La mujer que más he amado

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No dejo de pensar en el día final,
cuando la muerte llegue silenciosa,
con su danza sutil, con su velo nupcial,
y reclame las carnes de mi esposa.

Me aterra saber
que un día ella partirá.
Veo minuciosamente su lado de la cama,
¿será ahí donde morirá?

Visualizo su rostro, frío y sin vida,
y me dan náuseas solo de imaginar
que no nos quedará tiempo
ni para una despedida.

Imagino el silencio, la sombra, la cruz.
Los rezos, el pésame vacío y formal.
¿Qué será de mi vida, sin ella, sin su luz?

Me da miedo el simple hecho de pensar
que un día mi esposa me dejará.
Se revuelven mis carnes solo de imaginar
que voy a perder a la mujer que más he amado.

Por eso en mi vida nunca me he enamorado.
Por eso a mi esposa jamás la he besado.

Por eso nunca me he casado...

-Jorbin Pineda

Cicatrices del alma: Versos de amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora