03 - "La cena".

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La familia Gojo es una de las más conocidas y aclamadas de Japón, lo que vuelve poco probable a qué Satoru Gojo -el joven líder del clan- no sea reconocido cuándo va por las calles realizando actividades ordinarias y alejadas de su trabajo. Sólo hacen falta un par de minutos para verle rodeado de una multitud interesada en pedirle un autógrafo o su número de teléfono.

Han sido ya varias veces las que Satoru ha deseado realizar la segunda cosa, para de esa manera extender a su limitado círculo social y abrirse a la posibilidad de nuevas experiencias con completos desconocidos. Le gustaría tener más amigos, enamorarse y decepcionarse. Sin embargo, como Cabeza de los Gojo, se debe limitar a seguir las clausulas de un contrato que firmó al nacer con un embrujo.

Satoru posee una lista invisible de las cosas que puede o no hacer y, a pesar de que hay más cosas permitidas, son un gran problema aquellas que tiene prohibidas. Guardar un secreto cómo el de los Gojo requiere de estrictas reglas para los herederos de los embrujos, pensadas con la finalidad de mantener un orden y no iniciar algún revuelo en aquellos que no podrían entender el asunto.

Gojo lo entiende, pero también lo frustra.

Las únicas personas con las que puede mantener una relación amistosa o fraternal, son aquellas que desde siempre han tenido conocimiento de los embrujos o que pertenecen a una familia que tenga un heredero de tal desdicha. Por eso en la vida de Satoru sólo existen tres personas que tienen el permiso de permanecer cerca suyo y tener cualquier tipo de relación con él.

Nanami por saber del tema desde su nacimiento y por ser su tutor legal desde el fallecimiento de sus padres, tiene permitido mantener una relación fraternal con Gojo. Suguru fue criado por una de las familias y por eso sabe del tema, así que no se opusieron a que tuvieran una relación amistosa desde que eran unos críos.

Por última estaba Megumi, miembro de la familia Zen'in y heredero de un embrujo. O bueno, solía ser miembro de los Zen'in, ya que Gojo se quedó con su custodia cuando el padre del niño se lo pidió mientras estaba al borde de la muerte. Toji Fushiguro, a quién los Zen'in consideraban una desgracia, falleció realizando su labor como sargento militar de un importante escuadrón del país.

No se arrepentía de su decisión, ni siquiera porque lo llamaran todo el tiempo desde la academia del niño para explicar que el menor se había metido en problemas otra vez. El trabajo de reprender siempre se lo dejaba a Nanami, el hombre era mejor con las palabras y Megumi lo tomaba más en serio.

Tras la reprimenda que recibió en la academia y llegaron a casa, cómo no estaba Nanami decidieron jugar en el jardín con globos de agua, ignorando que Suguru los regañaba por no tomarse un asunto tan importante en serio. Pero es que Satoru ya había encontrado la solución en una cena con los hermanos Itadori y, cómo el asunto no escaló a más, podía divertirse con Fushiguro antes de que llegara Kento.

Y claro que sus acciones tuvieron consecuencias.

No sólo recibió un buen golpe de Nanami por compensar las malas acciones de Megumi, sino que también pescó un resfriado y ya no podía volver a la normalidad. Y es que el embrujo era muy complejo, pues cuando se enfermaba o tenía muy bajas las defensas, se mantenía en su forma de gato sin la posibilidad de volver a la normalidad hasta curarse.

Con la desgracia de tener que estar en su forma de gato el resto del día, decidió escaparse de casa y salir un rato a la cafetería que había inaugurado su amiga Ieiri, la cafetería de la mujer tenía la temática de gatos y encima la fémina sabía de su condición. Era su plan perfecto. Además así podría librarse de ayudar en la limpieza de la mansión y dejaría que Suguru, Nanami y Megumi se hicieran cargo.

Casualidad || GoyuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora