capítulo 3

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YA ESTABA obscureciendo cuando el coche se detuvo en el complejo en el que se encontraban las oficinas y tallere de JungKook y Jimin vio el lugar de que tanto y con tato entuciasmo y orgullo le había hablado su hermano.
Experimento una oleada de tristeza. Allí era donde Tae había pasado sus últimas semanas, y él hubirea formado parte de aquello si hibuera aceptado su oferta de acudir allí a visitarlo e lugar de haber estado tan centrado en su propia carrera. La misma que había dejado tras la muerte de Tae.
Salió del coche y contempló con tristeza los edificios.
-Debería haber venido cuando Tae me lo pidió -murmuro casi para sí mismo.
Tae siempre esperó que  vinieras algún día -dijo JungKook sin el más minimo tono de reproche a la vez que apoyaba su mano en la espalda de Jimin.
-Ojalá lo hubiera hecho -la voz de Jimin surgió cargada de emoción a pesar de sí mismo. Se sentía expuesto y vulnerable, casi como si estuviera totalmente desnudo ante JungKook.
-¿Y por qué no viniste? - preguntó él tras introducir el código para abrir la puerta acristalada de la entrada del edificio.
-Estaba muy ocupado con mi trabajo. Ya sabes lo ajetreado que suele resultar el final de la temporada de las carreras.
Al ver la escéptica expresión con que JungKook escuchó aquellas palabras, JImin sintió que se le acaloraban las mejillas. Podría haber ido, pero lo cierto es que se había sentido amenazado por la nueva vida que habia encontrado Tae. Siempre habían mantenido una relación muy cercana, pero, después de que Tae conociera a JungKook, todo había cambiado. Él se alegró de que su hermano hubiera encontrado algo que lo apasionara tanto, pero no había esperado que aquello lo alejara tanto de él.
JungKook se encogió de hombros, Pero Jimin sabía lo que estaba pensando, y respondio como si lo hubiera manifestado en voz alta.
-Entonces no sabía que eltiempo corria en mi contra.
JungKook soltó la puerta que había estado manteniendo sujeta para dejar pasar a Jimin. Cuando él lo miró, vio que su expesión se habia endurecido ante la acusación que había implícita en sus palabras. ¿Sentiría alguna culpabilidad? ¿Estaría pensando en algo?
Cuando JungKook dio un paso hacia él, lamento que el vestíbulo no estubiera mas iluminado, o que hubiera algien cerca, de la manera que aquel hombre que lo exitaba tanto como lo irritaba no resultara tan imponente.
-Sea cual sea la culpa que arrastras, Jimin no la necesito añadida a lo que siento la voz de JungKook sugió como un ronco gruñido que ocltara bajo la superficie una serpiente esperando a asestar un golpe moltal.
-El mero hecho que digas eso significa que estas admitiendo cierto grado de culpabilidad -replicó Jimin.
Cuando JungKook dio un paso hacia él en la penumbra reinante, JImin sintió como arreciaban los latidos de su corazón, y no precisamente debido al enfado, si no a la atracción, algo que no queria sentir en aquellos momentos, ni por aquel hombre.
-Peligrosas palabras, cara -murmuro JungKook, y Jimin pensó que casi parecia un tigreapunto de saltar sobre él.
-He venido aqui para ver en que estaba trabajando Tae -contesto, y giro sobre si mismo para encaminarse a la escaleras mientras se esforzaba por mantenes sus emociones bajo control-. ¿Te importaría que nos limitáramos a eso? Despeus me gustaria ir al hotes más cercano.
Estaba a punto se subir las escaleras cuando el vestibulo se vio inundado de luz. Al volverse, vio a JungKook señalaba con una mano el lateral de la escalera.
-Por aqui. Sera mejor que tomemos en acenson. JImin experimentó un evoloteo de anciedad en la boca del estómago. ¿Estaba realmente preparado para ver n qué había trajabado Tae? Sabía que no, pero tambíen sabía que necesitaba hacerlo si queria superar alguna vez lo sucedido para seguir adelante con su vida.
JungKook lo observaba mientras esperaba a que se acercase al ascensor.
-No tenemos por qué hacer eso esta noche.
Jim creyó capturar un matiz de sincera preocupación en el tono de JungKook. Cuando lo miró a los ojos sintió que todo lo demás daba vueltas a su alrededor. El tiempo pareció quedarse en suspenso por unos instantes. Jimin bajó las pestañas. No era el momento de ponerse imaginativo. Nunca le había pasado nada parecido, y no entendía por qué tenía que sucederle precisamente en aquellos momentos y con aquel hombre.
-Quiero hacerlo -dijo rápidamente a la vez que entraba en el ascensor-. Pero no había anticipado algo así. Se suponía que hoy iba a ser un día más, pero entonces has aparecido y... -su voz se fue apagando y bajó la mirada.
-Deberia haberme puesto antes en contacto contigo, pero no sabía si querrías verme -dijo JungKook en tono desenfadado a la vez que pulsaba un botón del ascensor.
-Te habría dicho que no -Jimin le dedicó una sonrisa llena de sarcasmo-. No te habría visto y nunca habría venido aqeí.
Las puertas del ascensor se abrieron y Jimin salió a un amplio despacho desde cuyos grandes ventanales se divisaban unas magníficas vistas de Milán, iluminando a aquellas horas de la noche como gigantesco árbol de Navidad.
-Grazie -dijo JungKook tras él.
Jimin busco su mirada en el reflejo de los ventanales.
-Por qué? -preguntó, temiendo que la sensación que se estaba acumulando en su interior estallara en cualquier instante.
-Por tu sinceridad. Por decir que no habrías querido verme.
-No tengo motivos para ocultar que me desagradas -replicó Jim, aunque una vocecita en el interior lo tíldo de mentiroso. Aunque debería, lo cierto es que aquel hombre no le desagradaba en lo más mínimo.
-¿No te parece que la palabra "desagrada" es un poco fuerte? -murmuró JungKook.
Jimin decidio que tenía que parar aquello de inmediato. Estaba sucediendo entre ellos algo que no podía controlar y no le gustaba. ¿O sí?
-Me desagradas intensamente, JungKook -dijo a la vez que se volvía hacia él-. Yla verdad es que no sé qué estoy haciendo aquí.
La mirada de JungKook se volvio mas oscura que el cielo nocturno, y Jimin se sintió practicamente hipnotizado por su profudidad.
-Estás  aquí porque no has podido evitarlo -el tono grave y delicado de JungKook fue como una caricia para los nervios de Jimin-. Porque es lo que necesitas hacer por Tae.
La mención del nombre de su hemano disupó de inmediato el estado de trance en el que se encontraba Jimin. No debía olvidar en ningún momento que estaba allí por su hermano. No podía perder la perspectiva por culpa de los seductores encantos del último hombre por el cual debía sentirse atraído.
-Exacto -dijo con firmeza-. Y lo primero que me gustaría es ver dónde trabajaba.
JungKook tuvo que darse un zarandeo mental para salir del estado cazi hipnótico en que se hallaba. Consiente de que iba a ser un tema delicado, había retrasado al maximo el momento de ponerse en contacto con Jimin, pero lo que no se había esperado en ningún momemto había sido el vehemente y casi incontrolable deseo que aquel chico despertaba en él
Si hubiera sido cualquier otra persona, habría actuado en consecuencia y habría explorado de inmediato la expectante pasión que latía entre ellos.
  Si hubiera sido cualquier otra, habría actuado en consecuencia y habría explorado de inmediato la expectante pasión que latía entre ellos.
-Sí. Por aquí -fue todo lo que pudo decir a la vez que señalaba una puerta que se hallaba en el extremo del despacho.
-Gracias -murmuró Jimin.
JungKook fue tras la puerta y, tras abrirla, se apartó para dejarle pasar al despacho que había ocupado Tae.
-Aquí en donde solía trabajar tu hermano.
Jimin contempló un momento la amplia y vacía habitación antes de encaminarse al escritorio, sobre el que había unos bosquejos de un coche junto a un ordenador portátil cerrado
-¿Esto es lo que hacía? -preguntó, y JungKook notó que le temblaba la mano ligeramente mientras deslizaba un dedo por las hojas.
-Sí -fue todo lo que pudo contestar, consciente del doloroso momento que estaba pasando Jimin.
-¿Y qué más?
Al ver que sus ojos destellaban a causa de las lágrimas contenidas, JungKook sintió que se le encogía el corazón. Agradecido por la distracción, fue hasta el escritorio y abrió el portátil.
-Aquí hay un montón de fotos, además de todo lo que creó en el programa de diseño -dijo a la vez que volvía el ordenador hacia él.
Jimin dudó un momento y JungKook se preguntó si aquello estaría siendo demasiado para él. Miro sus ojos, cullo verde parecía volverse más intenso mientras contemplaba la pantalla una foto en la que aparecía Taehyung sentado al volante del coche de pruebas.
-¿Cuándo se tomó? -preguntó con un hilo de voz.
Al notar los esfuerzos que estaba haciendo por no desmoronarse, JungKook deseó por primera vez en su vida que una persona rompiera a llorar delante de él. Era evidente que Jimin necesitaba aliviar de algún modo su dolor.
-El día anterior al accidente -debido al esfuerzo que hizo para mantener la voz calmada, las palabras de JungKook sonaron frías incluso a sus propios oídos. Había mirado aquella foto muchas veces desde el accidente, conmocionado por el destello de preocupación que había en la mirada de Tae.
¿Lo habría notado también Jimin?
Al mirarlo y ver sus ojos llenos de lágrimas, rodeó rápidamente el escritorio y, sin pensar en las consecuencias, lo tomó entre sus brazos. Sin dudarlo un instante, Jimin aceptó el consuelo que le ofrecía y se tapó la cara con las manos a la vez apoyaba la frente contra su pecho y rompía a sollozar.
-Dio mío. Esto está siendo demasiado para ti -murmuró JungKook mientras trataba de apaciguarlo acariciándole la espalda con las manos.
-No… no lo es…
-Claro que sí, cara -JungKook habló en el tono apaciguador que usaba con su hermana mientras crecían. Pero aquel no era su hermana. Era, el chico al que deseaba con cada célula de su cuerpo.
-Debería… debería… -los sollozos impidieron continuar a Jimin y, sin pensar en lo que hacía, JungKook inclino la cabeza para besarlo en el pelo. Jimin se quedo muy quieto en sus brazos y JungKook cerró sus ojos cuando su mente se lleno de recuerdos de la época en que llegó a creer que si vida era plena. Apartó de su mente la certeza de haber fracasado en su intento de ser el hombre que su esposa había querido, alzó la barbilla y respiro profundamente.
Siguió abrazando a Jimin mientras lloraba, mientras le transmitía su dolor con cada sollozo, haciéndolo más consciente de la culpabilidad que sentía por no haber estado allí la noche que Tae decidió volver a sacar el coche. De haber estado habría notado su euforia, inducida por el alcohol y las drogas, y habría podido detenerlo. Desde entonces no había dejado de preguntarse cómo era posible que hubiera pasado tantos meses trabajando con Tae sin haber detectado el problema.
Volvió a inclinar la cabeza y volvió a besar el pelo de Jimin, pero incluso mientras murmuraba palabras de consuelo supo que tenía que parar. Resultaba desconcertante admitir que le habría gustado ser para, él algo más que un hombro para llorar.
Afortunadamente, los sollozos acabaron amainando y Jimin se irguió un poco para mirarlo. Estaba tan cerca que parecían amantes. JungKook podría haber besado sus labios sin ninguna dificultad, pero sus mejillas, húmedas a causa de las lágrimas, le hicieron recordar que no lo eran y por qué estaban allí.
-Debería haber hecho esto hace mucho tiempo -murmuró finalmente Jimin.
-¿Esta es la primera vez que lloras? -pregunto JungKook, incrédulo.
Jimin sonrió con tristeza mientras asentía.
-Gracias -su voz surgió como un susurro y parpadeó cuando una lágrima se deslizo de sus ojos. Alzo una mano para apartársela de la mejilla, pero antes de pensar en lo que estaba haciendo, JungKook se le adelantó y se froto delicadamente con el dorso de la mano.
Todo cambio en aquel instante. De pronto se vieron envueltos en una burbuja cargada de tensión de sensualidad. Incapaz de contenerse, JungKook tomó el rostro de Jimin entre sus manos y miro sus ojos verdes, llenos de tristeza y dolor… y de algo muy distinto y completamente inapropiado.
-De nada -respondió, pero su voz surgió más profunda y ronca que nunca.
Jimin cerró los ojos y apoyó la mejilla en su mano. El instinto de JungKook, que le acarició el rostro antes de introducir los dedos entre su pelo. Deseaba besarlo, inclinar la cabeza y saborear sus carnosos labios. Lo deseaba. Aquello era lo único que lograba pensar en aquellos momentos. Nada más importaba. Nada más.
Jimin se arrimó a él a la vez que cerraba lo ojos y acercaba sus labios a su boca. Fue un beso delicado, cargado de indecisión, pero, cunado JungKook pasó su brazo por la cintura y lo atrajo hacía sí, se volvió más profundo, más intenso.
Jimin era consiente de que no debería estar besándolo de aquel modo, de que aquello solo podía depararle problemas, pero la necesidad de sentir los labios de JungKook contra los suyos era abrumadora.
JungKook lo ciñó con más fuerza por la cintura y le hizo inclinar la cabeza para deslizar la lengua entre sus labios. Instintivamente, Jimin los entreabrió para darle la bienvenida con la suya a la vez que le rodeaba el cuello con sus brazos.
De pronto, con una firmeza que dejo a Jimin sin aliento, JungKook lo tomó por los hombros y lo apartó de su lado. Jimin se quedo tan perturbado que, aunque su agitada respiración le hubiera permitido hacerlo, no habría sabido qué decir.
Tras unos segundos, JungKook lo soltó y dio un paso atrás a la vez que mascullaba una serie de furiosas maldiciones en italiano.
Jimin no entendió lo que dijo, pero su lenguaje corporal fue lo suficiente expresivo como para disipar cualquier duda. ¿No le había gustado el beso? ¿No lo había deseado también él? Y, si no era así, ¿Por qué lo había alentado? ¿Se trataría de alguna clase de juego?
-Esto no debería haber pasado -dijo a la vez que se erguís todo lo posible a pesar de sentir que sus rodillas se habían vuelto como gelatina.
-¡Desde luego que no! -JungKook agitó las manos en el aire mientras que se encaminaba hacía la puerta-. ¡Eso no puede suceder nunca entre nosotros!
A pesar de su conmoción, de su dolor, Jimin siguió mirándolo, negándose a sentirse intimidado. ¿Qué más daba que JungKook no quisiera sus besos?
-No estaba pensando… -balbuceó-. No sabia lo que estaba haciendo…
JungKook entrecerró los ojos y permaneció en el otro extremo del despacho.
-Eso parece -murmuró-. Además, ya es hora de que nos vallamos de aquí.
-Aún no he visto casi nada… -trató de protestar Jimin.
-Ya has visto más que suficiente por ahora -replicó JungKook con firmeza-. Esta noche vas a quedarte conmigo.
-¿Contigo? -replico Jimin, desconcertado.
-Estas muy disgustado y te estas portando irracionalmente. No puedo dejarte solo en un hotel esta noche.
Estaba claro que JungKook no iba a admitir ninguna discusión al respecto, y Jimin tuvo que reconocer que desde que se había presentado em su jardín aquella mañana no había hecho más que sufrir una conmoción tras otra.
-Pídeme un taxi para que me lleve a un hotel de la ciudad -dijo con toda la valentía de la que pudo hacer acopio a la vez que se encaminaba hacia él con paso firme.
Pero JungKook no se movió de delante de la puerta.
-Tae tenía razón -dijo, mirándolo a los ojos.
-¿A qué te refieres con eso? -preguntó Jimin sin ocultar su irritación.
Un amago de sonrisa dio paso a un gesto de exasperación en el rostro de JungKook.
-Sé más sobre ti de lo que crees, Park Jimin -dijo y, sin añadir más, giro sobre sí mismo y salió del despacho.
Jimin se quedó momentáneamente desconcertado, pero lo siguió.
-No pienso ir contigo a ningún lado, especialmente después de lo que ha pasado.
JungKook volvió tan rápidamente que Jimin estuvo a punto de chocar con él.
-¿Necesito recordarte que eres tú él que me ha besado, cara?
Jimin noto que le ardían las mejillas mientras la profunda y sexy voz de JungKook envolvía su cuerpo como una caricia, alentando de nuevo la llama del deseo.
-Evidentemente, eso a sido un error -si-seo-. Pero ten por seguro que no volveré a cometerlo.
-Va bene! -JungKook detuvo un momento la mirada en los labios antes de añadir-: En ese caso, no hay ningún peligro en que pases la noche en mi apartamento.
-¿Peligro? ¿Acaso crees que soy un tipo de depredador?
JungKook se limitó a alzar una ceja sin decir nada. A pesar de la humillación que sintió, Jimin le sostuvo la mirada.
-¿Por qué quieres hacer esto? ¿Por qué te parece tan importante que este en la presentación del coche? *(cara- Cariño)*
-como ya te he explicado, le hice una promesa a Tae, y pienso cumplirla -dijo JungKook que continuación abrió la puerta de su despacho y señalo el pasillo que llevaba a los ascensores-. Por aquí, cara.
Jimin se quedó con la sensación de que JungKook había ganado. No sabía que había ganado, pero lo había hecho. Sin embargo, pasar una noche en su apartamento tampoco tenia por que ser tan duro. Al día siguiente buscaría un hotel y, en cuanto terminara la presentación, regresaría al refugio de su casa y su jardín, el único lugar en el que se sentía seguro y a salvo.
JungKook cerro la puerta de su apartamento y observo a Jimin mientras avanzaba por el espacioso cuarto de estar. No había dicho una palabra desde que se habían ido de su oficina y, sin embargo, la tensión que había entre ellos no había hecho más que aumentar. Probablemente había sido una locura llevarlo allí.
-La suite de invitados está lista para ser usada -dijo con severidad, ansioso por alzar alguna barrera de protección.
-Gracias -murmuró Jimin, que, tras echar un rápido vistazo a su alrededor, se encamino hacia las puertas del balcón para observar las iluminadas y aun ajetreadas calles de Milán.
-¿Te apetece algo de comer o de beber? -pregunto Jungkook, màs que nada para distraerse de la visión del curvilíneo cuerpo de Jimin, realzado por la contraluz que ofrecía contra el ventanal.
Jimin se volvió a mirarlo.
-No, gracias. Ha sido un día realmente ajetreado y mañana necesito estar bien despejado.
-¿Despejado? -replico JungKook con el ceño fruncido.
-Si. Tengo mucha información que asimilar antes de la presentación del coche.
-Tienes razón -JungKook se inclinó para tomar la pequeña bolsa de viaje de Jimin y se encamino hacia la suite de invitados. A él también le asentaría bien descansar aquella noche, aunque no estaba nada convencido de que pudiera lograrlo.
Antes de abrir la puerta, se volvió un momento hacia Jimin.
-Tú hermano también se alojaba aquí. ¿Lo sabias?
-No -dijo Jimin, desconcertado-. No entiendo. creí que había buscado algo para alquilar.
-Lo hizo -explico JungKook mientras entraban a la suite-. Pero al final decidió quedarse aquí. A fin de cuentas, estábamos trabajando en el mismo proyecto.
  -¿Este fue el último lugar en que estuvo alojado?
JungKook esperaba y temía aquella pegunta.
-Si -contestó escuetamente.
Jimin miro a su alrededor.
-¿Y sus cosas?
-Se las envié a tu padre.
Jimin asintió lentamente.
-Comprendo.
-Hay otra habitación -ofreció JungKook rápidamente-. Es bastante más pequeña, pero si prefieres…
Jimin negó con la cabeza.
-Me gustaría quedarme aquí.
-De acuerdo, buenas noches, Jimin.
Jungkook salió de la habitación preguntándose si habría enloquecido por completo. No solo había respondido a la invitación de los labios de Jimin y lo había besado, sino que además lo había alojado en la misma habitación que había ocupado Tae. Con cada minuto que pasaba estaba resultando más y más difícil cumplir la promesa que le había hecho a su amigo de cuidar de su hermano, de implicarlo en el proyecto. Y también estaba resultando cada vez más difícil mantener oculta la verdad.

Las caricias del enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora