Ma chérie / Mon Ami ~~ Gambito x Rogue

capítulo #6

Arco 1: Ases y Ochos

Rogue había tenido que absorberlo dos veces más cuando Kurt los llevó de regreso al Blackbird. Rogue cumplió su palabra y le contó a Wanda sobre la bomba en el puente y sobre aumentar la seguridad en los lugares donde Gambit también había planeado explotar. No tenía dudas de que Magneto tomaría represalias contra el senador Kelly, lo que significaba que debían actuar rápido si querían interceptarlo.

Miró a Gambit. Rogue estaba bastante segura de que estaba despierto pero realmente no tenía ganas de llamarlo. Además, siempre se veía tan tranquilo cuando se desmayaba o fingía como era el caso actual.

Rogue suspiró y se giró para mirar por la ventana. Estaba chocando con fuerza por toda esa energía que había absorbido y se apagaría como una luz en cualquier momento. Bostezó y dejó que sus párpados se cerraran.

Al menos sabía que Wolverine no mataría a Gambit mientras ella dormía. Una vez que abordaron el avión, Logan estuvo listo para arrojar su forma inconsciente al océano. Sin embargo, Rogue no lo aceptaría.

Había visto los recuerdos de Gambit, había escuchado sus pensamientos. Y después de clasificar todas las imágenes pervertidas y sonrojadas en su cabeza, llegó a la parte que había estado buscando.

De hecho, estaba tratando de ser atrapado por ella y por Logan cuando irrumpió en la mansión. Odiaba aceptar trabajos en contra de su raza. Pero como hijo del Patriarca del Gremio de Ladrones, realmente no tenía otra opción. Y preferiría hacer el trabajo él mismo y saber que los buenos se darían cuenta que dejar que otra persona lo hiciera y se saliera con la suya.

Ella le había transmitido esta información a Logan. Realmente no quería creerlo, pero cedió y dijo que hablaría con el profesor al respecto. Pero hasta entonces lo mantendrían congelado en la mansión.

Giró la cabeza hacia el otro lado y captó un breve destello de ojos rojos y negros antes de quedarse dormida.

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Gambit se sorprendió cuando los X-Men no lo entregaron inmediatamente al MRD. Sabía que Wolverine estaba ansioso por hacerle algunos agujeros con esas legendarias garras suyas. Sospechaba que eso era obra de Rogue, sabía que ella tenía una debilidad por él.

Lo que no sabía era cuánto había visto ella o cuánto le había contado a sus compañeros X-Men. Ya lo había absorbido cinco veces, probablemente había visto una buena parte de su vida. Pero claro, ella había dicho que era difícil absorberlo. Con suerte, había obtenido lo suficiente para no matarlo y, con suerte, tendría un par más de sus sueños sucios en los que ella era la estrella.

La célula en la que le habían puesto poderes mutantes negados. No es que necesitara el suyo para escapar, después de todo, era un maestro ladrón. Remy esperó hasta las tres de la mañana antes de escapar. Ni siquiera le habían puesto guardia, probablemente sabían que escaparía de todos modos.

No hizo fila para ninguna de las salidas. Primero tenía que ir a visitar a Rogue. Era muy divertido irritarla y él no pudo resistir la posibilidad de volver a verla en bragas. Quizás menos si tenía suerte.

Se deslizó por los oscuros pasillos de la mansión, espiando las habitaciones hasta que encontró la de ella. Estaba acostada boca arriba, su cabello ondeaba a su alrededor como un halo. Mientras se acercaba, vio que su rostro estaba sonrojado y parecía respirar con dificultad para alguien que estaba dormido.

Sólo se le ocurría una cosa que la pondría en tal estado. Y nunca había estado más feliz de saber que él era la causa de ello.

Gambit se sentó en el borde de su cama y se inclinó sobre ella con una mano al otro lado de ella. Parecía una diosa del sexo con ese rubor rojo manchando sus mejillas. Casi se metió en la cama con ella cuando ella soltó un suave gemido.

Si Rogue se despertara y lo encontrara en la cama con ella, realmente podría matarlo. Aunque si tuviera que morir y pudiera elegir el método sería por sus labios.

Se sentó allí un momento más antes de darle un ligero beso en la frente y dejar una tarjeta en su mesa de noche. Él se levantó y escapó por la ventana. La volvería a ver, se aseguraría de ello.

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Rogue se despertó en medio de la noche con un grito ahogado. Iba a matar a ese ladrón podrido y sucio. Este último sueño sexual había sido particularmente apasionante e incluía algunos azotes leves. Él tenía una extraña fascinación con su trasero que la hacía querer enterrar su rostro entre sus manos.

Miró hacia su mesa de noche y vio que eran poco más de las tres de la mañana. Sin embargo, Rogue realmente gruñó cuando vio un naipe en el borde de la mesa. Lo agarró y vio que era el dos de corazones. Genial, había dejado su tarjeta de visita.

Lo miró medio segundo más antes de saltar de la cama y correr hacia la ventana abierta. El césped oscuro carecía de presencia. La próxima vez que lo viera le iba a dar una patada en las espinillas.