Capítulo 11: La fiesta

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Los hijos siempre creían poder engañar a los padres, o en este caso, creían poder ocultar las cosas, pero no era verdad. Su padre les observaba durante la cena. Claro que había algo entre su hijo y su compañero de equipo, él podía notarlo pese a que Tetsu era muy bueno fingiendo, pero había cosas que a un padre no se le escapaban.

Esa forma en que hablaba con Aakashi era diferente a la forma en que hablaba con el resto de los integrantes de su equipo, todos sentados en la misma mesa junto a sus padres. Su hijo había decidido sentarse justamente, al lado de Aakashi y de su madre, lo cual ya le daba algunas pistas. Generalmente, se habría sentado al lado de Kenma, eran mejores amigos desde casi la guardería.

Aquella cena transcurrió en armonía pero sin duda alguna, su padre era consciente por las formas en que Kuroo conversaba con la madre de Aakashi que intentaba agradarle. Eso también fue un gran indicativo de que le gustaba ese chico. Su hijo no solía esforzarse tanto con los padres.

No quiso decir nada al respecto porque estaba claro, que si su hijo no había dicho nada, sería por algún buen motivo. Confiaba en él y en algún momento, cuando estuviera preparado, lo diría. Al menos eso quería pensar su padre. Por eso mismo, en esa cena, estuvo muy interesado en conversar con la madre de Aakashi y saber muchas más cosas sobre su familia.

Para los adolescentes, aquella gala era un suplicio. Odiaban estar tanto tiempo allí sentados para una cena formal, sin embargo, ninguno se quejaba. Todos llevaban sus trajes en perfecto estado de revista, con sus corbatas. Lucían realmente guapos, pero en cuanto la cena se dio por concluida, todos los del equipo de voleibol decidieron irse juntos de fiesta.

El padre de Kuroo no podía negar cuánto le afectaban esas cosas. Desde el accidente donde falleció su mujer y casi pierde a su hijo, sentía que debía estar mucho más pendiente de Tetsu. No quería perderle pero sobre protegerle tampoco era una solución. Aún así, no podía dejar de preocuparse por él.

‒ Nos vamos un rato papá – se despidió Kurro de él al ver que éste, se quedaba en la velada para despedir a todos los padres. Era su deber como decano, no le quedaba otro remedio.

‒ No os paséis demasiado y no llegues tarde.

‒ Te preocupas demasiado papá.

‒ Nunca es suficiente. No bebas y conduzcas.

‒ Lo sé. No voy a conducir.

‒ Que te acompañen a casa o me llamas y voy a buscarte donde sea.

‒ Puedo pillar un taxi, papá – sonrió Tetsu como si eso fuera lo más normal del mundo y su padre estuviera exagerando. Él ya tenía una edad como para poder volver solo.

‒ Va enserio Tetsu. Que te acompañen a la residencia. Y sea la hora que sea, avísame.

‒ Vale – se resignó Kuroo pero entonces, vio a su padre mirar a Aakashi que estaba junto al resto del equipo tras haberse despedido de su madre.

¡Ya había sido todo un logro conseguir que Aakashi saliera de fiesta! Era muy posible que sólo lo hiciera por él. Cuando Aakashi se giró y le miró, Tetsu estuvo convencido que él era el culpable de esa decisión. Posiblemente ese chico habría preferido irse a su dormitorio, estudiar o dormir antes que salir de fiesta, pero allí estaba, con todos los del equipo. Tetsu sonrió.

‒ Dile a Aakashi que te acompañe a casa – escuchó que decía su padre – parece un buen chico. Seguro que no bebe ni hace locuras como el resto de vosotros – sentenció haciendo sonreír a Tetsu.

‒ Es un buen chico, sí. La verdad es que es el más sensato de todos – comentó Tetsu.

***

El hijo del decano (Haikyuu: Kuroo- Akaashi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora