Con cada minuto que pasaba, la presión sobre ellos aumentaba. Los espíritus se volvían más agresivos, manifestándose en formas aterradoras y tratando de poseer sus cuerpos para escapar de su prisión etérea. Carlos, Jennifer, Luisana y María de los Ángeles luchaban por mantenerse unidos en medio del caos sobrenatural que los rodeaba, buscando desesperadamente una manera de escapar de la mansión maldita.
Cada paso que daban parecía llevarlos más profundamente en la telaraña de la locura, cada giro del juego los acercaba más al abismo de la perdición. Sus mentes se nublaban con el miedo y la incertidumbre, pero se aferraban a la esperanza de encontrar una salida antes de que fuera demasiado tarde. Juntos, enfrentaron las sombras que los acosaban, dispuestos a luchar hasta el final por su supervivencia