πέντε

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Ahora es de la CIA, ¿otra vez? ¿Acaso lo dejó de ser? Lo único que es cien por cien seguro es que es subcomisario, y no puede tocarle más la polla. Estaba súper contento con su puesto de Inspector Jefe, ahora tiene que currar más, ocuparse de más cosas, estar más atento, y hacer de niñera de la malla.

Está patrullando con Molotov, un muy buen agente, y escucha como más de uno le felicita por su puesto. Si ellos supieran.

—Teniendo en cuenta que ahora sí vas a empezar a trabajar de verdad en la puta CIA, necesito que te encargues también de la comisaría.— Se atraganta, tiene que mirar incrédulo a Conway para saber si ha escuchado bien ¿perdón? ¿Cómo que "ahora sí y de verdad" ? Es que lo quiere matar, se están mirando a los ojos en esas malditas oficinas y lo único en lo que piensa es en que lo quiere matar.

Conway se la lió en ese momento de una manera espeluznante, preguntándole si prefería ser comisario o subcomisario, ¿qué maneras de ascender a alguien son esas? Igualmente aceptó, pero porque no hay más remedio.

No puede estar más cansado y más harto el día de hoy, y Molotov parece que no lo ve en su cara cuando le pregunta setecientas mil veces sobre procedimientos y palabras técnicas que no entiende, hasta que Conway parece ser que le lee la mente y lo llama por radio, dejándolo aún más de piedra.

—García, suspendido de empleo y sueldo hasta nueva orden, ven al hospital.— Se va a pegar un tiro. Va a ir al hospital pero para tirarse del puente que hay al lado. Parece que Conway sólo quiere joderle la existencia estos días y lo está consiguiendo. Su agobio y su salud mental no dan a basto con tanta inesperadas y espectaculares noticias que le da su superior a las cuatro y media de la tarde en pleno servicio un martes.

Molotov lo mira desconcertado, tampoco es que ese hombre llegase a expresar mucho con su mirada, o incluso con palabras, pero su cara era de completa confusión. Gustabo tampoco parecía muy feliz con la noticia, pero se le veía calmado. Extraño. —Ha sido un placer...? — Conduce Molotov hasta el hospital mientras intenta no ser intrusivo, lo que le causa una ligera sonrisa a Gustabo que al segundo desaparece.

Cuando llegan al hospital se despide de su compañero y va hacia Conway, quien no se ve enfadado, de hecho se le veía muy normal, así que inmediatamente Gustabo lo asocia con algo de urgencia de la CIA y tampoco se preocupa demasiado. Es más, se la pela.

Ve cómo Castro se acerca a ellos y juntos suben al coche, Conway conduce a lo que Gustabo intuye que son las oficinas de la CIA y se permite dar un suspiro de alivio, hasta que Castro habla. —¿Cuánto hace que no te estás tomando las pastillas? Porque te di para dos meses y ya han pasado tres.

—Me cago en la putísima madre que me parió.

Obviamente no responde eso, incluso se adelanta a contestar lo más rápido posible para no levantar más sospechas. —Es que me dejaban atontao', la verdad. — Mentira, tras mentira, tras mentira y tras mentira. Conway aprieta el volante pero se queda callado sabiendo que esa frase que le ha salido de lo más natural es una puta mentira, y ese es el problema, ¿Cuánto tiempo les ha estado mintiendo ya? —¿Y por qué no me lo has dicho?

Horacio está llorando delante de él, y no quiere mirarlo porque si lo hace sabe que él también lo hará. —¿Por qué no me has contado que había vuelto Pogo? ¿Por qué te has dejado de tomar las pastillas? — Se le ha ido de las manos completamente. Últimamente se notaba en mejoría, habían pasado meses desde su último brote en el que reventó a un chaval de quince años por haber insultado a Horacio en la puerta del instituto. Pero se ve que no, que da igual lo que haga, siempre va a volver.

Tantas veces se ha repetido esa situación, por lo que suspira y continua la mentira. —Bueno, porque como me sentía bien... Además, me daban nauseas, mareos, me quitaba el apetito...— Conway le corta el rollo rápidamente mientras se bajan del coche para ir a las oficinas, ambos se miran y saben lo que el otro piensa de la situación, pero Conway tiene tanta rabia encima que no puede engullir lo que Gustabo confiesa lo siguiente. —En el psiquiatra tampoco me las tomaba, no veo ahora el problema.

Gustabo? [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora