19.- Quackity.

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Cancion: ????
Contenido: Chico x chica.
Advertencia: Ninguna.
Pedido por: r8v3ra espero te guste ❤️











Ver aquella sonrisa alegraba mi día, me encantaba correr a los brazos de ese chico de cabello largo y ojos ligeramente rasgados.

—¿Todo bien amor? -dijo en una suave risa-

—Si -dije animadamente- solo pensaba en lo mucho que me gusta tu sonrisa

—Ay no digas eso que me sonrojas -su mano viajo a su rostro tapandolo y volteando ligeramente hacia otro lado-

—Tenía que admitirlo -dije y el sonrió más tapándose ahora su rostro con ambas manos-

Reí al ver su cuello enrojecer junto a sus orejas, lo que me hacía darme cuenta que lo había sonrojado, una punzada de dolor atravesó mi espalda pero me obligue a seguir sonriendo. Sentí como lentamente líquido caliente bajaba con lentitud por mi espalda, comencé a entrar en pánico, sentí mi piel enfriarse pero seguí sonriendo.

—Amor, ¿estas bien? -dijo con tono de preocupación y asenti- te pusiste pálida

—Estoy bien solo, tengo que regresar a casa -el pareció confundido pero arranco el auto-

Pedía a dios que la sangre que bajaba por mi espalda no manchara su asiento, que no se filtrara a través de mi chaqueta, quería llegar a casa urgentemente, comenzaba a marearme, mis ojos se llenaron de lágrimas y la desesperación crecio.

Un semaforo rojo.

La adrenalina atravesó mi cuerpo.

Cuando me di cuenta estaba corriendo entre las calles, no escuchaba ningún auto, las lágrimas caían como cascada mientras mi mente se llenaba de gritos internos, gritos de dolor por la herida en mi espalda, gritos de desesperación, de miedo. Mi vista comenzó a nublarse cuando vi a una persona doblar la esquina en mi dirección, logre distinguir unos lentes, cabello negro y esos ojos negros.

—Aldo -susurré antes de que mi cuerpo perdiera la fuerza y lo único que recuerdo es escucharlo gritar mi nombre-

Cuando mis ojos se abrieron nuevamente me encontraba en una habitación ambientada como hospital, la casa de Aldo, mis ojos se cerraron por unos segundos antes de que se volvieran a abrir al escuchar la puerta moverse.

—¿Fue tu padre verdad? -dijo con veneno en su voz-

Mis ojos se llenaron de lágrimas y lo mire, las venas de su cuello y manos se marcaban, apretaba los puños con fuerza y su rostro comenzaba a tornarse rojo. Intente levantarme pero un dolor en la espalda me lo impidió, el suspiró y se acercó para ayudarme a sentarme, tomó mis mejillas entre sus manos mirándome directamente a los ojos.

—Pidemelo, solamente pídeme que acabe con tu padre y lo haré -negue levemente acomodando su cabello- ¿por que?

—Por qué necesito que me hagas un favor -dije aclarando mi garganta- busca a Alex, asegúrate de que este a salvo

Murmure apartandome de su toque y quitando las cosas que había en mis brazos, el me detuvo y lo mire, sus ojos se cerraron un poco, una mueca de preocupación lo invadió.

—Déjame hacerlo por ti -pidió y negue levemente dejando un beso en su mejilla-

—Me toca a mi -susurré y vi sus ojos brillar-

Me dejo salir y casi salí corriendo directo a mi casa, mire la ropa que traía y reí bajito era de la novia de Aldo, sentí un escalofrío en cuanto aquella gran casa estaba frente a mi, me adentre abriendo el portón con mis llaves. Todo estaba en calma, silencio, entre en estado de emergencia, todas mis alarmas sonaron, camine con cautela hacia la puerta de entrada, pero antes de tocar la manilla mi celular sonó.

—¿Que paso? -la respiración agitada de Aldo me alerto-

—Tiene a Alex -mi sangre se congelo y mi corazón dejó de latir repentinamente-

Mi teléfono cayó de mis manos y entre a la casa corriendo, mi corazón taladraba en mis oídos, miles de pensamientos pasaron por mi cabeza, busque y busque, hasta que me dirigí a un lugar al que tenia prohibido ir.

Una habitación en la planta baja, al final del pasillo, camine con mis piernas temblando, con un arma entre mis manos, abrí la puerta y la escena que me encontré hizo que soltara un grito de dolor. El dolor atravesó todo mi cuerpo y caí de rodillas observando como el cuerpo de mi chico estaba sobre el suelo, palido, no se movía y parecía no respirar, pero entonces uno de sus dedos se movió y abrió levemente sus ojos para verme, lágrimas cayeron de sus ojos y mi furia aumento.

—¿Por qué te empeñas en seguir con esto hija? -dijo una voz grave al fondo de la habitacion-

—¿Por qué se empeña usted en seguir con esto? -dije con rabia apretando el arma en mi mano izquierda-

Sus gritos comenzaron, algo salió volando en mi dirección, esquive, lance objetos y después apunte y dispare, mis ojos iban de mi padre a Alex una y otra vez mientras me acercaba para protegerlo.

Todo paso en cámara lenta, la puerta siendo derribada, yo abalanzandome sobre Alex, algo atravesando mi cuerpo 5 veces, mis lágrimas cayendo sobre el rostro palido de mi novio quien parecía estar al borde de cerrar sus ojos y no abrirlos más. Unos ojos hermosos que me miraban con miedo, dolor, amor, ternura, suplica, desesperación y cansancio, esos hermosos ojos que amaba tanto como brillaban como las mismísimas estrellas, esos ojos que brillaban al mirarme, esos preciosos ojos que me hacían sonreír.

—Te amo -susurré mientras mis ojos se nublaba poco a poco y mi respiración se iba-

—Te amo -un susurro se escucho de su parte y solloce en un suspiro-

Y mis ojos se cerraron, sentí como mis latidos iban disminuyendo mientras alguien movía mi cuerpo, el grito de Aldo se escucho a lo lejos mientras por mi mente pasaban cada uno de los mejores recuerdos que tenia de esta vida, recuerdos con Aldo mi único hermano, con mi madre, con mi novio y con mi mejor amiga.

En mi mente gritaba de dolor al sentir como mi vida se apagaba, como mi cuerpo se enfriaba y como mi mente poco a poco se quedó en blanco y después, dejé de sentir, de recordar y de saber.


































—Oye mami -una pequeña pelinegra toco el brazo de su mama- ¿puedo salir a jugar con Alex?

Una mujer hermosa de cabello negro miró hacia la puerta donde un pequeño niño de ojos semi rasgados con sus pequeñas mejillas rojas esperaba pacientemente, una flor entre sus manos llamó la atención de la mayor quien asintio hacia su hija y la vio alejarse.

Unos pasos se escucharon llegando al lado de la mujer, un pequeño bufido hizo reir a la mujer al ver a su hijo mayor cruzarse de brazos mirando cómo a su pequeña le entregaban una flor.

—Son niños amor -dijo con dulzura acariciando el cabello del chico-

—Lo golpeara cuando el ya sea mayor de edad -dijo cruzándose de brazos-

Fue y se sentó en el pequeño porche de la casa para vigilar como aquellos dos niños jugaban, reían y se divertían juntos.

Kai y Alex estaban juntos de nuevo y esta vez serían felices para siempre.









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One Shots - StreamersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora