capítulo 11

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   CUANDO, a la mañana siguiente, Jimin salió de su dormitorio,  encontró a JungKook preparado un café en la cocina.  Estaba tan atractivo con él traje gris marengo que no pudo evitar distraerse un momento admirandolo.
  Una vez en el coche de caminó al circuitous de pruebas,  intensamente consiente de cada uno de sus movimientos mientras conducía, lamentó no haber tomado un vuelo a Londres  a primera hora de la mañana al menos esperaba tener la oportunidad de averiguar la información que jungkook le estaba ocultando sobre el accidente de su hermano. Porque estaba convencido de que le estaba ocultando algo.
  -Tengo una reunión a la hora del almuerzo.
  La acentuada voz de JungKook hizo salir a Jimin de su ensimismamiento. Quería mirarlo, disfrutar un momento contemplando su firme y aractivo perfil, pero no podía permitírselo.
  -Yo tengo que estar en le aeropuerto a primera hora de la tarde, así que tomaré un taxi -dijo con todo el desenfado que pudo, que no fue mucho.
  -Habías dicho que no estabas huyendo -dijo JungKook con dureza mietreas aparcaba el coche ante, la entrada de los talleres.
  -No estoy huyendo -replicó Jimin con más enfado del que pretendía-. Necesito recuperar mi vida, volver a lo que estaba haciento antes del accidente de Tae. Es lo que él habría querido. Lo único bueno que a surgido de mi visita.
  Salío del coche sin añadir nada más, ansioso por distanciarse de JungKook. Por mucho que su cuerpo le dictara lo contrario, no debía olvidar lo que había hecho, el modo en  que lo habia manipulado para aplacar su sentimiento de culpabilidad y que su reputación no quedara en entredicho.
  Estaba a punto de entrar cuando JungKook lo ancanzó y apoyó una mano en la puerta de cristal para impedirle abrirla.
  -¿Eso es todo? ¿No tienes nada más de qué acusarme? -preguntó con dureza.
  Jimin alzo el rostro para mirarlo, decidido a no dejarle ver cuánto le afectaba.
  -¿Aparte de que practicamente me hayas vendido a la prensa para conseguir tus propósitos? ¿O te refieres al hecho de que me sedujeras? Me dejaste creer que estaba haciendo esto por Tae, cuando en realidad era todo en tu beneficio.
  JungKook alzo la ceja con expresión burlonamente ufana.
  -Según recuerdo, cara, fuiste tú él que me sedujo a mí.
  Jimin apreto los punos hasta casi clavarse las uñas en las palmas de la manos. Necesitó que el dolor le recordara lo que estaba en juego; no solo el buen nombre de su hermano y su propia reputació sino su corazón.
  -No seas tan engreído. Todo lo que he hecho ha sido por Tae -aquello fue lo primero que se le paso por la cabeza, y se mordió la lengua para no decir nada más. No quería que JungKOok supiera cuanto estaba sufriendo, la desconcertante itencidad con la que se había enamorado de él. No debía saberlo nunca.
   -¿No lo hiciste por que lo deseabas, porque fueisteincapaz de resistirte a la irresistible atracción que surgío entre nosotros cuando nos conocimos?
  -De acuerdo. No pude resistirme. Pero puedes estar seguro de que esa <<irresistible atracción>> ya está muerta y extinguida para siempre -tras decir aquello, Jimin aparto con firmeza la mano de JungKOok de la puerta y entró en los tallerea agradeciada al ver que había varios mecánicos y empleados deambulando por allí.
  Escuchó la voz de JungKook hablando muy rápidamente en italiano a sus espaldas y, a continuación, el sonido de sus pasos cando se alejaba.
   SIn saber qué hacer, y consiente de las miradas de curiosidad que estaba recibiendo, se encaminó hacia un coche que no estaba allí en la ocasíon anterior. Parecía un prototipo de un nuevo deportivo.
Su pintura negra brillaba bajo las luces del taller y las elegantes curbas de sus laterales captaron de inmediato su atención. Era un modelo muy diferente al que había diseñado Tae.
  Aque tenía más estilo. Evidentemente, había sido diseñado para la comodidad además de para la velocidad. La rejilla delantera era más sobria, más clásica y mucho menos agresiva que la del coche de Tae. Su poderío era palpable, pero poseía una sofisticasión que le hizo pensar de inmediato en JungKook. ¿Habría diseñado él aquella belleza?

  Mientras hablaba con su equipo, JungKook no pudo observar a JImin cuando se encaminó hacia el coche negro. Vio la atención con la que lo obeserbaba y casi pudo oir su mente en funcionamiento evaluando las posivilidades del coche.
  Tras dar las instrucciones finales a su equipo, se encaminó hacia el coche, su último prototipo. Lo había diseñado él personalmente y había incluido todo lo que quería que hubiera en su coche ideal.
  -Este coche tiene un potencial para ser un modelo en sí mismo -dijo Jimin con un entuciasmo evidente a pesar de la animosidad que había entre ellos-. ¿Quién lo había diseñado?
  Teniendo en cuenta que acababan de presentar oficoalmente el coche de Tae, JungKook no queria decirle que era obra suya.
  -Ha sido un trabajo en equipo.
  -Un buen trabajo, sin duda. Un magnífico trabajo. El negro le va a la perfección.
  JungKook apenas fue capaz de escuchar sus halagos. Aquell era el chico al que trataba de proteger,  él chico que hacia arder su sangre, él chico al que deseaba más que a ningun otro u otra. Pero él lo odiaba y estaba a punto de sedaparecer de su vida. Y él no pidía hacer nada para impedirlo.
  -He organizado las cosas para que Giovanni te lleve de vuelta al apartamento para que recojas tus cosas y luego al aeropuerto.
   -De acuerdo, gracias -la sequedad del tono de Jimin fue un evidente reflejo de su determinción.
  JungKook comprendió que lo mejor que podía hacer era irse cuanto antes. Irse y no mirar atrás.
  -Arrivederci, Park Jimin.
  Antes de perder el control sobre sus emociones, giró sobre sí mismo y salió del talles, consiente de que estaba perdiendo para siempre a la única persona que de verdad habia querido en su vida.
  Sin mirar atrás, entró en  su coche, puso en marcha el motor y se alejó de allí a toda velocidad. Cuanto antes se marchara Jimin a Inglaterra, mejor.

Las caricias del enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora