Gustabo? [EN PROCESO]

έξι

Dispara al hombre con rabia. Uno, dos, tres, cuatro disparos. Aprieta el gatillo con fuerza sin dejar ni un sólo momento de silencio entre el eco de las balas que impactan en el cuerpo del hombre. Estaba muy nervioso, el sujeto le llevaba faltando el respeto a Conway durante más de media hora, y no aguantó más cuando soltó que seguro Gustabo recibió el título de policía gracias a sus padres. Ahí sí que no.

Durante el camino a casa tanto Conway como Gonzalo le interrogan, o más bien le preguntan si está bien, pero algo en él se enfada incontrolablemente con esas preguntas y las evade lo más cortante posible. Mira por la ventana en el asiento de atrás mientras todo se queda en silencio, ve las luces pasar, la noche caer, y se pregunta si realmente es él o es otra cosa.

Ha tenido que mudarse pues no se sentía cómo con el hecho de que sus brotes psicóticos habías vuelto y eran tan comunes mientras compartía piso con Gonzalo. Se avergüenza profundamente. Pero aún sintiendo esa vergüenza insoportable que se le clava bajo la piel y no le deja casi respirar, no piensa tomarse las pastillas. Es algo que lleva decidido de hace años.

Y mientras está solo, reflexiona sobre lo último que le ha ido pasando estas semanas. No ha parado de trabajar, no se ha permitido descansar un poco y pensar sobre todo aquello que almacena en el cajón bajo llave en su cerebro y que no le gusta. Pero se da cuenta de que hay muchas cosas que le empiezan a dejar de gustar. Ya no le gusta el trabajo, o la compañía de amigos si acaso los tiene, ni siquiera beber le entretiene, ya sólo se embriaga para tener que pasar la noche en tranquilidad.

Ya nada le proporciona la adrenalina a la que tanto es adicto y que le ayuda a continuar con sus días, ni la ruleta del casino, ni hacer persecuciones, ni... Autolesionarse. Nada le da ese algo que le falta. Los amigos o parejas no le sirven, pues tampoco es muy bueno en mantenerlos y realmente no los ve como una necesidad. El único que le ayudaba a seguir era Horacio, y él ya no está. Ni Gonzalo, ni Gordon, ni Noah, o incluso Conway, pueden llenar ese gran agujero que tiene en el corazón.

Mientras se mira en el espejo, recuerda lo que Conway le dijo sobre Pogo y su trastorno, ¿realmente es todo producto de un trauma? Pero hay algo que no le cuadra. Si el trauma le provoca omitir toda aquella información que no le gusta y eso hace que "salga Pogo", ¿por qué lo único que recuerda son los momentos más miserables de su vida? Vive en un constante malestar, y realmente sólo se siente como una persona cuando vive algo desagradable. Algo. No. Cuadra.

Tampoco piensa consultarlo con Castro, le da aún más vergüenza haber sido influenciado por las teorías de Conway a tal punto de dudar de su diagnóstico. Ese diagnóstico que tanto le ha costado conseguir para poder entender todo lo que ocurre en su cabeza. Pero aún sin creer al cien por cien en lo que su jefe le dijo, sigue sintiendo como que ha perdido algo bastante importante en su vida. Y eso le lleva a pensar que literalmente no le queda nada.

...

Apaliza con un bate al pobre hombre que yace en el suelo mientras se retuerce del más puro dolor. ¿Quién es? ¿Por qué le está pegando? ¿Dónde están? Cada golpe que le da suena más fuerte y contiene aún más ira, no sabe ni por qué está tan enfadado. Hay un eco en la habitación que le está provocando jaqueca, las goteras, los gemidos, su propio pulso bombeando en su oído, se va a desmayar. El hombre poco a poco pierde la conciencia, ya no se mueve, y apenas puede respirar. Con la mayor voluntad que tiene un hombre, consigue detenerse y lanzar el bate a la esquina del cuartillo.

Se acerca a ver quién era ese sujeto, pues no recuerda su rostro, ni siquiera cómo llegó ahí. Cuando se agacha al lado del cuerpo, puede notar un ligero escalofrío recorriéndole la espina dorsal, se está empezando a sentir bastante mal. Intenta asomarse para ver el rostro pero está tan desfigurado que tiene que cogerlo por el pelo para poder verlo mejor. Se arrepiente inmediatamente.