𝑺𝑬𝑪𝑹𝑬𝑻 // 𝑴𝑨𝑿𝑳𝑬𝒀

𝑶. 𝑬𝒍 𝑰𝒏𝒊𝒄𝒊𝒐

Todo había comenzado durante el inicio del segundo año universitario de Max.

- Vamos chico de las toallas, necesito una toalla limpia. Estoy sudado - llamo con burla P.J, los demás miembros de equipo rieron sonoramente mientras veían a Bradley acercarse con una cesta llena de toallas limpias.

Todas dobladas y bien acomodadas, mientras el castaño solo podía pensar en que enorme mal había cometido, además de ser un chiquillo caprichoso y mimado, y hacer trampa en múltiples competencias de los X-Games, como para merecer tal humillación por parte de novatos que no sabían ni siquiera montar algo con una sola rueda.

- Ya basta P.J no molestes al pobre - dijo Bobby a su amigo que tomaba una toalla torpemente, desacomodando todas las demás que estaban perfectamente dobladas, dejando un total desastre - Suficiente tuvo con perder contra los de primer año y ser vetado de su equipo, ¿No es así chico de las toallas? -

Todo el equipo volvió a reír sonoramente ante la burla del contrario, Bradley sólo rodo los ojos y bufo.

Aun recordaba esa carrera, esta tonta y estúpida carrera que perdió de la forma más humillante posible y no sólo eso, si no que tambien quedó con un ojo morado, el cual por cierto había tardado tres meses en sanar.

Lo chicos del equipo continuaron riendo y bromeando sobre la caída tan estrepitosa que había tenido Bradley, el sólo los ignoraba y se centraba en recoger las asquerosas toallas llenas de sudor de los simios que tenía alrededor.

- ¡Fue una buena práctica, nos vemos el jueves! - se despidió entusiasta uno de los múltiples chicos del equipo saliendo del vestuario.

Siendo seguido por todos los demás miembros, a excepción de P.J y Bobby, quienes esperaban a Max.

- Si quieren váyanse chicos, aun no me ducho y puede tomar un tiempo, los veo en los dormitorios - comentó despreocupado a sus compañeros.

- ¿Seguro Max? - pregunto curioso P.J, el pelinegro asintio sus amigos tras unos segundos de pensarlo asintieron y se alejaron. Alzando alto la mano y despidiéndose hasta verse de nuevo en el dormitorio.

Max emprendió camino hasta las ducha para limpiar todo el sudor de la práctica, pero cual fue su sorpresa al encontrar a un castaño recogiendo toallas en aquel lugar.

- No sabía que seguías aquí Bradely - comentó Max con actitud calmada, en cuanto a el respetaba Bradley y el habían terminado de buena forma, así que no había razón para ser grosero.

- Claro que sigo aquí novato - solto irritado, como si fuese algo evidente - Siempre que hacen sus estúpidas prácticas dejan sus toallas por todos lados tiradas, y yo soy quien tiene que recogerlas - se quejo - No pueden ser tan brutos como para no saber ponerlas en el cesto de las toallas, no se como imbéciles como ustedes terminaron con mi glamuroso reinado - solto con asco, el ceño de Max se frunció.

- Oh vamos, ¿aun sigues resentido por ello? - pregunto mientras frotaba su cien - Eso fue hace como un año, déjalo ir - se quejo mientras el castaño se mostraba indignado.

- Si, para ti es fácil decirlo Novato - reprocho el más alto - No fue a ti a quien botaron de su equipo y perdió a su novia - echo en cara - Al contrario, pudiste formar tu equipo de pacotilla, conseguiste un chico de las toallas y muchas chicas detrás tuyo - recordó, Max rodo los ojos.

- ¿Y eso que? - pregunto irritado.

- ¿¡Eso que?! ¿¡Estas jugando conmigo?! - cuestiono molesto - ¡No tienes ni idea de nada idiota! ¡Yo era alguien importante y gracias a ti y a tu estúpido padre, ya no soy nadie! - reclamo sintiendo su sangre arder.

- ¡No metas a mi papá en esto! - se quejo Max apretando sus puños y acercándose al más alto - Eras un niño mimado y tramposo que no tenía idea del juego limpio, si tu y esas tontos perdieron fue por sus propias trampas, así que no trates de culparme por eso - recordó Max, haciendo al mayor ponerse rojo del enojo.

- Solo ducharte y ya vete, tengo cosas que hacer - exigió entre dientes mientras se saba la vuelta y continuaba su labor de recoger toallas.

- Pues vete si tanta prisa tienes, no se que haces aquí todavía - menciono el pelinegro como si de algo obvio se tratase.

- Tal vez por que soy el maldito toallero del equipo - solto con tono serio sin mirar a Max.

- ¿Y eso que? Solo vete, no finjas que lavar toallas es difícil - comentó el menor con algo de burla ante la dramática actitud de Bradley.

- Tu no lo entiendes - dijo aun sin mirarle - ¡Yo era importante! - grito dándose la vuelta para ver a Max - ¡Tenía un equipo, amigos, novia! ¡Hacia lo que más me gustaba, me da igual si hacía trampa para ganar, yo amaba participar en los X-Games! ¡Y luego llegas ti, rechazando mi maldita amistad y prefiriendo a esos... esos... solo ganadome en mi maldito juego siendo un novato! - grito mientras se acercaba a pasos molestos al menor - ¿¡Y ahora que?! Me toca recoger toallas sudorosos de idiotas que se ríen de mi, me toca soportar todo lo que ellos tienen para decirme, no me puedo defender y ni siquiera me tienen consideración como para dejar sus toallas en una maldita canasta! ¡O si quiera agradecer por sus toallas limpias y bien dobladas! ¡No lo hacen! ¡Solo son idiotas que se burlan de mi! -

Max miro con los ojos abiertos a Bradley, sintiendo su pecho doler al ver el rostro ajeno rojo del enojo, con los ojos lloros y sorbiendo su nariz, aguantando las ganas de tirar se a llorar frente a su mayor enemigo.

- Tu no entiendes nada Max - comentó con tono triste - Puedes irte cuando quieras mañana vendré por las toallas - y con la cabeza gacha y su voz quebrandose salió de los vestidores.

Max suspiro al verlo irse, no creía que alguien como Bradley sintiera más que una cantidad excesiva de amor propio.

Ahora sentía su pecho doler, por alguna inexplicable razón, al pensar en Bradley triste.

Y lo único que pudo hacer fue acomodar todas las toallas en el cesto de ropa sucia, quizás eso aligeraria la carga en Bradley.

Quizás eso haría que no se sintiera tan mal.

Y así el pecho de Max no dolería

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de : AniitaDraw