Tras la victoria de Max en los X-Games Bradley se encarga de ser el chico de las toallas del equipo de patinaje de Max, ambos se ven forzados a inerentemente pasar más tiempo juntos.
Descubriendo que tal vez aquel rechazo por parte de Max le había...
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— ¡Tercero! — solto con emoción el azabache levantando la caña de pescar con el pato de goma sujetado de ella Bradley le vio y río — ¡Gracias papá por llevarme a pescar cada fin de semana! — festejo.
— Bien hecho novato — felicito el castaño — Ganaste un juego de seis, fuiste un gran contrincante — se burlo.
Max le miró al lago irritado, no era su culpa que Brad tuviese tan buena puntería. Ni si quiera sabía que cuando era niño cazaba, o que era un buen lanzador, así que técnicamente hizo trampa o algo así
— Como sea, igual ya me aburrí — intento justificar Max, el castaño le miró y negó divertido ante el infantil comportamiento del menor.
— Bien bebé llorón, ¿que quieres hacer ahora? — pregunto el castaño animadamente, Max aparto la mirada unos segundos, sintiendo sus mejillas arder, sabía exactamente que quería hacer.
— Ven, tengo... tengo algo en mente — dijo Max mientras sujetaba de la mano a Bradley y lo guiaba hacia algún sitio del cual el castaño desconocía.
Bradley sintió sus mejillas arder al sentir la mano de Max sobre la suya, y no pudo evitar mirar atentamente a Max quien buscaba sabía dios que cosa entre la multitud.
Y es que ya era de noche y el rostro de Max con aquellas luces de colores de los puestos, juegos y decoraciones iluminando su cara lo hacían ver jodidamente atractivo.
O quizás solo era Bradley estando enamorado.
Max parando su paso trajo al castaño de nuevo a la realidad, pudiendo observar una rueda de la fortuna frente a el. Había una pequeña fila en la cual se formaron y Max comenzó a hablar.
— Yo... quiero decirte algo, en realidad he querido decírtelo todo el día — admitió, Bradley sintió una enorme emoción recogerle y su pecho calentarse.
Si era lo que el creía estaba por explotar de la emoción.
— ¿Y que es eso que quieres decirme? — pregunto Bradley sintiéndose nervioso ante la respuesta que el menor podría darle.
Max miro unos segundos a Bradley, preguntándose como hacia el castaño para verse tan lindo todo el tiempo, pensamiento que fue interrumpido por la fila avanzando.
— Te lo diré arriba — afirmó mientras caminaban en dirección a la rueda.
Una vez ingresaron Bradley no pudo sentirse más nervioso por la cercanía que había por el asiento, su cuerpo y el de Max estaban muy cerca y sus manos casi podían rosarse por la barra de seguridad.
La rueda comenzó a girar de forma lenta, y cuando ganaron la suficiente altura Max tomó aire, recordó los consejos de su padre y Emma, y se decidió a hablar.
— Brad yo... la cosa es que desde la vez de aquella fiesta... el beso y.. ya sabes todo lo que ha pasado estas últimas semanas — Max rasco su nuca con nervios, tomo aire nuevamente, sintiendo repentinamente más difícil respirar — Brad últimamente siento que pasar contigo el tiempo es mejor que nada en el mundo... me gusta estar contigo y cada vez que te veo... solo quiero besarte y abrazarte — admitió el azabache mirando hacia otro lado.
