Debajo de su falda

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Expulsado del paraíso,
siempre he buscado consuelo,
sin saber que en su boca
se escondía un pedazo del cielo.

Sus labios están hechos de fuego,
de tormentas y de calma.
En su boca se duermen mis miedos,
mis insomnios y todos los demonios de mi alma.

Ella cree que sus besos son solo besos,
pero para mí son un soplo de vida.
Porque siempre que me besa,
siento que me besa el alma,
las cicatrices y las heridas.

Ella no sabe que es la única cura
para este corazón enfermo
y adicto a la melancolía...

Después de sus besos,
en mi boca solo queda
el sabor a vino y poesía.

Por eso prefiero quedarme en casa
y contar las constelaciones
que se esconden en su espalda.

Ella no entiende
que por su boca muero,
pero son sus besos los que me salvan.

Por suerte, de su boca a mi boca
nos sobran las palabras.
Me provoca, y todo lo que toca
con sus labios, lo desarma.

Y no es solo su boca la que me provoca.
Ahora sé que el cielo y el infierno
también se esconden debajo de su falda.

-Jorbin Pineda

Cicatrices del alma: Versos de amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora