrisa radiante—. Y con la leche de fresa, ¡será perfecto!
Lisa asintió, sintiendo el corazón lleno de calidez ante la felicidad de Jennie.
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Fuckgirl in love.
RomanceOh, vamos. Era demasiado sorprendente, ver a Lisa Manoban, una completa fuckgirl, completamente boba y enamorada de Jennie Kim; una chica adorable y tierna que acababa de entrar a su primer semestre en la facultad de diseño.