𝑃𝑖𝑒𝑧𝑎𝑠

𝙿𝚊𝚛𝚝𝚎 1:

10 de febrero:
 
Camila se encontraba sentada en el sofá, moviendo su pierna nerviosamente, mientras mordía la uña de su dedo pulgar. Afligida por lo que podría significar vivir con sus abuelos durante casi tres meses . Estar sin consumir todo ese tiempo, en un pueblo del infierno al que como mucho , había visitado en dos ocasiones.
No la mal entiendan, quería dejar de consumir, dejar aquella adicción , pero tenía miedo de no poder sobrevivir.
Había leído un montón sobre las desintoxicaciones. Las clínicas que se encargaban de esto no le hacían mucha gracia, creía fielmente en que de nada servían , los chicos como ella no se curaban nunca. Y ella era débil , sabía que recaería.
La paranoia la tenía sin dormir desde hace una semana, cuando sus padres amablemente la pusieron a escoger entre una clínica o la casa de sus abuelos.

Sus padres . Sentía vergüenza de solo pensar en las humillaciones que les había proporcionado. Todas esas fiestas que había hechado a perder. El dinero que les había robado.
Salió corriendo al baño directo a meter la cabeza en el inodoro y vomitar su desayuno. Ayer no había consumido, y tenía el estómago revuelto.

-Camila?- escuchó la voz de su madre. Sentía que flotaba aún estando en el suelo arrodillada.- Camila dónde estás?- su madre seguía buscándola. Apenas y tenía fuerzas para responder.- Ahí estás. Te encuentras bien?- sintió que su madre se arrodillaba a su lado y tomaba suavemente su rostro. Con un pedazo de papel higiénico limpió su boca.
Sus propias lágrimas correrieron libremente. No tenía caso ya. Estaba aterrada.

-No llores mi niña , todo estará bien- le dijo Sinuhé mientras la abrazaba. Camila se limitó a llorar como un bebé, soltando todo aquello que le pesaba.- Tus abuelos te cuidarán bien- le dijo su madre luego de que su llanto cesara un poco.

-Mis abuelos apenas me conocen, solo saben que soy su peor nieta- replicó apartándose y limpiando su rostro con vergüenza.- Mi último recuerdo , es su cara de decepción el año pasado cuando dejé la universidad.

- No digas eso, que no pases tiempo con ellos, o que solo hayan visto tus malos momentos, no quiere decir que no te amen- acotó su madre con una suave sonrisa- Ahora tienes la oportunidad de mostrar quien eres mientas te recuperas.- la animó.

-Solo causo problemas - hizo una mueca mientras se levantaba del suelo con ayuda de su madre. Fue al lavamanos y limpió mejor su rostro. Estaba un poco pálida y ojerosa. Aquel color canela en su piel ya no estaba. Sonreía poco, y últimamente su deporte favorito era llorar.

-Todo lo que tienes que hacer es darte una oportunidad a ti misma.
Aveces sentía que su madre era muy optimista, cuando ella  todo el tiempo estaba cansada de existir. No quería defraudarla, ni hacerla más triste de lo que ya ,a causa suya. En cambio su padre, era más realista.

- Está bien, veremos qué sucede- trató de sonreír tenuemente.
Bajó las escaleras con su mochila a cuestas, y el bolso de su cámara fotográfica colgada. No se quería llevar mucho, pero a la vez no quería que le faltase nada. Llevaba pocas ropas, su laptop, un cuaderno y su cámara.
Siguió directo al auto de su padre y entró en el asiento trasero. Se limitó a esperar a que este subiera y arrancara para emprender el viaje.
Como eran dos horas de viaje, con su padre, con el cual no le apetecía hablar sabiendo que terminaría llorando otra vez, decidió dormir algunos minutos.
Despertó media hora antes de llegar, de esta manera pudo ver el camino de entrada al pueblo. Parte de este tenía a ambos lados de la carretera plantas de maíz , regalando una vista relajante al jugar con el viento , y más adelante se podía ver un gran cartel que decía : BIENVENIDOS A SAFEVILLE.

- Quién rayos le pone de nombre a un pueblo ,Lugar Seguro? Hasta parece propaganda de psicología barata- dijo entre dientes fastidiada. Le parecía ridículo .