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El día comenzó sin prisas, lo cual era un lujo para mí

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El día comenzó sin prisas, lo cual era un lujo para mí. No había sonado la alarma y podía disfrutar de un rato extra en la cama, sin la presión de tener que salir corriendo a primera hora. Desayuné con calma, disfrutando del café y las tostadas mientras leía las noticias. Me gustaba aprovechar esas mañanas tranquilas para ponerme al día con el mundo y, por supuesto, para revisar las redes sociales y ver cómo había sido el impacto de las últimas publicaciones del Real Madrid. Había recibido muchos comentarios positivos, especialmente sobre la reciente victoria y el gol de Jude.

Sin embargo, a pesar de la calma de la mañana, había algo que me mantenía un poco nerviosa: la sesión de fotos de Jude esa tarde. Mauro, mi jefe, me había pedido que me encargara de coordinar las fotos y asegurara que todo estuviera listo para las tomas. Además, sabía que Jude estaría ahí, y después de nuestra conversación la otra noche y de su respuesta a mi historia en Instagram, me sentía un poco más consciente de su presencia. No quería parecer ansiosa, pero la verdad era que me hacía ilusión volver a verlo.

Pasé el resto de la mañana haciendo cosas para relajarme. Salí a caminar con mi perro, disfrutando del sol de la mañana y del aire fresco. Fue un buen momento para despejar mi mente y prepararme para el resto del día. Luego, volví a casa para hacer algunas tareas y leer un poco. Tenía un libro que había estado posponiendo, pero esta mañana era la ocasión perfecta para retomarlo.

A medida que se acercaban las 17:00, empecé a prepararme para ir al campo de entrenamiento. No necesitaba vestirme de manera formal, pero quería verme bien para la sesión de fotos. Escogí un oufit cómodo, con unos vaqueros campañas y una camiseta corta gris.

Llegué al campo con tiempo de sobra, asegurándome de que todo estuviera en su lugar para la sesión. Los fotógrafos ya estaban montando el equipo, ajustando las luces y preparando las cámaras. Jude llegó un poco después, junto con el otro jugador que sería parte de las fotos, Vinicius. Ambos estaban de buen humor, bromeando entre ellos y con el equipo. Me aseguré de que todo estuviera listo y luego me uní al resto para observar cómo se desarrollaba la sesión.

Aunque el foco estaba en Jude y Vinicius, no pude evitar sentirme un poco emocionada por estar allí. Era parte de mi trabajo, claro, pero también me encantaba ver la interacción entre los jugadores y el equipo de producción. Todo fluía sin problemas, y eso era lo más importante.

La sesión de fotos fue un éxito, y todos parecían satisfechos con el resultado. Después de que todo terminó, me quedé para ayudar a recoger el equipo y asegurarme de que todos los detalles estuvieran cubiertos antes de irme a casa. Fue un buen día, y aunque había sido una mañana tranquila, la tarde había traído esa chispa de emoción que siempre acompañaba a los eventos del Madrid. No podía esperar para ver las fotos finales y compartirlas con nuestros seguidores.

Vi el nombre de Jude en la pantalla y mi corazón se aceleró un poco. No esperaba que me llamara después del evento; normalmente, los jugadores se iban por su lado y nosotros, el equipo de redes sociales, hacíamos lo mismo.

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