02 -"Satonyan".

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Cuando el sol se ocultó, la luna y los postes de luz pasaron a ser los únicos que iluminaban las calles de Shibuya. La calidez del día pasó a convertirse en una suave brisa gélida. Ya era algo tarde, la hora en que la mayoría está cenando luego de un arduo día de trabajo. 

Yuuji podría estar haciendo eso mismo con Sukuna en la calidez de su departamento, sin embargo, fue un día tan complicado que no pudo pasar durante el día a comprar la cena. Consciente de eso, al salir del hospital dónde se aseguró de que su hermano estaba de maravilla, se dirigió al supermercado para comprar los ingredientes necesarios para alguna comida ligera.

Luego del susto con Sukuna, por fin podía llenarse de alivio; se preocupó mucho cuando le dijeron que su hermano había sido empujado por las escaleras. Por fortuna —o desfortuna— Sukuna solo tenía algunos raspones y un moretón, nada grave de lo que preocuparse.

—Suelta a Sukuna.

Yuuji siente como el menor se zafa de su agarre con indignación al tratar de tomar su mano, haciendo una mueca —a decir verdad, adorable— mientras se aleja un poco de él. Lleva todo el día molesto con Yuuji y este sigue sin entenderlo, literalmente lo salvó de ser expulsado de la academia. Sabe que Sukuna suele ser quisquilloso y algo celoso con la atención que recibe, lo más seguro es que se molestó cuando le dijo a aquel niño, Megumi, que no se preocupara por lo sucedido.

Silti i Sikini. —Sukuna hace un puchero que hace reír al más alto. Yuuji prefiere bromear un poco para aligerar el ambiente tan tenso que lleva con ellos desde la tarde.

Sukuna se ve tan jodidamente adorable que quiere guardar una imagen mental. Es cierto que el menor todo el tiempo tiene una expresión fastidiada, incluso sobrepasa un poco el tamaño promedio, pero es eso mismo lo que lo hace ver tan lindo cuando hace esas expresiones.

—¡No te burles de Sukuna! —Y su actitud tan infantil no ayuda.

Yuuji estaba cansado, física y mentalmente. Todo el asunto en la dirección finalizó con una conclusión: fue un accidente producto de una discusión entre los infantes. En realidad, los habían convocado para darles un largo sermón y explicarles que no era la primera ocasión en la que ambos discutían a pesar de no ir en la misma clase.

La directora lo reprendió a él junto a los dos adultos que acompañaban a Megumi, les exigió buscar una solución para que los niños dejaran de molestarse mutuamente o tendrían que tomar la decisión de expulsarlos de forma definitiva.

"Una cena mañana suena bien, así ambos podrían convivir con nuestra supervisión". Aún siente vergüenza al recordar que estaba más centrado en apreciar las facciones de aquel hombre de cabello de nieve, que en escucharlo.

Por otro lado, a Yuuji lo frustraba la posibilidad de que su hermano dejara de asistir a la academia, todo el dinero que Choso invirtió se iría a la basura, Sukuna perdería un año y se culparía por no ser más responsable. Pensar tanto en ello provocaba que sintiera algunas punzadas en la cabeza, al llegar a casa tomaría un medicamento y trataría de no darle vueltas a un asunto que parece estar a un día de tener un avance positivo.

Tras un prolongado silencio, Yuuji resopla, observando como su aliento podía verse a consecuencia de las bajas temperaturas. Siente adormecidos sus pómulos debido al frío, por lo que frota sus manos en sus mejillas para darles algo de calor.

—Prometiste que no me volverían a llamar de la dirección.

Mira por el rabillo del ojo la expresión decaída de su hermano, hay una tenue pigmentación rosada en sus mejillas, se nota avergonzado. Sorpresivamente Sukuna se acerca un poco para volver a tomar con timidez su mano, luego agacha un poco el rostro, mirando con detenimiento el pavimento. Las manos de Sukuna están algo frías, Yuuji acaba apretando con suavidad el agarre para transmitirle calor.

Casualidad || GoyuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora