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Al final el plan se llevo al cabo, habíamos acordado como serian los acontecimientos para pillarle y que Freda le dejara. El saber que ellos eran pareja e hizo aquello me repugna pero ya no podía dar marcha atrás de lo sucedido, Cira había ido junto a Freda a aquel lugar para preparar algún sitio donde se esconderían para contemplar todo. Me pase la mañana por el mercado intentando conseguir un trabajo extra, si lo se, se que tengo pinta de vagabunda y de desnutrida por culpa de los meses que pase encerrada pero no iba a permitir que eso me limitase. Pase por varias tiendas, en algunas fingiendo que me interesaba algún producto del lugar pero cuando se me acercaban y les pedía trabajo estos me rechazaban. ¿Por qué al principio eran amables hasta que les contaba mis intenciones y se enfadaban? Olía bien y me había preparado para ir bien si me hacían alguna entrevista pero nada. La ciudad había cambiado, ya no tenia aspecto tan moderno, entre a una cafetería para sentarme un rato y sorprendentemente fue el único lugar de donde no me echaron aunque no consumiera nada. Ya era invierno, por lo que tome un abrigo de casa el cual me puse al salir de la cafetería yendo a la calle principal donde de repente paso un caballo montado por alguien que llevaba una capa negra huyendo de los guardias de seguridad, aquella persecución parecía llevar ya rato en marcha por la cara de los guardias algo frustrados y los caballos agotados. Sentí algo raro, sentí como una calidez en mi corazón pero decidí ignorarlo y centrarme en mi objetivo: Encontrar trabajo. Cuando me gire para continuar mi paso me encontré un vagabundo que me ponía la mano en el hombro.


- Señorita, seria tan amable de darme dinero?


- Disculpe, no llevo nada encima.


- ¿Cómo que no? ¡Si viniste a este lugar es por algo! ¡Seguro tienes dinero y no quieres dármelo.


Parece que mi respuesta no había sido de su agrado e intento tocar mis bolsillos pero fui mas rápida echando mi cadera hacia atrás para luego empujar al señor mientras pasaba un montón de gente por nuestro lado. Por poco no nos llevaban por delante así que aproveche la ocasión para esfumarme entre esa gente alejándome del vagabundo para luego seguir a la gente viendo a mi alrededor viendo tiendas de alto nivel pero si en las anteriores ya me rechazaron no quiero imaginar allí. Continúe mi camino, mis tripas rugían en busca de algo de alimento, no tuve otra que entrar a un supermercado donde me sentí aliviada por ya no correr el peligro de que me persiga el indigente. Pasee por los pasillos en busca de algo barato encontrando una manzana a 2,50, agarre una manzana poniéndome a la cola para pagar pero un chico me llamo diciendo que me pusiera en su fila y enseguida me atendió.


- ¿Es todo?


- Si 


- Perdona el atrevimiento pero pareces anoréxica, sin ofender.


- Ehm ya... No paso una situación económica muy buena en este momento.


- ¿Pretendías robar la manzana?


AtlantisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora