A esas horas de la noche y con todo el mundo en la fiesta cerca de la gran hoguera, el pabellón deportivo estaba completamente vacío. Kuroo dio la luz y ambos entraron en aquel amplio espacio. La red estaba quitada y el material todo guardado. Como capitán y además también hijo del decano, Kuroo tenía llaves. No fue algo que sorprendiera a Aakashi y menos sabiendo la relación padre – hijo que tenían.
‒ Voy a sacar la cesta con los balones – dijo con tranquilidad.
‒ Iré preparando la red entonces – susurró Aakashi, como si tuviera miedo de que alguien les pillase allí. Ni siquiera estaban haciendo algo mal o ilegal, pero sentía que se escondían pese a que Kuroo no lo hacía en realidad.
Kuroo simplemente sonrió al escucharle hablar tan bajito pero no quiso decir nada. Caminó con calma hacia la puerta donde guardaban todo y se perdió tras ella para buscar los balones.
Cuando regresó, Aakashi estaba empezando todavía con la red pero Kuroo le echó una mano. ¡Nervioso! Así es como se puso al sentir el cuerpo de su capitán tras él y cómo elevaba los brazos por encima de su cabeza para anudar la red a los mástiles.
Ese chico era tan alto y su musculatura era simplemente perfecta para su gusto. Aakashi siempre odió los chicos con demasiada musculatura, los típicos que iban al gimnasio sólo por fardar. Kuroo tenía sus abdominales marcados, no en exceso, eran de forma natural por los entrenamientos de voleibol. Sus brazos eran fuertes pero tampoco excesivo... ¡Era perfecto! A él le gustaban así. Posiblemente era el bicho raro. Todo el mundo querría a los chicos súper musculosos pero él era algo que detestaba. Le gustaban los chicos proporcionados, con músculos pero sin excesos.
‒ ¿En qué piensas? – preguntó Kuroo al terminar de anudar la red viendo que Aakashi había dejado de mover sus dedos.
‒ En que me pone un poco nervioso que estés ahí detrás – dijo abiertamente.
‒ Oh, lo siento. Me apartaré entonces.
Kuroo hizo el amago de apartarse, pero Aakashi se giró hacia él y agarró la parte alta de su camiseta para impedir que siguiera marchándose.
‒ En realidad, me gusta tu fragancia. No sé qué perfume es pero se mezcla con tu champú afrutado – sonrió Aakashi – y me gusta.
‒ Pues si vamos a ser sinceros, creo que si no me dejas que me aparte un poco, acabaría besándote y eso sería un gran problema – sonrió Kuroo a lo que Aakashi soltó la camiseta.
¡No quería soltarla! ¡No quería que Kuroo se apartase! Deseaba tanto a ese chico y que fuera tan honesto con él y en sus sentimientos le hacía querer desmayarse allí mismo, realmente le gustaba demasiado su capitán pero era verdad que no podían estar juntos. El entrenador no permitiría algo así y desde luego, no sacarían del equipo a Kuroo y él estaba becado. El voleibol, seguir en el equipo es lo que pagaba la mayor parte de la cuota universitaria. Él estaba allí gracias a esa beca, no podía perderla.
‒ Es una mierda – susurró Aakashi.
‒ Si que lo es – repitió Kuroo – pero yo no seré el culpable de que puedas perder tu beca. Puedo esperar a acabar la universidad y si aún te intereso para entonces... quizá podremos estar juntos.
‒ Es un suplicio saber que sentimos lo mismo y tener que aguantarnos y reprimirnos – se quejó Aakashi aunque era más para él que para Kuroo.
‒ No te negaré eso. Pero... como yo lo veo, sólo tenemos unas pocas opciones: contenernos hasta acabar la universidad, llevarlo en secreto o que pierdas tu beca y poder estar juntos, y la última no es algo que me guste, porque entonces también te alejarías si no puedes estar en la universidad conmigo, sería un asco total, ni estaríamos juntos ni terminarías tus estudios y ambas son importantes para mí. Aunque... podría dejar yo el equipo.
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El hijo del decano (Haikyuu: Kuroo- Akaashi)
FanficUna fiesta de San Valentín para solteros en la universidad les condujo a una noche de pasión desenfrenada. Pero para lo que no estaban preparados, era para afrontar los sentimientos que vendrían después y que les llevaría a un quebradero de cabeza...