Asuntos pendientes

60 9 7
                                    

═════════≪ •❈• ≫ ═════════

Mis piernas temblaban, todo me daba vueltas y sentía como el temor se apoderaba poco a poco de mi. Me quede petrificada ante la imponente presencia del demonio que tenía en frente. Estaba a medio metro, firmemente erguido, sosteniendo su micrófono.

Verlo de nuevo hizo que recordara de inmediato la razón de mi escape

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Verlo de nuevo hizo que recordara de inmediato la razón de mi escape. No quería pasar mi vida esclavizada en una mansión, con un ser que se deleitaba al torturar e incluso comerse a otros demonios. Si de algo estaba segura es que siempre  que el estuviera cerca, yo nunca estaría a salvo.

Creí que mi futuro sería distinto, que podría cambiar mi destino y revertir el maldito contrato que firmé, pero la vida misma se estaba empeñando en desmentirlo, en hacerme sentir que no podría escapar jamás de las garras de ese abominable ser cuya sonrisa jamás dejaría de perturbarme por el resto de mis días. Pero... el me lo había dicho, ¿no era así?, se me heló la sangre al recordar el momento en el que el demonio me dio aquella advertencia... sus palabras seguían grabadas en mi mente.

"Madison, a partir de hoy tú eres mía"...

Mi cuerpo entero se estremeció al recordar aquello, pero en ese momento solo podía pensar en lo que Alastor me haría ahora que había escapado, y que seguramente no sería bueno, eso me asustaba, el era un demonio peligroso y ahora yo era el objeto de su ira.

- Mmm veo que te divertiste estando lejos de mi, ¿no es así querida?...- preguntó con voz calmada, mirándome fijamente, sabía que su comportamiento tranquilo solo era la calma antes de la tormenta.

Agaché la cabeza temblorosa, incapaz de responder, solo quería que el infierno me tragara y desaparecer de esa pesadilla en la que estaba inmersa otra vez. Rosie por su parte permaneció a un par de metros mirándome con atención, su sonrisa no me tranquilizaba en lo más mínimo.

- ¿Que ocurre querida? ¿Creíste que no te encontraría?- Continuó, yo seguía sin mirarlo con la cabeza fija en el suelo. - ¿qué pasa?... ¿no puedes hablar?...-preguntó burlonamente, a medida que disminuía la distancia entre nosotros, se inclinó en mi oído y me estremecí cuando sentí su aliento acariciar mi oreja.

- En la casa arreglaremos cuentas... y esta vez no te vas a escapar cariño. - La amenaza hizo que me tambaleara en mi lugar.

Maldito

- Alastor, ven aquí, no puedo dejar que te vayas sin ofrecerte al menos una taza de café, y no quiero que me des excusas, yo insisto. - dijo la demonio a Alastor haciendo un ademán para que lo siguiera al interior del recinto.

El demonio me dio una última mirada amenazante antes de relajar sus facciones y alejarse de mi, listo para entablar su conversación con Rosie en la habitación contigua, dejándome muda y temblorosa.

- Acompáñanos cariño, ven. - me pidió Rosie, así que no tuve más remedio que seguirlos hasta aquel saloncito, donde me quede de pie mientras ambos tomaban asiento frente a una mesita, en la que humeaban tres tazas de café.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 02 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Secuestrada por el Demonio de la Radio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora