𝑰𝑰. 𝑳𝒂 𝑭𝒊𝒆𝒔𝒕𝒂

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¿Bradley era un tonto por aceptar la invitación de Max?

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¿Bradley era un tonto por aceptar la invitación de Max?

Si... probablemente... el no diría tonto, más bien usaría escéptico.

Max le había demostrado ser más amable e inteligente que sus simios amigos, por lo cual Bradley se aventuraria a creer en el, se aventuraria no no creer que era del todo bueno ni del todo malo.

Además, Max creía que el era cool.

Gracias a aquellas suposociones basadas en el tiempo que conocía a Max de forma "cercana" siendo el chico de las toallas, Bradley se encontraba fuera de la fraternidad de Goofy hijo, sintiendo sus piernas temblar de nervios.

No sabía que encontraria ahí dentro, si la gente que había asistido lo amaría o lo odiaría, no sabia siquiera si habrá mucha o poca gente, y a juzgar por lo baja que se oía la música y lo poco estruendosa que parecía la fiesta por fuera Bradley no podía hacer suposiciones concretas.

Solo sabía que se encontraba ahí, frente a la fraternidad de Max,  con su cabello bien acomodado, su sweater bien planchado y oliendo a la colonia más cara que tenía en su arsenal.

Tomo aire intentando tomar valor, dio un par de pasos firmes, pero mientras más se acercaba a la puerta, sus piernas más dudaban en avanzar, y agradecia que hayan decidido dejar de funcionar cuando llegó a la puerta de aquel hogar. Suspiro, intentando alejar los malos pensamientos de su lente y toco el timbre con las manos algo temblorosas, preguntándose cuando tardarían en abrir y quien abriría la puerta. Probablemente si era Max pasaría sin problemas, pero si era alguno de sus amigos extraños tendría que explicar un par de cosas, y realmente no quería explicar nada.

La puerta se abrió frente a el, mostrando a un sonriente Max. Llevaba tu tonta y mugroso ropa de todos los días, su cabello igual de despeinado que siempre, mirada relajada y un vaso en la mano, de lo que Bradley supuso contenía alcohol.

— ¡Bradley! ¡Qué bueno que viniste! — solto el más bajo con tono levemente arrastrado, quizás estaba algo borracho, aun que sus  movimientos precisos y poco torpes parecían decir todo lo contrario.

— Ammm... ho-hola — solto el castaño sintiéndose completamente fuera de lugar — Solo... me quedaré un rato — menciono intentando sonar lo más relajado y despreocupado posible, aun que en realidad estaba a nada de hacerse pipí ahí mismo de los jodidos nervios.

— ¡Esta bien, pasa pasa! — menciono Max animado — Es una buena fiesta, te la pasaras genial — comentó animado el menor.

Bradley entro al lugar y vio a su alrededor, había bastante gente, no demasiada, quizás cuarenta o cincuenta personas, alguna bailaba una música alta, pero no tanto como para molestar en los oídos, otros platicaban sentados en los sofás o en la mesa con comida que había al fondo de la habitación.

Bradley reconoció que efectivamente un noventa porciento de la fraternidad de Max se encontraba ahí, junto con varios alumnos más de otras fraternidades, Bradley diiviso un par de personas con quienes solía llevarse bien. No eran los mejores amigos, pero por lo menos el castaño tendría con quien hablar.

— ¿Qué te gusta tomar? — pregunto el azabache, Bradley le miró, notando hasta ahora que estaban frente a una mesa con diversos tipos de tragos.

— ¿Qué? — pregunto algo descolocado, el azabache río.

— ¿Te gusta el vodka o eres más de cervezas? — pregunto mientras tomaba un vaso — PJ también trajo tequila y alcohol que consiguió junto a la carretera, pero si tomas de ese puede que te mueras — comentó con gracia el más bajo, Bradley río junto a el, sintiéndose algo más relajado.

— Lo que sea menos el alcohol de dudosa procedencia — se animo a bromear, el contrario río y sirvió un par de cosas en el vaso.

A decir verdad Bradeley no vio con exactitud que era, no reconocía muchas de las marcas de alcohol que había ahí y las botellas con líquidos de colores le generaban más dudas que respuestas.

Cuando el solía hacer fiestas no tomaba más que las exquisitas reservas de Macallan de su padre, un whisky deliciosamente caro que solo el tenía la dicha de probar, mientras que sus torpes ex amigos conseguir alcohol barato en cantidades monumentales para emborrachar a los necesitados universitarios.

Así que aquella forma de beber alcohol era totalmente nueva para el castaño.

— Prueba lo — menciono Max extendiendole el vaso, el castaño lo tomo y dio un sorbo, sintiendo su lengua cosquillear por el dulzor de la bebida y su garganta arder por el alcohol al pasarse el trago — ¿Sabe bien? — cuestiono.

Bien era poco decir.

Bradley nunca pensó que el alcohol pudiese ser dulce, el no tomaba demasiado ya que las bebidas que tomaba eran amargas y ardían apenas rosaban su boca, así que el alcohol nunca fue una adicción para el.

Pero ese trago, ¡carajo!

Había sido dulce y casi no sentía alcohol proveniente de él.

Era tan delicioso que no pudo evitar dar otro trago, uno enorme, permitiéndose saborear la perfecta mezcla de sabores.

Sonrio al azabache y asintio — Es bueno — afirmó, el contrario le sonrio.

Un silencio algo incómodo se instalo a su alrededor, pudiendo solo oír la animada música de fondo, Bradley movió su pie ritmicamente, mirando a su alrededor sin saber realmente qué hacer.

Maxley miró su trago y luego a Bradely sin saber con exactitud qué hacer ahora.

Lo había invitado casi por impulso, no pudo evitar ir tras de él y que se su boca saliera tal invitación como lo era invitarlo a la fiesta que organizaba su fraternidad.

Últimamente Max actuaba raro estando cerca de Bradley, incluso se había planteado que su accionar era casi tan similar como lo fue con Roxxane antes de ser novios.

Aun que esa loca idea abandonaba su idea al recordar que quien lo hacía actuar así era Bradley.

El chico que se burlo de él durante  todo su primer año.

El chico que hizo trampa en los X-Games.

El chico de las toallas del equipo.

El chico que hace unos días casi llora frente a el.

Un chico.

Quizás ese era el problema, Bradley era el problema, lo que era era el problema, que fuera un chico era el problema.

A Max no le gustaban los chicos, y menos Bradley, pero mientras más intentaba alejar ese pensamiento de su mente Bradley más aparecía.

Bradley.

Todo parecía tratarse sobre Bradley ahora.

Sacudió la cabeza y tomo aire — ¡Ven te presentaré a alguien! — comentó casi gritando por lo fuerte que se había vuelto la música, el castaño asintio y siguo a Max, que no podía dejar de pensar en lo que  lo había estado atormentando los últimos días.

Bradley.

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𝑺𝑬𝑪𝑹𝑬𝑻 // 𝑴𝑨𝑿𝑳𝑬𝒀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora