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Notas:

Lamento la demora del capítulo. La verdad es que había estado trabajando en la planeación de un nuevo fic (con Gojo bottom, ya que hay personas a las que le gusta) y escribiendo los capítulos.

También trabajando normal y atravesando por episodios (no de depresión o así) que me robaban mi tiempo. Pero ahora ando más activa así que estoy preparada para continuar con esto

IMPORTANTE LEER:
Debido a que por alguna razón el guión largo de la nada se cambia, comencé a redactar mis escritos con comillas. De ahora en adelante lo verán de esa manera, para evitarse el problema de los guiones.

Cambié ligeramente mi estilo de narración y redacción, también divido algunas partes y escenas distinto. Ya no usaré los separadores por imágenes.

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Si Yuji hubiera sabido que tratar de corregir las actitudes de su hermano significaba tener que pararse frente a personas tan poderosas, lo más probable es que hubiera dejado todo en manos de Choso para que él buscara una solución más viable y madura.

Pero no lo hizo, y por consiguiente tiene que hacerse responsable (por alguna razón) de la peculiar revelación que se dió hace relativamente poco.

No importa que ahora haya olvidado la manera de respirar, tampoco importa el ligero temblor en sus manos o el sudor frío que resbala de su frente. Si quiere hacerse en sus pantalones y suplicar perdón a los dioses será en otro momento, ahora debe de mostrarse valiente y enfrentar la situación.

Frente a él están varios hombres reunidos, imponentes. Murmuran algunas cosas mientras lo señalan, discutiendo entre ellos cosas que Yuji no entiende y la verdad es que no quiere hacerlo.

Saber cosas lo tiene en esa situación.

Finalmente uno de ellos, al que Yuji identifica como Nanami, se pone de pie y carraspea para llamar la atención de los otros hombres. Nanami se le dirige y el cuerpo de Yuji se tensa, parándose recto por instinto. Actuando como un soldado al que el sargento le está por dar una orden.

"Yuji Itadori", dice su nombre.

Presente. Se traga sus palabras y sólo asiente. Lo mejor será no hablar hasta que se lo permitan o algo así. En los libros y series de mafia regañan al secuestrado o acusado por hablar sin permiso.

"Lamentamos la forma en la que se te trajo a este lugar, pero necesitábamos una manera no violenta de traerte de inmediato", Kento se disculpa con una ligera inclinación de su cuerpo, volviendo a su postura inicial tan sólo dos segundos después.

Nanami lo mira y debido al silencio que se presenta, Yuji deduce que espera una respuesta. Balbucea un poco antes de responder: "no hay problema".

Si había muchos, pero no le combiene decirlos.

"Bah, menos formalidades", interviene uno de los hombres. Es de cabello negro y largo, con una gran cicatriz en su ojo, "hay que ir directo al grano".

"Estoy de acuerdo", agrega otro tipo de cabellos rubios y puntas verdosas. Por su apariencia Yuji se da cuenta que se trata de Naoya, famoso por ser bueno en lo que hace, pero un idiota con la gente.

Nanami no se opone y retoma la palabra, listo para lanzar el sermón. "Hablemos del incidente de anoche. Ayer se te revelaron cosas que un civil común no debería de conocer y, como todos aquí estamos conscientes de que no es tu culpa, no tomaremos medidas drásticas y trataremos todo esto como los adultos civilizados que somos", el resto de hombres asienten, de acuerdo con sus palabras.

Casualidad || GoyuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora