En medio del caos sobrenatural que los rodeaba, la realidad se torció y se distorsionó, y Enrique desapareció de repente. Sus amigos, aturdidos y aterrados, buscaron desesperadamente en cada rincón oscuro y cada habitación olvidada, pero no encontraron rastro alguno de él. ¿Había sido arrastrado por las fuerzas invisibles que acechaban en la mansión, o se había desvanecido en la oscuridad para siempre?
El miedo se apoderó de ellos mientras se enfrentaban a la cruel realidad de su situación. Sus manos temblaban, sus corazones latían con fuerza en sus pechos mientras luchaban por comprender la magnitud de lo que acababa de suceder. ¿Cómo podían continuar jugando, sabiendo que uno de sus amigos había sido arrebatado por las sombras?