capítulo 9

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  Si la primera vez que JImin se había despertado en la cama de JungKook había sido asombrosa aquella fue deliciosa, pues se encontro acurrucado contra la calidez de su cuerpo, satisfecho y adormecido como un gatito.
  Se sentia en el paraíso y no quería despertar del todo para enfrentarse al día. Aquel iba a ser su ĺtimo día juntos y, después de la noche ardiente y apasionado sexo que acababan de pasar, no estaba segurro de querer empezar el día.
  Aquella noche se había sentido tan seguro entre los brazos de Kook, amado, saciado, y se había dado cuenta que aquello era algo a lo que habría podido acostumbrarse fácilmente, aunque no pudiera ser.
  Cuando los pensamientos sobre el amor comenzaron a aflorar peligrosamente a la superficio, los reprimió de inmediato, consiente de que algo había cambiado en su interior. En el fondo quería ser amado, pero la desastroza experiencia que había supuesto su anterior compromiso hacía que aquello fuera prácticamente imposible.
  <<Esto había sido una aventura de fin de semana>>, se recordó mientras JungKook lo estrechaba contra su cuerpo.
  -¿Quieres venir conmigo a nadar? -le preguntó él con los labios contra su cuello, y Jimin experimentó de inmediato un revoloteo de mariposas en su estómago.
  -Sí quiero, pero no he traido un bañador.
  -Eso no supone ningún problema -dijo Kook mientras le mordisqueaba la oreja-. Estamos totalmente solos. nadie podra verte.
  Jimin se volvió hacía él entre sus brazos. 
  -¿Estás seguro? ¿No tienes ningún empleado doméstico?
  -No solo estamos tú y yo en la villa -murmuró él a la vez que lo estrechaba contra su cuerposin importar la evidencia de su deseo.
  Jimin lo empujo juguetonamente con las manos contra el pecho.
  -Creia que querias nadar -dijo burlonamente,
  -He cambiado de opinión.
  De un solo y rápido movimiento, JImin salió de la cama y se rio al ver la desconsertada expresión de JungKook.
  -Pues ahora yo quiero nadar -dijo, y sin pensárselo dos veces, completamente desndo, abrió las puertas del balcón y, tras hechar una rápida ojeada a su alrededro para asegurarse de que no había nadie, bajó las escaleras que llevaban a la piscina.
  SIn esperar a comprobar si JungKook lo había seguido, se lanzó directamente de cabeza al agua. La sensación de libertad que experimentó fue deliciosa. Nadó vigorozamente hasta el final de la piscina y allí, con los brazos apoyados sobre el borde, contempló la vista del lago Garda que se le ofrecían desde aquel privilegiado punto de observación.
  Unos instantes después, oyó el sonido que hizo JungKook al zambullirse en el agua, pero, con una sonrisa en los labios, siguió contemplando las vistas, esperando con anticipación su llegada. Su cuerpo tenbló y los latidos de su corazón arreciaron cuando emergió del agua y se situó a su lado.
  A pesar de su audacia, Jimin no pudo evitar sentirse ligeramente avergonzado. Nunca se había bañado desnudo y, sin embargo, allí estaba, completamente desnudo en la piscina de JungKook, y con él también completamente desnudo a su lado.
  -Es una vista increíble, ¿verdad? -dijo, incapaz de creer que realmente estuviera allí, disfrutando de un fin de semana de lujo junto al hombre más sexy que habia conocido nunca.
  -Simplemente bellisimo.
  Cada vez que JungKook hablaba en italiano, JImin experimentaba un extremecimiento de exitación y, además, estaba seguro de que su comentario no se había referido presisamente a la vista.
  Abrumado por su propia timidez y la hambrienta mirada que le estaba dirigiendo JungKook, trató de enmascarar sus sensaciones con una brabuconada.
  -Te echo una carrera -dijo y, sin esperar a comprobar si JungKook había aceptado su reto, comenzo a nadar hacía el otro extremo de la piscina.
  Unos instantes más sintió como lo adelantaban con poderosas brazadas dignas de un nadador profecional.
  -Deberia haber supuesto que ganarías -dijo jadeante, cuando finalmente se reeunió con él al final de la piscina.
  -No debesías retarte *Cara* (cariño) -replicó él en tono burlón. SIn opensarselo dos veces, Jimin comenzó  a salpicarlo dando fuertes manotazos en el agua y riendosé como hacía mucho tiempo no se reía-. Y tampocó deberías alpicarme -añadió él con el ceño severamente frincido.
  Antes de que Jimin tubiera tiempo de reaccionar JungKook salió de la pscina sin aparente esfuerzo y permaneció en el borde, observandola.
  Sin poder evitarlo, Jimin contempló su poderoso cuerpo desde abajo... ¡y se quedo boquiabierto!
  -¡Tramposo! ¡ Me has hecho creer que los dos íbamos a estar desnudos!
  -No he dicho en  ningún moment'o que yo fuera a estarlo -replicó él con una ufana sonrisa en los labios- Y ahora, ¿Piensas salir ya del agua o no?
  -No -Protestó Jimin con un delicioso mohín en los labios, y se alejo nadando lentamente del borde de la piscina, consiente de la atenta mirada de JungKook mientras lo hacía.
  Cuando llegó de nuevo al extremo de la piscina se volvió y vio que estaba recostado en una tumbona, atento a cada uno de sus movimientos.
  -¿Tenes por costumbre hacer esto a menudo señorito Park? -oreguntó JungKook en un tono irritantemente burlón.
  -¿Se refiere a nadar desnudo  o a pasar apasionados fines de semana, señor Jeon?
  -A ambas cosas.
  -Nunca había nadado denudo en una piscina -Jimin se puso boca arriba en el agua y disfrutó viendo cómo se obscurecia la mirada de Kook mientras contemplaba su cuerpo.
  -Y yo nunca había tenido a un chico nadando desnudo en mi piscina.
  -Eso so que me sorprende. Un hombre como tú...
-replicó Jimin coquetamente.
  -¿Un hombre como yo? -replicó JungKook-. ¿Y como se supone que sea un hombre <<como yo>>?
  -No irás a negar que las mujeres se sienten atraídas por ti como las polillas a la luz, ¿no?
  -Solo las que buscan algo que no puedo darles -la brusquedad con la que JungKook dijo aquello supuso un completo contraste con su relajada actitud en la tumbona.
  Jimin sonrió.
  -¿Y que es lo que buscan?
  -Matrimonio y seguridad -replicó JungKook secamente.
  -Y tú no quieres saber nada de eso, ¿no?
  -No.
  -Te entiendo perfectamente -contesto Jimin, aunque lamentó de inmediato haberlo hecho.
  -¿En serio?
  -Ya sabes, <<el gato escaldado huye del agua fria>>, como suelén decir los ingleses -Jimin volvió a ponerse boca abajo y nado para alejarse un poco de JungKook y del tema de conversacíon que había puesto inadvertidamente en marcha. Deberían estar disfrutando de las pocas horas que les quedaban juntos, no rumiando sobre el pasado.
  -No deberías esconderte de ello, Jimin.
  Jimin dejo de nadar y se volvió de nuevo hacía Kook.
  -¿Esconderme de que?
  -Del amor.
  Jimin parpadeó, desconsertado, incapaz de creer que un hombre que admitía tan abiertamente no querer ningún compromiso utiliza aquella palabra.
  -No me escondo del amor. Simplemente no lo he encontrado todavía.
  -¿Y cuando lo encuentres?
JImin no entendía a que se debían aquellas preguntas. Ya había dejado en claro que no le interesaban las relaciones duraderas, y no comprendía por qué estaba canalizando JungKook la conversación en aquella dirección.
  -Mi madre abandono a mi padre cuando Tae y yo éramos adolecentes. Nos dio por completo la espalda. Desde entonces no creo en los finales felices Kook.
  -¿Y el hombre con el que estuviste comprometido?  ¿lo amabas y esperbas vivir feliz con él para siempre?
  Jimin empezó a sentirse atrapado en la piscina bajo el escrutinio de su intensa mirada, obligado a contestar a sus preguntas.
  Puede que después de lo que sucedió con mi familia no estuviera preparado para amar.
  -¿Y si volvieras a enamorarte?
  -Si estuviera completamete seguro de haber encontrado a un hombre al que amar y que me correspondiera, tal vez me lo plantearía.
  -¿Y te casarias?
  -El matrimonio no es la única forma de comprometerse con el amor, Kook -contestó Jimin pacientemente, y vio que él fruncia el ceño-. ¿Y qué me dices de tí? ¿Volverias a casarte?
  JungKook permanecio en silencio. Aquella mañana con Jimin dormido entre sus brazos, no había podido evitar imaginarse lo que seria despertar cada mañana con Jimin entre sus brazos. Sentía como si lo hubiese hechizado, y no quería dejarlo ir. Pero sabía que Jimin aún lo culpaba por la muerte de su hermano, y no podía pedirle nada mas hasta quedar libre de culpa ante sus ojos. Y eso no podía hacerlo sin contarle toda la verdad. Y hacerlo supondria romper la promesa que le hizo a Tae.
  -Tu silencio lo dice todo.
  -La voz de Jimin hizo salir a Kook de su ensimismamiento.
  -Con la persona adecuada, sí, ya sea hombre o mujer -dijo sinceramete.
  -En ese caso espero que lo ó la encentres.
  JungKook contempló los delicioso movimientos del cuerpo dr Jimin mientras volvía a nadar de espaldas y sintió que se le secaba la boca.
  -¿No piensas salir nunca de la piscina? -preguntó a la vez que se evantaba de la tumbona y tomaba una toalla-. Vas a acabar convirtiendote en una sirena.
  Jimin se rio y nadó hacia la escalera.
  -No estoy hecho del material de las sirenas -dijo mientras subía lentamente la escalera, consiente de la intensa mirada de JungKook, del deseo que despertaba en él mietras el agua se deslizaba por su cuerpo y ladeaba la cabeza para sujetarse el pelo en una coleta para escurrirlo.
  Kook se sentía incapaz de moverse, de apartar la mirada de Jim. Parecía una auténtico y seductor con el sol de la mañana cayendo de lleno sobre su delicada piel. Cuando se encaminó hacia él, su angelicar belleza hizo que practicamente comenzara a babear.
  Apenas conciente de lo que hacía, avanzó hacia él y lo tomo entre sus brazos. Cuando sus miradas se encontraron, la ardiente pasión que vio en los ojos de Jimin hizo que su corazon latiera más deprisa. Y cuando él alzó el rostro para besarlo y rodeó con los brazos por la cintura supo con certeza que nunca llegaría a cansarse de tenerlo a su lado.
  -Deberíamos entrar, murmuró roncamente cuando finalmente separaron sus labios.
  La sensual sonrisa de Jimin le hizo comprender que era muy consiente del efecto que estaba ejerciendo sobre él.
  -Si, susurró-. Una última vez.
  -Una última vez -repitió Kook antes de besarlo apasionadamente, deseando mucho más que una última vez, pero consiente de dónde habían puesto ambos límites de aquella relación.
  Con una coqueta sonrisa, Jimin lo tómo de la mano y lo condujjo escaleras arriba de vuelta al dormitorio.
  El sol caía de lleno sobre la cama aún deshecha, evidencia de las ardientes horas que habían pasado en ella durante la noche.
  Antes de saber lo que estaba sucediendo, Jimin se encontró en brazos de JungKook, que lo llevó hasta la cama y lo tumbó en esta con el corazón latiendo con tal fuerza que casi temió que Jim pudiera escucharlo. Lo deseaba con autentica locura y pensaba aprovechar al maximo sus últimos momentos como amantes.
  Casi con el frenesí, se quito el bañador, dejando expuesta a la mirada de Jimin su poderosa erección. Con un anhelo practicamente incontrolabe por penetrarlo, por sentirse dentro de él, lo tomó por los tobillos y le hizo separar las piernas. Sabía que debeía estar tomándoselo con calma, pero era incapaz de contenerse.
  -Kook... para... -murmuró Jimin con urgencia a la vez que apoyaba las manos contra su pecho para apartarlo-. Debemos utilizar protección...
  -Maledizione -JungKook agit´o vigorosamente la cabeza para recuperar el control. Jamás lo había perdido de forma espectacular, y agradeció que almenos uno de los dos hubiera consevado el sentido común-. Disculpame -añadio a la vez que abría el cajón de la mesila para sacar un preservativo y ponérselo.
  -Lo siento -murmuró Jimin tímidamente-. Pero ninguno de los dos queremos consecuencias de este fin de semana.
  Mientras miraba, Kook comprendió de pronto que aquel fin de semana ya había tenido consecuencias, aun que no en la forma de un embarazo. SIn darse cuenta de lo que estaba sucediendo, había dejado caer las barreras que rodeaban su corazón y se lo había entregado a un chico con el que ni siquiera deberia haber tenido una aventura.
  -Tienes razón, *mi cara*. No puede haber consecuencias.
  -No -dijo Jimin a la vez que rodeaba con las piernas por la cintura y lo atraía hacia sí para que lo penetrara.
  Y, por última vez, consumido por la pasión, JungKook lo hizo suyo.
  Apenas tardaron unos momentos en alcanzar juntos un delicioso orgasmo.
  -*IL MIO AMORE* (Mi amor) -murmuró JungKook mientras lo besaba en el cuello, sin apenas saber lo que estaba diciendo.
  ¿Hiabía sido aquella manera de despedirse? No lo sabía,  pero agradeció haber utilizado su lengua materna para hacerlo, porque Jiminn no parecia haber entendido sus palabras. 

Las caricias del enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora