La vida de Yuuji siempre ha sido complicada en varios sentidos; va desde tener que cuidar de su hermano menor, asistir a tiempo a la universidad, pasar con las mejores notas. En su vida no había espacio para un amor serio, tenía que centrarse en su...
Sukuna recorría los extensos pasillos de Jujutsu, ignorando por completo su alrededor, sumido en el profundo océano que eran sus pensamientos. Sus cabellos rosados siempre peinados hacía arriba, ahora estaban alborotados y le daban una apariencia más cercana a la de Yuuji.
Su mente se transportaba a los recuerdos de una noche en específico: la cena de hace dos días.
Si bien no entendió muy bien las cosas, recuerda muy bien la expresión consternada de su hermano, el cómo lo sostuvo del brazo y, mientras los dos adultos discutían con un ¿gato?, Yuuji lo sacó a rastras de la mansión, obligándolo a dejar en el piso a Megumi.
"No hables por el momento con Fushiguro, ¿de acuerdo? Con que no peleen me basta". Eso fué lo que Yuuji pidió.
Sukuna obedeció, al fin y al cabo no le agradaba del todo Megumi, y tampoco es cómo que tuviera más opciones.
-...y Hanami me dijo: "no quemes las flores".
Sukuna regresó a la realidad, recordando que al ingresar a la academia, su amigo Jogo lo empezó a seguir y contar varias cosas de las que se perdió por estar en en la dirección. Para ser francos, no escuchó absolutamente nada de lo que dijo, exceptuando lo último. Sin embargo, asintió varias veces cómo si realmente hubiera estado prestando atención.
Jogo notó que el pelirrosa colocó sus dedos en su barbilla, llegando a la conclusión de había sido ignorado desde un inicio. Resopló, rendido, era difícil tratar con Sukuna en varios sentidos.
-No me escuchaste, ¿verdad?
Sukuna negó aún con la misma pose, a lo que el otro bufó, acostumbrado a esos mismos resultados.
-De todos modos a Sukuna le da igual, mejor trae a Uraume.
-¿Entonces para qué me pides un resumen?
-No cuestiones o entonces te quedarás sin el almuerzo de Sukuna.
Jogo cierra el cierre imaginario de su boca, corriendo a buscar al chico. Ciertamente a Jogo le encanta comerse los almuerzos que el hermano de Sukuna le da a este último cómo almuerzo. Asi que si ser el chicle de Sukuna es la condición, con mucho gusto seguirá a todas partes al niño más orgulloso de la academia.
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La última clase de Sukuna había llegado, a lo cual se reunió con su grupo de amigos para empezar a retirarse de la academia. Esa tarde saldría con Yuuji al cine, su hermano insistió en ir a ver una de sus sagas favoritas y pese a que Sukuna se negó muchas veces, no sirvió de nada.
-¿Y ahora te llevas mejor con Fushiguro? -. Dagon, un niño pelirrojo de ojos negros, comienza con el interrogatorio -. Hoy no te ví con muchas ganas de ir a molestarlo.
-¿No lo sabes? -Se entromete Uraume -. ¡Ya son amigos!
-Te equivocas -aclara con el ceño fruncido -. Sukuna sólo no quiere que lo expulsen.
