Mientras exploraban los rincones oscuros de la casa en busca de una salida, María de los Ángeles encontró un diario antiguo escondido en una pared oculta. Sus dedos temblaban mientras desataba las páginas desgastadas, sus ojos absorbidos por las palabras grabadas en tinta antigua. Las palabras del diario revelaban la verdad sobre la mansión: había sido el escenario de rituales oscuros y sacrificios humanos, llevados a cabo por una secta siniestra que adoraba a entidades oscuras más allá de la comprensión humana.
El horror se apoderó de ellos mientras absorbían las palabras del diario, la realidad de su situación golpeándolos con una fuerza abrumadora. Las paredes de la mansión parecían retumbar con la presencia de los espíritus atormentados que aún vagaban por sus pasillos, clamando por venganza contra aquellos que osaron perturbar su descanso eterno.